Fue en julio del año pasado cuando los medios de comunicación informaron del desprendimiento de una plataforma de hielo en la Antártida. Este fragmento glaciar, medía 5 mil 800 kilómetros cuadrados, más grande que el estado de Aguascalientes, o igual a cuatro veces la superficie de la Ciudad de México.
Los científicos del proyecto MIDAS, quienes vigilaban de cerca la superficie de hielo que ya presentaba una grieta desde hace varios meses, señalaron que se trataba de uno de los bloques de hielo más grandes de la historia, y que su separación se dio entre el los días 10 y 12 de julio. Este iceberg, denominado A68, pesa más de un billón de toneladas según los expertos, por cálculos obtenidos vía satélite.
El rompimiento del iceberg fue una de las pruebas de que la temperatura en el mundo se ha incrementado considerablemente, al grado de que los años 2015, 2016 y 2017, forman el trienio más caluroso desde 1880, año en el que se inició el registro de la temperatura.
Aunado al iceberg, sequías, graves incendios y fenómenos extremos en el planeta como los huracanes, han sido protagonistas en la historia reciente del planeta.
Los informes independiente sobre el clima mundial en 2017, presentados por el Instituto Nacional del Océano y la Atmósfera de Estados Unidos (NOAA) y la NASA, señalaron que el progresivo aumento de temperaturas más que considerarse como un fenómeno aislado, es una tendencia.
Hasta el momento, los científicos han detallado que el 2016 fue el año más caluroso. De los periodos 2015 y 2017, no han logrado determinar cuál ocupa el segundo lugar, debido a que su diferencia es mínima y ambos organismos continúan comparando sus resultados.
En otro análisis, realizados por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y por el Met Office, ambos del Reino Unido, ya han incluido en su top 3 al 2017, como uno de los años más cálidos.
A esta información, debe sumarse que tanto la NASA como la NOAA coinciden en que los cinco años posteriores a 2010 también han sido los más calurosos.
Los científicos afirman que el presente no es el gran problema, sino que, al ser esta una tendencia, la humanidad comenzará a ver que los años se volverán más calurosos con el paso del tiempo.
Estudios históricos del clima elaborados por la OMM, detallan que desde la era preindustrial, la temperatura general del planeta se ha incrementado en 1.1 grado Celsius. El objetivo de la comunidad internacional es evitar que a finales del siglo XXI ese incremento sea mayor a 1.5 grados.
Pero la preocupación es mayor entre los expertos, cuando los cálculos, con base en los gases de efecto invernadero que son arrojados a la atmósfera, alertan en que el aumento real sería de hasta 2 grados para el 2100.
