Tres hermanos: el cine como resistencia y  la libertad de expresión en Argentina

La última película de Francisco Paparella sumerge en el desolado paisaje de la Patagonia argentina para abordar temas como la violencia, el machismo y la lucha por la libertad
Karina Corona Karina Corona Publicado el
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En el vasto y desolado paisaje de la Patagonia argentina, donde la naturaleza se muestra en toda su magnificencia y crudeza, el director Francisco Paparella sumerge al espectador en su última obra cinematográfica, Tres hermanos, la cual llegará a salas de cine en mayo.

La película, concebida a partir de una escena durante el rodaje de su anterior trabajo, Zanjas, se desarrolla en un escenario rural donde la violencia, el machismo y la soledad coexisten en un entorno salvaje y desafiante.

Paparella explica que desde el principio la película se construyó en torno a imágenes visualmente impactantes que lo inspiraron: dos hombres desollando un jabalí mientras escuchaban heavy metal.

“Uno de los aspectos más intrigantes para mí fue la autenticidad que percibí en estos personajes. Aunque puedan parecer salvajes o primitivos, tienen una conexión genuina con su entorno y una forma única de enfrentar los desafíos que se les presentan”, comenta Paparella en entrevista con Reporte Índigo.

La cinta Tres hermanos llegará a salas de cine nacionales próximamente bajo la distribución de Piano

El machismo y la soledad

En Tres hermanos se conocerá la historia de un linaje de cazadores, patagónicos, metaleros, que lidian con sus problemas de manera hermética, se reúnen en el campo paterno después de mucho tiempo. El menor se siente atraído por un compañero de jiu-jitsu; el mediano es diagnosticado con cáncer testicular; el mayor pierde su trabajo en un barco pesquero y vuelve al pueblo enganchado a la cocaína.

Mientras tanto, las lluvias amenazan con un alud en el bosque quemado que rodea su aserradero. Temas tan universales como la violencia y el machismo en un entorno implacable que moldea a los hombres tanto como a la tierra misma.

“Filmar escenas de violencia en Tres hermanos fue un proceso desafiante y emocionalmente agotador. Quería capturar la crudeza de la violencia en su forma más auténtica, pero al mismo tiempo ser consciente de no glorificarla ni trivializarla.

“Fue importante para mí abordar la violencia de manera honesta y sin adornos, pero también asegurarme de que fuera contextualizada dentro de la historia y que sirviera para profundizar en la comprensión de los personajes y su entorno“, explica Paparella.

La presencia de tres hermanos como protagonistas se convirtió en un reflejo de su propia familia y una oportunidad para examinar cómo las dinámicas familiares se entrelazan con la naturaleza humana.

Francisco Paparella nació en Buenos Aires, pero vivió su adolescencia en la Patagonia. Aunque lleva 15 años residiendo en México, regresar al escenario de su infancia le permitió reflexionar sobre el impacto del entorno en la formación de la identidad y el destino.

“A mi escuela iban chicos a caballo. Nosotros nos relacionamos mucho con la gente del lugar, los paisanos que son como los gauchos modernos; vimos cómo mataban a un cerdo, todo eso era tan real y tan del día a día; me interesaba narrar estos conflictos y pensar que todavía hay algo dentro de estas almas y personajes, que si bien, el salvajismo puede ser algo duro de ver, tiene que ver con que de autenticidad”, relata.

La película aborda temas como la violencia y la soledad desde una perspectiva cruda y sin concesiones. La relación de los hermanos con la violencia y la ausencia femenina en su entorno revela una complejidad en su carácter que desafía las convenciones sociales.

“Para mí, la película trata sobre la lucha constante entre la naturaleza humana y el entorno que nos rodea. Los personajes enfrentan su propia oscuridad y violencia interna, y aunque puedan intentar escapar de ella, siempre está presente en su vida diaria.

Estos personajes viven al día y si bien hay algo que nos repele de ellos, creo que también nos habla de la libertad muy diferente a la que nosotros también estamos aprisionados. Y la libertad la pensaría como una cárcel, un purgatorio donde no hay futuro, y no pueden escapar”, destaca.

Narra personas reales

De acuerdo con el director, la película busca generar un impacto duradero en el espectador, transformándolo a través del tiempo y permitiéndole reinterpretar la historia una y otra vez, descubriendo nuevas capas de significado en cada visionado.

'Es una película que no deja indiferente a nadie, y esa es la clase de cine que a mí me interesa generar”
Francisco PaparellaCineasta

“Parece que hay muchísimos cines y todos son válidos, pero a mí me interesa mostrar algo que perdure en el espectador que lo vaya transformando a través del tiempo, que también la idea original de la película pueda reinterpretar muchas veces e ir evolucionando, cambiando de forma hasta decantar”, narra.

Los personajes de Tres hermanos son seres complejos y multifacéticos, atrapados en un mundo donde la soledad y el aislamiento son moneda corriente. A través de sus historias personales, Paparella lleva a reflexionar sobre la autenticidad y el significado de la libertad en un contexto marcado por la violencia y la incertidumbre.

“Entender la relación del hombre y el espacio, en todo sentido, cómo afecta la soledad a esta gente, qué es lo que le pasa por la cabeza, más cuando no tienen las herramientas para procesarlos“, expone.

Además de explorar la psicología humana, Paparella aborda el tema de la violencia en su obra. Aunque se siente atraído por narrarla, rechaza su uso como medio para resolver conflictos.

“Yo creo que en la violencia humana hay algo salvaje y violento en todos nosotros que tratamos de domesticar, pero seguimos siendo animales que intentamos distanciarnos de esa parte de nuestra naturaleza, controlándola a través de sistemas de reglas y convenciones sociales”, concluye.

El arte y el Gobierno en Argentina

En medio de un clima político tenso en Argentina, Francisco Paparella expresa su preocupación por las recientes medidas gubernamentales que amenazan la libertad de expresión y la industria cinematográfica. Además, destaca la importancia del cine argentino no sólo como un medio de expresión cultural, sino también como una forma de proyectar la identidad del país a nivel internacional.

“Es lamentable observar cómo la cultura, en especial el ámbito cinematográfico, se ve afectada por decisiones políticas que coartan la libertad de expresión y buscan silenciar voces disidentes. El gobierno actual ha desregulado el Instituto de Cine y ha limitado el financiamiento de proyectos culturales, generando incertidumbre y malestar en la comunidad artística.

“Es un ataque a más de 700 mil  personas que trabajan en el rumbo, son un montón de familias que se quedan sin trabajo por una decisión política“, añade.

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