En México, las enfermedades del corazón siguen siendo una de las principales causas de muerte, y para quienes padecen insuficiencia cardíaca avanzada, el trasplante de corazón representa la última esperanza de vida.
De acuerdo con datos del Centro Nacional de Trasplantes (CENATRA), hasta el segundo trimestre de 2024, 27 pacientes se encontraban en lista de espera para un trasplante de corazón, lo que lo convierte en el cuarto órgano más solicitado en el país; sin embargo, en ese mismo periodo, solo se realizaron nueve trasplantes: ocho en la Ciudad de México y uno en Nuevo León.
La insuficiencia cardíaca afecta a más de 750 mil pacientes en México, y se estima que cada año, 75 mil personas más desarrollarán esta condición. Detrás de este padecimiento hay una combinación de factores de riesgo preocupantes: diabetes, hipertensión, colesterol elevado, obesidad y un estilo de vida sedentario.
Dicha realidad resalta la urgencia de tratamientos como el trasplante de corazón, que se lleva a cabo cuando otras intervenciones han fallado.
Para los pacientes que logran recibir un trasplante, el reto no termina con la cirugía. El cuerpo humano tiende a rechazar órganos ajenos, por lo que el uso de terapia inmunosupresora es fundamental.
Los medicamentos permiten que el organismo acepte el nuevo corazón y evitan complicaciones graves. Existen dos tipos principales de inmunosupresores: los de inducción, que se utilizan inmediatamente después del trasplante para prevenir el rechazo agudo, y los de mantenimiento, que se administran de forma continua a largo plazo.
El éxito de estos trasplantes también depende de un seguimiento médico cercano. Los especialistas ajustan las dosis de los inmunosupresores para minimizar efectos secundarios, lo que permite que los pacientes disfruten de una mejor calidad de vida.
La prevención es importante para cuidar el corazón
Además de los trasplantes, la prevención es clave para evitar que las enfermedades cardíacas lleguen a este punto crítico. Mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y monitorear la salud cardiovascular puede reducir el riesgo de enfermedades que lleven a la insuficiencia cardíaca. De hecho, los principales factores de riesgo son prevenibles: tabaquismo, mala alimentación, sedentarismo, consumo excesivo de alcohol y falta de control sobre la hipertensión y la diabetes.
No obstante, el mayor obstáculo para salvar más vidas es la falta de donadores. La conciencia sobre la donación de órganos en México sigue siendo baja, a pesar de los esfuerzos de organizaciones como Caritas Pharma, que promueven la importancia de este acto altruista y vital.
La donación de órganos es una oportunidad de ofrecer una segunda vida a aquellos que más lo necesitan, especialmente en un país donde el número de pacientes que requieren trasplantes sigue en aumento.
Con la mejora de los tratamientos y un enfoque en la donación de órganos, cada vez más pacientes pueden encontrar una nueva oportunidad a través del trasplante de corazón, prolongando vidas y llenando de esperanza a miles de familias mexicanas.