[kaltura-widget uiconfid=”39952882″ entryid=”0_1hqyu794″ responsive=”true” hoveringControls=”false” width=”100%” height=”75%” /]
Hace 100 años, Bruselas vio nacer a la Unión Astronómica Internacional (IAU, por sus siglas en inglés), una institución que hasta ahora sigue compartiendo un mundo que parece infinito. La historia de la astronomía es tan antigua como el ser humano. El interés por mirar al Universo, estudiar su origen, los elementos que lo conforman y sus fenómenos, parte de la curiosidad.
Diego Bagu, astrónomo de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina, explica que la IAU es el órgano máximo a nivel mundial encargado de salvaguardar todos los aspectos clave que forman a la astronomía.
“Esta función implica, entre otros aspectos, fomentar la investigación, docencia y divulgación de la ciencia a través de nueve divisiones: Astronomía Fundamental; Instalaciones, Tecnología y Datos Científicos; Educación y Divulgación; Fenómenos de Altas Energías y Física Fundamental; Sol y Heliósfera; Sistemas Planetarios y Astrobiología; Estrellas y Física Estelar; Materia Interestelar y Universo Local, y Galaxias y Cosmología”, comenta el astrónomo a Reporte Índigo.
Además, la IAU tiene la responsabilidad de definir las constantes fundamentales físicas y astronómicas, así como la designación oficial de los nombres de los cuerpos celestes y sus características.
La Unión está integrada por, aproximadamente, 15 mil miembros internacionales, todos astrónomos profesionales. Su política a largo plazo está definida por la Asamblea General e implementada por el Comité Ejecutivo y las operaciones diarias son dirigidas por los oficiales, entre los que se encuentra Silvia Torres, física egresada de la UNAM.
Para ella, otro de los grandes logros de la IAU es el impulso de la participación femenina, ya que hace medio siglo sólo había hombres en este campo.
Cada tres años, la Unión Internacional reúne a sus miembros en una Asamblea General, la cual está compuesta por 15 juntas en las que se plantean los problemas, soluciones y resultados que han tenido durante todo este tiempo.
Cuando Silvia Torres fue presidenta, de 2015 a 2018, se hicieron realidad muchos proyectos que beneficiaron a la Unión, como introducir a los jóvenes interesados en esta ciencia en la IAU.
“La mayoría de los integrantes de la IAU han sido gente ya consagrada, personas ya muy hechas y maduras que viven de la astronomía. Ahora, hemos hecho un esfuerzo grande por incluir a los jóvenes que recientemente acaban de hacer su doctorado, que están en su proceso de formación. Esto es algo que me tiene muy contenta”, admite la investigadora de la UNAM.
Una de las motivaciones que la IAU tiene para que los jóvenes se interesen en colaborar con ellos, es invitarlos a que cada año presenten su tesis en un concurso y el que haya realizado la mejor, gana un premio simbólico: un viaje para asistir a la sesión de la Asamblea General y presentar su trabajo. Pero lo más importante no es eso, sino el documento o la categoría que reciben por haber realizado el mejor texto doctoral en un determinado campo de la astronomía. “Pensamos que eso puede motivar a los estudiantes a nuestra Unión, porque nos faltan muchas personas”.
A pesar de que la IAU ha tenido varios logros, la astrónoma afirma que existen muchos campos en los que se tiene que seguir trabajando, como en aumentar el número de miembros que integran la asociación. Torres considera que sus colegas no ingresan por culpa de los comités nacionales que limitan sus miembros por el temor de que suba su contribución monetaria.
Otro de los esfuerzos que busca impulsar el organismo, según Torres, es acercarse a la preparación universitaria y doctoral de astrónomos, objetivo que están logrando con la construcción de más de 40 escuelas en distintas partes del mundo con alrededor de 30 jóvenes para que trabajen con aspectos modernos de la astrofísica.
En el país quieren reforzar los planes de estudio a nivel primaria y secundaria. “Como mexicana esa es mi mayor preocupación, otra es que somos muy pocos astrónomos, cada uno tiene que sacar su investigación y dar clases, no nos damos abasto. Nuestra única manera es acercarnos a maestros que estén en formación, en las escuelas formales, quisiéramos darles más conocimientos de astronomía básica, sencilla, para que ellos a su vez puedan transmitir ese conocimiento cuando vayan al aula, cuando den clase”, afirma la experta de la UNAM.
De acuerdo con la investigadora, la astronomía aún tiene mucho que dar, hecho que los estudiosos en este campo saben a la perfección y por lo que se entusiasman. Para Bagu, los próximos años no serán menos interesantes, pues no sólo se descubrirán nuevos planetas, sino que se podrán detectar y estudiar sus atmósferas. “Esto implicará un cambio radical en nuestra búsqueda y concepción de la vida más allá de nuestro planeta azul”, asegura el investigador argentino.
Una astrónoma fuera de este planeta
Silvia Torres Castilleja-Peimbert nació en 1940 en la Ciudad de México. Recuerda que no era una niña a la que le agradara ver las estrellas o los fenómenos astronómicos; este gusto le llegó cuando cursaba la Licenciatura en Física en la Facultad de Ciencias de la UNAM.
La astrónoma nunca se postuló para ser presidenta de la IAU, fue la Asamblea General la que reconoció su trabajo y decidió que representara a la institución internacional. “Yo nunca imaginé llegar a ser presidenta, imposible. Cada uno de los pasos me ha costado mucho trabajo”.
Uno de las emociones más grandes que ha sentido, fue cuando asistió a la primera Asamblea Nacional en París, donde, confiesa, nunca pensó ver cara a cara a los autores de los libros que ella tanto admiraba.
Entre los premios que ha ganado están el Nacional de Ciencias y Artes 2007, la Medalla del Mérito en Ciencias, otorgada por la Asamblea Legislativa de la CDMX en 2016, y el reconocimiento Sor Juana Inés de la Cruz de la UNAM.
100 años de historia
Experiencia y constancia respaldan el trabajo de este organismo internacional
- La Unión Astronómica Internacional fue creada en 1919 a partir de diferentes organismos. Su primer presidente fue Benjamin Baillaud. Su objetivo es promover, coordinar la cooperación y la elaboración de las reglas de nomenclatura de los cuerpos celestes.
- En 1922 se celebró la primera Asamblea General. Durante sus inicios, la organización estableció algunas de sus funciones más importantes: la coordinación de la nomenclatura, definiciones y estandáres; el intercambio de información y la creación de comisiones.
- En las décadas de los 50 y 60, la astronomía tuvo un avance considerable gracias a las tecnologías desarrolladas entre las guerras, lo que permitió tener nuevas herramientas y campos para estudiar mejor a esta área del conocimiento.
- En los 90, se involucró en la aparición de nuevos problemas como la contaminación lumínica y la “venta” de nombres de objetos celestes. También asumió un papel prominente en los esfuerzos por monitorear los objetos cercanos a la Tierra.
- En los últimos 20 años, la IAU ha enfocado gran parte de sus esfuerzos a la difusión, educación y estimulación de actividades en más países, por ejemplo, como con el proyecto “2009, año de la astronomía”, que fue extremadamente exitoso.
Otros eventos importantes
- Han pasado exactamente 100 años desde un hito en la historia de la astronomía: el eclipse solar, que se usó para probar la Teoría de la Relatividad General de Einstein. El fenómeno tuvo lugar el 29 de mayo de 1919.
- El 20 de julio de 1969 Neil Armstrong se convirtió en el primer hombre en pisar la Luna.