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“Después del invierno” es la más reciente novela de la escritora mexicana Guadalupe Nettel, y es el epicentro de dos monólogos compartidos por dos protagonistas: Claudio y Cecilia.
Estos personajes, unidos por la neurosis de su día a día y los entresijos de su psicología, desembocan una historia de amor compartida que se traslada a las pasiones, fobias y reminiscencias que carga el pasado de ambos, y los cuales se terminan compartiendo.
“Es la historia de dos soledades que de repente entran en combinación y también creo que lo más importante de es como la experiencia del dolor, ya sea del dolor físico, muy fuerte, del sufrimiento por la pérdida de alguien querido, de una enfermedad, digamos, muy peligrosa hace que rompamos verdaderamente esta burbuja en la que estamos metidos”, explica Guadalupe Nettel en entrevista para Reporte Indigo.
Claudio es un cubano residente en Nueva York y cuyo trabajo en una editorial lo mantiene inmerso en una rutina, además de estar en una complicada relación con Ruth, una elegante sueca que conoce en dicha ciudad.
Por su parte, Cecilia es una oaxaqueña criada por su abuela, estudiante residente en París, y la cual mantiene una extraña afición por las tumbas y los cementerios que comparte con Tom, un chico de estado delicado de salud y con quien comparte una relación sentimental.
“Ella tiene la manía de escuchar a sus vecinos e ir escribiendo, casi, un reporte de lo que cada uno hace, y aprenderse sus rutinas, también es una manera de paliar la soledad, él también tiene muchas obsesiones respecto a los objetos de su casa, como se guardan los platos, en qué vaso va a tomar agua, cómo guarda su ropa, qué hábitos cotidianos va a repetir o ejecutar”, narra Nettel.
La dinámica de un país al que no perteneces se constituye como un punto clave en la trama de “Después del invierno”, con una visión de lo que la sociedad primermundista crea en la mente de inmigrantes como Claudio y Cecilia.
“Está la idea de la soledad, de cómo se vive de forma aislada, solipsista, individualista en estos países, y como uno puede entrar también en esa dinámica. Ellos viven en departamentos muy pequeñitos, y el departamento pequeño y su mente se van volviendo su único espacio en el que ellos se encuentran bien”, dice la escritora mexicana.
Los protagonistas viven aislados, permanecen ocultos en sus apartamentos y miran a sus vecinos de manera hostil, viven en una burbuja en la que todo mundo está metido y pocos son los que se dan cuenta del hecho, tal como afirma Nettel.
Sobre la creación de los personajes, la autora revela que sí cuenta con un alto porcentaje de elementos autobiográficos, al menos para el personaje de Cecilia, mientras que Claudio fue realizado a partir de amigos cubanos que conoció en su paso por Francia.
“Fui estudiante, viví en Paris, viví en un departamento como en donde esta chica vive que es muy pequeño, frente a las tumbas de un cementerio, y también tomé varios de mis diarios para hacer la materia prima de la narración, en ese momento que estaba viviendo en directo el choque cultural, también tiene un par de historias muy fuertes que me sucedieron ahí, en Francia”, reconoce Nettel.
Galardón en medio del dolor
El pasado lunes 3 de noviembre fue anunciado que la escritora mexicana había sido merecedora del trigésimo segundo Premio Herralde de Novela, otorgado por la editorial española Anagrama, y el cual fue anunciado por Jorge Herralde, editor de la firma española y miembro del jurado que seleccionó a la mexicana entre mil 461 candidatos.
Así mismo, el galardón está dotado con 18 mil euros, aunque para Guadalupe Nettel la noticia de su premiación fue motivo de alegría y orgullo por su trabajo, el momento por el que pasaba en su vida privada opacó la premiación.
“Lo viví como un privilegio, pero ocurrió en un momento muy triste de mi vida porque mi padre estaba muy enfermo y estaba a punto de fallecer, entonces creo que no es que sea realmente un momento que pueda separar y recordar entre los más felices porque sucedió justo en uno de estos momentos más horrendos de mi vida”, declara Guadalupe Nettel.
Al mismo tiempo menciona que ahora siente una gran responsabilidad como escritora tras haber recibido el máximo galardón literario, por el peso del premio y por las figuras que lo han recibido.
“Ahorita es como, te digo, un privilegio enorme estar en una lista donde se encuentra también Enrique Vila Matas, Roberto Bolaño, Sergio Pitol, Piglia, una cantidad muy grande de escritores con un talento brutal y que yo admiro muchísimo”, señala Guadalupe.
Se le mira cansada de recibir a los periodistas, entrevista tras entrevista, respecto a eso comenta que es parte de la promoción que acompaña su oficio como escritora, y de igual forma representa un estrés que no se puede evitar.
“Por más que quieras evitar eso es hablar y hablar y hablar, desde fuera, tratando de explicar algo que te tardó diez años, que te llevó diez años contar, en tres palabras, y de repente la cabeza se pone en ese modo personaje y no para de formular cosas, y la verdad es que es un poco estresante, incluso me da mucho insomnio cuando estoy haciendo promoción”, reconoce la escritora.
De la misma forma indica que aunque forma parte del oficio del escritor, la promoción y la redacción de un libro son cosas distintas, pues es más placentero estar en el proceso de creación de una obra.
“Son como dos momentos muy separados, el momento en el que estás escribiendo solamente centrado en una historia y en tu texto y puedes hacerlo en pijama a las doce del día, y el momento de la promoción que casi te vuelves un personaje”, agrega Nettel.
Solidaridad con protestas
Consciente de que se deben apoyar las actuales protestas y manifestaciones que surgieron a partir de la desaparición de 43 estudiantes de la normal rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, la autora de “El cuerpo en que nací” manifiesta que se deben apoyar las expresiones, puesto que es algo que no veía desde el levantamiento zapatista en 1994.
“Esperé 20 años para volver a ver a la sociedad civil así y estoy muy contenta de que estas cosas se estén dando, que haya protestas, que haya marchas, creo que hay que apoyarlas, fomentarlas, participar en ellas y participar de este momento en el que estamos cohesionados, creo que aquí hay una oportunidad y que tenemos que tomarla sí o sí”, expresa la escritora.
Y en referencia a la petición de renuncia del presidente de la República expresa que no está de acuerdo en que el cambio se encuentra en la salida de Enrique Peña Nieto, aunque destaca la necesidad de crear alternativas para lograr una transición.
“Tenemos cuatro años antes de las próximas elecciones y en esos cuatro años no hay que dejar el impulso para constituir como una alternativa, un frente cívico, algo donde todos participemos, creo, por ejemplo, una de las experiencias que me dejó vivir en países como Francia es que la gente tiene mucha conciencia ciudadana”, finaliza Guadalupe Nettel.