Un luchador implacable
Jon Hamm sabe lo que es tenerla difícil, dentro y fuera de la pantalla chica. Por eso conoce de compromiso y perseverancia.
Y quizá por eso, pese a 16 intentos a lo largo de los últimos siete años, el actor de 44 años ganó, finalmente, el Emmy a Mejor Actor de Drama por su papel de Don Draper en la icónica serie “Mad Men”.
Eugenia RodríguezJon Hamm sabe lo que es tenerla difícil, dentro y fuera de la pantalla chica. Por eso conoce de compromiso y perseverancia.
Y quizá por eso, pese a 16 intentos a lo largo de los últimos siete años, el actor de 44 años ganó, finalmente, el Emmy a Mejor Actor de Drama por su papel de Don Draper en la icónica serie “Mad Men”.
“Los beneficios de mi trayectoria fueron aprender humildad, aprender a ser paciente y aprender cómo de alguna manera funciona el sistema”, dijo a W Magazine en 2010 el también productor de la serie del mundo de publicistas de los 60 de Madison Avenue, nacido en la ciudad de San Luis, Misuri.
Porque antes de la serie del creador Mathew Weiner, se podría decir que el actor de “Bridesmaids” (2011) y series como “30 Rock”, “Conan” y “Saturday Night Live” era poco conocido. O al menos su nombre aún no figuraba en la industria del cine y la televisión.
Aún no había llegado a los 30 y Hamm ya había quedado huérfano, impartido clases de deportes y arte dramático, y trabajado como mesero.
Una vez en Los Ángeles, California, a donde llegó con menos de 200 dólares en mano, fue despedido por una agencia dado a que no consiguió un papel en tres años.
“Estaba debajo de la lista de todos”, comentó Hamm a The Hollywood Reporter.
Su siguiente trabajo: decorador de sets de una serie de películas pornográficas. “Fue abrumador”, expresó a la revista Variety el año pasado.
Ante recurrentes rechazos para programas piloto para televisión, y la dificultad para encontrar estabilidad como actor, Hamm pudo haber tirado la toalla y haberse dedicado a otra profesión. Pero perseveró, y alcanzó.
“Sabía que tenía talento, capacidad y descaro y confianza como algún tipo de punto partida”, señaló Hamm a W Magazine. “Pero entonces el gran misterio es saber cómo lograr que alguien preste atención. Así que seguí audicionando. Seguí asistiendo (a los castings) y continué intentando. Y seguí intentando para dejar a un lado la voz que estaba diciendo: ‘eres terrible. Hay alguien que es mejor que tú. Le darán el papel al otro chico’. Y agrandar la parte de mí que decía, como, ‘tú lo vales. Tú deberías estar aquí’”.
Flash-forward a ese Jon Hamm cuya interpretación del enigmático publicista Don Draper en “Mad Men” creó un antes y un después en la historia de la televisión… El actor lanza una frase con la que está bien familiarizado: “a veces la vida te bombardea con muchas cosas y tienes que lidiar con ellas”, afirmó Hamm a El País en relación a sus problemas de adicción al alcohol, motivo por el cual se sometió durante un mes a un programa de rehabilitación el pasado mes de febrero, en el Silver Hill Hospital, en Connecticut.
Aunque se desconoce si el alcohol fue el motivo de su reciente separación con quien fuera su compañera y brazo derecho durante más de 15 años, la actriz y directora Jennifer Westfeldt, el anuncio que la pareja dio a People a principios de mes deja entrever que su adicción a esta sustancia pudo haber influido en dicha decisión:
“Con gran tristeza hemos decidido separarnos después de 18 años de amor y una historia compartida. Vamos a seguir siendo solidarios entre nosotros en todas las formas posibles para seguir adelante”.