Un himno para enero
Todo buen disco tiene por lo menos una joya perdida; y cada mes del año tiene por lo menos una buena canción dedicada por alguna banda o artista.
Para el primer mes de este año, estas dos variables se encuentran en una canción escondida en el centro de "The King Is Dead", el más reciente álbum de The Decemberists.
Esteban Castro
Todo buen disco tiene por lo menos una joya perdida; y cada mes del año tiene por lo menos una buena canción dedicada por alguna banda o artista.
Para el primer mes de este año, estas dos variables se encuentran en una canción escondida en el centro de “The King Is Dead”, el más reciente álbum de The Decemberists.
Mientras otras canciones fueron sencillos y tuvieron complicados videos basados en la novela “Infinite Jest” de David Foster Wallace, la tranquila nostalgia de “January Hymn” es la razón principal por la que sigo escuchando ese disco a casi dos años de su lanzamiento.
La elegancia de ese track se basa en un simple arreglo de guitarra acústica que hace que la transparente voz de Colin Meloy sea el foco total de una canción que destaca por su letra, la cual usa las usuales tareas invernales para traer al presente recuerdos adolescentes de inviernos y amores pasados.
La palidez y novedad de enero no podría ser encapsulado de mejor manera.
“January Hymn” más que ser una balada indie, le hace honor a su nombre y se convierte en un himno que vale la pena cantarse durante todo el año.