Un nuevo frente contra el cáncer

En México, la frecuencia estimada de cáncer cerebral en adultos es de 6 por ciento. Su letalidad es alta, pues es del 80 por ciento, según los datos difundidos por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en el 2011.

El cáncer es la principal causa de muerte a nivel mundial, ya que representa el 13 por ciento de los fallecimientos, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

De hecho, para el año 2030 las muertes causadas por cáncer llegarán a 12 millones, con un promedio de 238 mil casos cada año, según informó la OMS a inicios de este año.

María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
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En México, la frecuencia estimada de cáncer cerebral en adultos es de 6 por ciento. Su letalidad es alta, pues es del 80 por ciento, según los datos difundidos por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en el 2011.

El cáncer es la principal causa de muerte a nivel mundial, ya que representa el 13 por ciento de los fallecimientos, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

De hecho, para el año 2030 las muertes causadas por cáncer llegarán a 12 millones, con un promedio de 238 mil casos cada año, según informó la OMS a inicios de este año.

El 17.6 por ciento de los casos de cáncer en México son de tumores en la cabeza y cuello, según el Instituto Nacional de Cancerología. 

De los cuales 7.5 por ciento son tumores cerebrales.

Para combatir el cáncer cerebral, se han dado pasos agigantados en la medicina, entre los mejores avances están el tratamiento Brainsuite®, en el que un sistema de neurocirugía llega a los tumores que se encuentran en zonas sensibles del cerebro, casos que son muy complicados.

El tratamiento de pacientes de cáncer cerebral “depende de varios factores, incluyendo la ubicación y el tipo de tumor, así como el estado de salud en general del paciente”, dijo Marta Penas-Prado, profesora adjunta en el Departamento de Neuro-oncología y la División de Oncología del MD Anderson en Houston, Texas.

Esta semana se dio a conocer que expertos del Herbert Irving Comprehensive Cancer Center identificaron 18 nuevos genes responsables de conducir glioblastoma multiforme, el cáncer cerebral más común y agresivo en adultos.

Un hallazgo que no solo apunta al posible origen de ese tipo de cáncer cerebral: los genes. A su vez, estos genes también son el camino hacia la solución.

“Los cánceres dependen de genes conductores para permanecer cánceres y los genes controladores son los mejores objetivos para la terapia”, apuntó Antonio Iavarone, autor de este estudio y profesor de patología y neurología del Columbia University Medical Center (CUMC).

Y es que cuando se identifica el conductor de un tumor particular y se ataca, el cáncer colapsa, añadió Antonio Iavarone.

Esta investigación ha identificado la mayoría de los conductores del glioblastoma, por lo tanto “una lista de los objetivos más importantes para el desarrollo de fármacos para el glioblastoma y la base de tratamientos personalizados de cáncer cerebral”, añadió el profesor de patología y neurología.

Este estudio fue publicado esta semana en la revista científica Nature Genetics.

Tratamiento personalizado en potencia

En cualquier tumor, cientos de genes pueden mutarse, pero “distinguir las mutaciones que conducen al cáncer de mutaciones que no tienen efecto alguno ha sido un problema desde hace mucho tiempo para los investigadores”, según Anna Lasorella, profesora asociada de pediatría, patología y biología celular del CUMC.

“El 15 por ciento de los genes controladores del glioblastoma se pueden dirigir con fármacos, lo que sugiere que en un futuro no lejano sean posibles los tratamientos personalizados para algunos pacientes”, comentó Anna Lasorella.

Si la copia de un gen en un tumor muta en algún punto, la segunda copia mutará en una forma diferente, así que habrá más probabilidad de que ese gen sea un conductor, subrayó Antonio Iavarone.

La técnica utilizada en el estudio de Iavarone y su equipo identificó 18 nuevos genes que no habían estado relacionados –o implicados– en glioblastoma.

Para que los tratamientos personalizados sean una realidad, “se necesitan análisis complicados”, enfatizó Iavarone, ya que los tumores de los pacientes se alimentan de genes conductores diferentes.

