Al hijo de Amelia lo mataron. Omar Mateen fue el asesino. Con un fusil AR-15 entró al club gay Pulse de Orlando y le quitó la vida a él y a 48 personas más. La madrugada del 12 de junio de 2016 Dany le envió a su madre unos últimos mensajes: “Mami, te amo… voy a morir… es un terrorista”.
Este trágico suceso es el detonante para contar la historia de La Golondrina, de Guillermo Clua, obra de teatro que se presenta en el Teatro Milán. La actriz Margarita Sanz le da vida a Amelia, una maestra de canto que tiene que enfrentarse a diversos procesos, desde aceptar la muerte de su hijo, vivir con su ausencia, asimilar que era gay y que vivía una vida que ella poco conocía.
En escena vemos a Amelia tocando el piano mientras que Ramón canta. Él busca que ella le de clases de canto para poder interpretar una canción en el memorial de su madre fallecida. Aunque al principio la maestra se resiste, acepta apoyarlo. Así inicia La Golondrina, que se presenta de viernes a domingos, hasta el 30 de julio. Amelia y Ramón tendrán que elegir entre dos caminos: odiarse o caminar juntos.
💥 ¡No te pierdas ‘La Golondrina’ (@golondrinaobra) en el @teatro_milan!
Obra de Guillem Clua inspirada en el ataque al bar gay Pulse en Orlando en 2016, que abraza el dolor de la pérdida como una experiencia compartida que une a dos generaciones. pic.twitter.com/fH3OkHWHfF
— Cuórum Morelia A.C. (@FundacionCuorum) June 14, 2023
Margarita Sanz dice sentirse satisfecha de participar en una obra de teatro que está abriendo ante la gente una conversación muy importante en muchos sentidos, no nada más en aceptar una orientación sexual diferente de otra persona, sino en cómo está organizada una familia; cómo las instituciones religiosas, que deberían unir porque el amor es su lema, más bien separan y llenan de prejuicios; y cómo las instituciones educativas están formando niños que se vuelven homofóbicos y que se pueden ser racistas también.
Sanz recuerda una imagen que está circulando en todas las redes sociales. La de un padre que tiene un escudo en la mano, el cual impide que los colores del arcoíris, que es la bandera de la comunidad LGBT+, lo toque. La imagen va acompañada de la leyenda: “Cuando ellos tengan edad ya sabrán qué hacer, pero no, ahorita no”. Lo que evidencia todo el trabajo que falta por hacer.
“Entonces eso ya empieza mal, aunque realmente sí ha mejorado algo, porque ya la comunidad está en todos lados, la verdad, está en el Gobierno y no es que el Gobierno mejore con eso, desafortunadamente, pero de todas maneras ha mejorado. Claro que muchas personas de la comunidad, como no han vivido todos estos cambios, no tienen un eje de comparación, pero sí ha mejorado mucho y tiene que mejorar todavía más, porque tenemos una deuda, tenemos un río de sangre entre esa comunidad”, expresa la actriz.
Desafortunadamente, el 12 de junio de 2016, un hombre entró al bar gay Pulse, en Orlando, FL, matando a 49 personas e hiriendo a 53 más. Si bien nunca se catalogó como un ataque homofóbico (el autor material citó motivos islámicos para justificar sus actos), el hecho
13/15 pic.twitter.com/B0p6kjC0fW— arygh (@arygh68) June 23, 2021
Así que cada función que da La Golondrina dice la hace sentirse afortunada de estar en una obra que le gusta, que disfruta y donde es plena dentro del sufrimiento y los pequeños globitos de comicidad que tiene.
“Estoy con compañeros, con actores jóvenes, que tienen un buen futuro, si es que no pierden, verdad, la mística de trabajo que sí tienen, porque la tienen, son disciplinados, son buenos compañeros”, comenta sobre Alejandro Puente y Germán Bracco, quienes alternan en el papel de Ramón.
Un mensaje para las madres
Ramón y Amelia viven en escena diferentes momentos llenos de nostalgia, risas, enojo y reproche. Uno no es capaz de entender el proceso del otro. Mientras él pelea y afirma que el dolor por la muerte de las 49 personas en Pulse es de la comunidad LGBT+, Amelia defiende que no, que es de todos.
Se enoja porque nadie tiene derecho de venir a su casa y decirle cómo debo entender la muerte de mi hijo. “Ustedes no son dueños del dolor de todos, porque esa noche sí, muchas de las personas que murieron ahí, pues la mayoría eran homosexuales, pero también no”, le dice Amelia a Ramón.
Margarita Sanz interpreta a una madre que tiene una cierta educación y una cultura que es distinta a la de su hijo, por lo que reconoce que no tiene un botón que se aprieta para entender las cosas, para decir “Ay, ya entendí todo lo de lo gay, ya entendí lo de mi hijo”.
¡Muchas gracias @FernandaCGA y @juanmabernalch por acompañarnos en nuestra develación de placa para la temporada en el @teatro_milan! @bh5studios @oscaruriel @guillemclua #AlonsoIñiguez #MargaritaSanz @german_bracco y @alejandropuent_ pic.twitter.com/kWWjleIkKJ
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“Ves madres que no quieren ver eso, porque no están preparadas, y si lo ven, quién sabe qué pase, no quieren perder a su hijo, pero tampoco pueden entender este otro asunto”, reflexiona la actriz.
Si bien hay tiempos para entender, para aceptar, para salir del clóset, La Golondrina expone lo que pasa cuando ese tiempo se acaba, cuando ya no hay oportunidad. Amelia no lo tuvo, le mataron a su hijo.
“La casa se me viene encima en una certeza de lo que nunca hice, una certeza muy oscura”, es uno de los diálogos que dice Amelia durante la obra, y es que el miedo le arrebató la oportunidad con su hijo sobre su homosexualidad.
La Golondrina es una obra que, por sobre todas las cosas, habla del amor; del amor de una madre hacia su hijo, de un hijo que amó a su madre hasta el último momento y del amor de hombre por otro hombre. Formas distintas de amar y de enfrentarse a diferentes procesos con las herramientas que tiene cada uno a la mano, pero, finalmente, amor.
¡No te la pierdas!
- En el Teatro Milán
- Viernes, 20:45 horas
- Sábados, 17:00 y 19:30 horas
- Domingos, 17:00 y 19:30 horas