Un viaje a través del oro mexica con Ted Estrada
Ted Estrada comparte los motivos que lo llevaron a escribir su primera novela, El oro mexica, una historia que se alimenta de hechos reales, pero envueltos en realismo mágico. Para él, pedir disculpas por lo que pasó hace 500 años no tiene sentido
José Pablo EspíndolaTed Estrada comparte los motivos que lo llevaron a escribir su primera novela, El oro mexica, una historia que se alimenta de hechos reales.
Tras ser derrotados los guerreros del Imperio Mexica, destruidos sus templos y encarcelados sus sacerdotes, Hernán Cortés se convierte en el gobernador de la Nueva España por órdenes del rey Carlos I.
Su nueva posición tiene una clara misión: enviar de vuelta a España todo el oro que encuentre en el nuevo mundo. Incapaz de hallar el suficiente, recuerda que en el palacio de Moctezuma vio, durante las primeras visitas diplomáticas que antecedieron a las hostilidades, enormes salones repletos del preciado metal, que parece haberse esfumado en el aire.
Esa búsqueda por encontrar el metal precioso, envuelta en un realismo mágico, da como resultado la novela histórica El oro mexica (Grijalbo, 2020), de Ted Estrada.
El autor latino nació y creció en Texas, Estados Unidos. Cuenta que mientras cursaba la secundaria nunca llevó Historia Universal; sin embargo, al llegar a la universidad pudo tomar unas clases con antropólogos y arqueólogos mexicanos, quienes despertaron el interés en él por la historia mexicana, en especial por la época de la Conquista.
“Pasaron los años, fui director de hospitales por más de 40 años, me casé y nacieron los hijos. Estuve en México, en Sonora, Chihuahua, Nuevo León y la Ciudad de México. Visité el Templo Mayor, conocí a Eduardo Matos Moctezuma, seguí indagando y estudiando la época de la Conquista. Luego me jubilé en 2012”, cuenta Estrada.
Después de eso siguió investigando y un día se decidió a escribir, se sentó frente a la computadora y casi en 11 meses escribió 127 mil palabras en inglés, divididas en 27 capítulos. Así nació El oro mexica.
“Lo que quise hacer es darle un giro diferente a la Conquista, porque ya otras personas habían escrito sobre ese tema y yo quería incluir lo que llaman realismo mágico. Los protagonistas, las batallas, los emperadores son reales; sin embargo, mucha de la acción, de las guerras, fue producto de mi imaginación”, confiesa el escritor.
El oro mexica que nadie tuvo
Muchos de los españoles que llegaron al nuevo mundo eran personas pobres que buscaban fortunas para regresar a España como grandes señores, pero nadie de ellos lo logró, ni Cortés, quien murió en penuria.
En una de las batallas que cuenta el libro, los mexicas colocaron el oro en canoas y se fueron con él por el Lago de Texcoco, hasta un remolino que se hacía en el agua y fue ahí donde lo tiraron, para que estuviera lejos de los españoles.
“Si quieres el oro, le dije a un amigo, que te dejen escarbar en la pista de aterrizaje número dos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México ‘Benito Juárez’ y quizá ahí podrías encontrarlo”, dice, entre risas, el escritor.
Ted reflexiona en lo irónico que fue que aquellos hombres hubieran venido con la idea de hacerse ricos, pero que nadie lo haya logrado, por lo que opina que el realismo mágico quedaba muy acorde con los hechos, ya que el final de Cortés fue terrible. Le quitaron el poder, y murió en la penuria sin lograr ser un gran señor.
“Lo interesante es que en todo México no hay monumentos ni calles con su nombre”, dice.
Ante las disculpas que el Gobierno Mexicano ha solicitado a España y al Vaticano por los actos cometidos durante la Conquista, Estrada opina que lo que pasó hace 500 años fue en otra época, con gente que pensaba diferente, por lo que no le ve sentido.