Trudy y Max se enamoran, la obra que cuestiona la infidelidad femenina

La actriz y productora Zayda Aullet descubrió la obra Trudy y Max se enamoran durante su búsqueda activa de textos que resonaran profundamente con ella. Este encuentro no fue casual, fue el resultado de una búsqueda intensa de algo que realmente la conmoviera y desafiara como actriz y creadora.

El montaje, de la dramaturga Zoe Kazan, dirigido por Yulleni Vertti y en cartelera en La Teatrería hasta el 13 de agosto, está ambientado en la ciudad de Nueva York. Esta historia capturó la atención de Aullet por su exploración de las complejidades de las relaciones románticas en la actualidad, donde las conexiones están a solo un click de distancia en las redes sociales y aplicaciones de citas.

“Los textos tienen que ser personales, debe existir una conexión de suma importancia y trascendencia. Me gustó porque fue conectar con ese texto desde la entraña; me parece que hay un sinfín de posibilidades, todo el tiempo, y del por qué conformarte con lo que ya tienes o con lo que podrías tener, si existe otra puerta que es más llamativa”, explica Zayda a Reporte Índigo.

Zayda Aullet, al leer la obra, sintió desde el inicio una conexión profunda con el personaje de Trudy, a quien da vida en esta temporada.  Desde su perspectiva confiesa que pasó por una situación similar. Para ella, compartir experiencias personales en escena permite que lo personal se vuelva universal.

“Pienso que lo que es personal es universal, porque atraviesa la condición humana y nadie está exento de vivir ciertas emociones o de estar en una situación similar.

“La obra pone sobre la mesa un tema muy importante: la infidelidad  femenina; hay una cosa cultural y social donde nos pone a las mujeres como que, naturalmente, no somos infieles, y eso es falso. A lo mejor, las tasas de infidelidad sean menores, pero no significa que una mujer no tenga el deseo o que no tenga estos dilemas”, narra la actriz.

La sinopsis

Trudy (Zayda Aullet) es una escritora de ficción para jóvenes, mientras que Max (Miguel Soto) es un novelista famoso que no cree en el amor. Ambos se conocen en un coworking de escritores, donde su atracción se vuelve complicada debido a que Trudy está casada.

Su romance sumerge al público de manera divertida en los dilemas contemporáneos del amor: ¿Debemos conformarnos con lo que tenemos o seguir buscando incansablemente el amor donde sea? ¿Es posible amar a dos personas a la vez y desafiar las convenciones sociales?

“También se presenta el tema de la novedad y de la otra posibilidad, de decir ‘bueno, estoy bien, pero hay algo que está increíble y que me abre una puerta a otra vida’. A veces, quisiéramos tener varias vidas para decir, ‘podría estar con esta pareja, pero, al mismo tiempo, podría tener otra vida con esta otra persona’. El tema también es qué decisión tomas”, expone Aullet.

La historia de Trudy y Max, rodeada de amigos, terapeutas y colegas que aportan sus propias perspectivas sobre el amor y el conflicto, refleja una variedad de experiencias humanas con las que es difícil no identificarse.

“En el nombre del amor hacemos muchas tonterías, y ese es precisamente el dilema y lo controversial de estos personajes. Pero, con esta pieza se busca que el espectador abrace su historia  y comprenda su perspectiva, porque cada uno está haciendo lo mejor que puede en sus relaciones.

“A menudo asumimos que el otro no se preocupa lo suficiente, pero la verdad es que, a veces, no nos escuchamos mutuamente. Esta historia presenta el conflicto real de dos personas que desean estar juntas, pero enfrentan obstáculos significativos, como la falta de comunicación y diferentes creencias sobre el amor y las relaciones”, concluye la productora.