Y es que en algunos tumores es obvio identificar cuál es el gen conductor, explicó el experto, “pero en otros es mucho más difícil reconocerlo”.

Cuando se identifica un gen conductor, se lleva al laboratorio para corroborarlo. Para esa prueba se utilizan células madre –aisladas al tumor– del paciente.

Los expertos pretenden que se puedan aplicar tratamientos personalizados para cada paciente y con la identificación de los genes conductores, será más fácil desarrollar ese tipo de tratamientos en un futuro no muy lejano.

Sin embargo, también se tendrían que aprobar los fármacos para suministrarlos para atacar los genes conductores, debido a que los medicamentos que atacan al 85 por ciento de los conductores de glioblastoma no se han aprobado todavía.

Quimioterapia personalizada

Mientras la ciencia y la medicina buscan las maneras de que los tratamientos para enfermedades como cáncer sean personalizados, al igual que lo sea el suministro de medicamentos, científicos del Hospital Johns Hopkins informaron que desarrollaron una manera de personalizar los fármacos de la quimioterapia, utilizando líneas celulares de los propios tumores de los pacientes.

Anirban Maitra, profesor de patología y oncología de la Johns Hopkins University School of Medicine, afirmó que los médicos suelen elegir los medicamentos para la quimioterapia basándose en los órganos que están afectados, pero las líneas celulares que utilizaron “son más precisas para representar los tumores y pueden probarse contra cualquier biblioteca de medicamentos del mundo para ver si el cáncer es sensible y responde a ellas”.  Además, Maitra aseguró que son más efectivas para predecir qué medicamento será mejor para cada paciente, de manera particular.

Prevención y detección del cáncer de colon

En la “guerra” contra el cáncer la detección temprana es crucial para obtener la victoria y evitar que esta enfermedad se expanda y afecte a más órganos del cuerpo.

El MIT ha desarrollado la “endoscopia fotométrica estéreo”, según su descripción oficial. Esta nueva tecnología de imágenes en 3D podría mejorar la eficacia en la detección –con mayor precisión– del cáncer de colon (también llamado cáncer colorrectal).

Incluso sería una evolución de la colonoscopia (exploración que permite visualizar directamente el intestino grueso completo y la parte en donde termina el intestino delgado).

Una de las grandes ventajas de este nuevo sistema es que se puede implementar en los endoscopios ya existentes, solo se requeriría actualizar el software y ajustar las luces.

Hasta ahora se han hecho pruebas con intestinos artificiales, en las próximas semanas se espera experimentar con intestinos de personas reales o al menos eso esperan los expertos del MIT.

La soya como alternativa preventiva

El sistema del MIT no es el único avance innovador para combatir el cáncer de colon, científicos de la Universidad de Illinois encontraron la razón por la que los alimentos con base en soya disminuyen el riesgo de padecer cáncer de colon.

Todo se debe al genisteína, un compuesto de la soya que reprime las señales celulares que, por regularidad, causan que algunas células se vuelvan cancerosas.

La genisteína bloquea el rápido crecimiento de esas células, así como el desarrollo de pólipos (tumores).

El intestino de las personas está lleno de células madre que producen una membrana que absorbe nutrientes y agua de la comida que ingieren las personas. Estas células se dividen muy rápido, de esa manera las personas tienen una membrana nueva cada semana. Este proceso continuo hace que el intestino sea propenso a desarrollar cáncer.

Los resultados de este estudio sugieren que la genisteína ayuda a que se reduzca la señalización Wnt (proteínas que pasan señales fuera de la célula hacia adentro ) entre las células, lo que desacelera el crecimiento de las células y permite que se queden en los mismos niveles que las que no son cancerígenas.

Hong Chen, autor del estudio, dijo que “la señal (celular) de crecer siempre está ‘encendida’, lo que conduce a que crezcan incontroladamente tumores malignos”.

La dieta rica en soya regula la señalización de la Wnt durante el desarrollo de cáncer de colon.

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