Con sólo 25 copias a nivel nacional, Julio Bárcenas promociona su ópera prima, Emma. Las ilusiones de Emma van más allá de las muñecas y los juguetes de cocina, ella es feliz pateando un balón de futbol y entregándose con pasión a este deporte, al igual que otras de sus compañeras en su escuela.
Pero cuando llega un nuevo compañero de clase, Andrés, le dice que las niñas no juegan soccer, por lo que ella le demuestra que está equivocado; además, tiene el apoyo completo de sus padres para perseguir esta meta deportiva.
Bajo esta premisa, con un guión original de Adriana Pelusi de Icaza, fue como después de años de dedicarse a la producción, Julio Bárcenas se aventuró a dirigir su primer largometraje en 2018, el resultado fue Emma, una cinta infantil que el último día de 2020 tuvo su estreno en salas en México.
Debido a la pandemia, Emma sólo ha llegado a 14 salas en el país con 25 copias, posponiendo indefinidamente su entrada en Ciudad de México, Puebla, Estado de México y más sedes de circuitos independientes.
Originalmente este largometraje tenía contemplado entrar a salas a mitad del año pasado, pero con la llegada del coronavirus, el estreno se aplazó sin remedio. Fue así como ahora se encuentra con una exhibición limitada y sin posibilidades de verse, al menos en las grandes ciudades.
Emma contó con el apoyo del Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción y Distribución Cinematográfica Nacional (EFICINE) para su distribución en el ejercicio 2020, por un monto de 899 mil 81 pesos, por lo que al ser una producción federal, Julio Bárcenas estaba obligado a estrenarla en un periodo no mayor a un año.
Además, en 2015, a través del Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (FIDECINE) cuando originalmente la cinta se titulaba Emma, Dios y el futbol, la producción recibió un presupuesto de 20 millones 244 mil 668 pesos, según se observa en documentos del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales.
Ante la crisis sanitaria actual y la precaria apertura de salas en México, más las 25 copias que sólo tiene Emma, Julio Bárcenas ve prácticamente imposible que se pueda recuperar el total de la inversión fílmica de esta película.
“Dudo mucho que eso sea posible, al final del día, el esfuerzo que está puesto en esa película, no solamente es un presupuesto ejercido gubernamentalmente, sino que está puesto, por ejemplo, siete años de mi vida, eso no tiene un precio como tal y por desgracia actualmente el acceso a salas de cine es muy complejo”, dice el también productor, vía telefónica.
Cuando el semáforo epidemiológico lo permita, Emma se incorporará a matinés y funciones regulares en la Cineteca Nacional, así como a la programación de la Cineteca Tulancingo, la Cineteca Mexiquense, el Forum Cultural Guanajuato en León, la Cineteca Zacatecas y el Cineclub de la Universidad de Guanajuato.
México sin cine para niños
Hacer, vivir y producir el séptimo arte en México es una faena de por sí complicada, debido al financiamiento público y el maniobrar con estos recursos, ahora intentar hacer ficciones que estén enfocadas al público infantil es una tarea extra que ha perdido la tradición y el rigor que existía en décadas pasadas.
El clásico La Caperucita roja (1960), con Manuel “El Loco” Valdez, las decenas de películas de Xavier López “Chabelo”, o la animación ahora olvidada de Katy, Kiki y Koko (1988), son sólo muestra de las producciones que antes se realizaban en México, y que ahora faltan realizarse en el cine nacional.
“En el festival La Matatena, que se lleva a cabo aquí en Ciudad de México, fuimos parte de él y Emma fue la única película mexicana este año, porque justo como bien dices, qué orgullo representar al género, pero por otro lado hemos ido perdiendo terreno en relación a este tipo de productos”, platica Julio Bárcenas.
El cineasta reconoce el gran éxito que han tenido las productoras estadounidenses en el mercado infantil, mientras que en México se ha vuelto redituable la apología al crimen, por lo que se necesita seguir realizando más cine dirigido hacia los niños.
“Disney tiene gran éxito en relación a este tipo de público y tiene acaparados muchos de estos espectadores, y creo que nosotros hemos desaprovechado un poco y hemos abandonado este mercado, apostando hacia otras líneas narrativas, tal vez como productos que tienen alegoría a la violencia, a la corrupción y narcotráfico”, agrega.