Transformación de Conahcyt: del Consejo controversial a la secretaría clave

El organismo gestor de la investigación científica en México operó en sus últimos años envuelto en críticas y con sus gastos mayores concentrados en asesorías externas para desaparecer decenas de fideicomisos en aras de austeridad
Jose Pablo Espíndola y Linaloe R. Flores Jose Pablo Espíndola y Linaloe R. Flores Publicado el
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Presentado como clave de la nueva administración federal por su conversión en secretaría, el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) deja una historia marcada por una gestión controvertida, concentración de sus gastos en asesorías externas para desaparecer antiguos fideicomisos, la suspensión de becas en el extranjero y una nueva ley de ciencia.

Desde su nombramiento en diciembre de 2018 hasta su salida en 2024, María Elena Álvarez-Buylla, la última directora del Conahcyt, enfrentó críticas por decisiones que, según varios actores del ámbito académico y científico, afectaron el desarrollo y la autonomía de la ciencia en México.

Ahora parte de la historia, el registro de compras públicas en la Plataforma Nacional de Transparencia y CompraNet da cuenta que el Consejo concentró sus dos gastos más grandes en servicios de asesoría para consolidar una de las medidas más controvertidas del sexenio pasado: la extinción de 64 fideicomisos. La terminación de estos fondos fue ordenada por decreto presidencial el 2 de abril de 2020. El proceso aún no ha concluido. Uno de estos contratos con la empresa Human Capital Assets S.A de C.V fue firmado en marzo pasado y tiene vigencia hasta el último día de 2024.


Además, entre los 20 gastos mayores aparece uno para reservación de vuelos nacionales e internacionales por más de 7 millones de pesos entre enero de 2022 a marzo de 2023, otro para la organización de eventos por más de 5 millones de pesos entre marzo de 2022 y marzo de 2023, y uno más para el comedor institucional por 3 millones 620 mil 689 pesos entre septiembre y diciembre de 2022.

Más de 300 contratos fueron firmados entre 2019 y 2024 con un promedio de 1.1 millón en promedio, según CompraNet.

De hecho, el Conahcyt aún tiene compromisos con empresas proveedoras hasta julio de 2025; es decir, cuando la nueva administración federal haya cumplido nueve meses. Se trata de servicios de arrendamiento de computadoras personales, telefonía e internet. La suma por ello es de poco más de 19 millones de pesos.

De cómo se inició la transformación del Conahcyt

La transformación del organismo se inició en mayo de 2023 cuando fue expedida la Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación, entre el rechazo de parte del gremio científico. La nueva normativa implicó que al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) se le añadieran las humanidades y evolucionara a Conahcyt. Además incluye a las Fuerzas Armadas en la toma de decisiones del sector.

Ahora, el Consejo se elevará a Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, cartera que estará a cargo de Rosaura Ruiz Gutiérrez, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Se trata de una de las improntas que la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, se propone. Uno de sus compromisos es “hacer de México una potencia mundial en ciencia”.

El 20 de junio, Claudia Sheinbaum Pardo, en ese momento virtual presidenta electa, dio la noticia: “Vamos a elevar el nuevo Conahcyt a ese rango. Se trata de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación. Es un honor que Rosaura nos acompañe en este espacio y además tiene una tarea adicional, ella va a hacer el proyecto de las universidades nacionales Rosario Castellanos y la Universidad de la Salud”, dijo.

La Presidenta Claudia Sheinbaum destacó su visión de una “República educadora, humanista y científica” como parte de sus compromisos. Foto: Especial

Julieta Fierro, investigadora de la UNAM y una de las más grandes divulgadoras de la ciencia en el país, considera que Rosaura Ruiz está muy comprometida con la ciencia y quiere hacer cosas muy importantes, como fortalecer los bachilleratos. “Yo espero que así se empiece a otorgar más financiamiento a la ciencia básica y a todas las ciencias y que se facilite la transferencia de la ciencia a la industria. En su discurso de toma de protesta, Claudia Sheinbaum dijo que iba a fortalecer a los proyectos nacionales, pero yo creo que también valdría la pena que el conocimiento se transfiriera a quien lo pueda utilizar para el bien”, comenta.

José Franco, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM, dice que espera que sea definitivamente benéfico, porque es urgente revertir los daños que hizo la actual administración y generar cambios que fortalezcan a la planta de ciencia, tecnología e innovación y también estimulen su vinculación con los sectores productivos y la industria.

“Veo con buenos ojos la propuesta y espero que la nueva administración tenga la capacidad de revertir en un tiempo corto los daños hechos y generar un buen camino hacia el futuro para la ciencia. Es indiscutible que la doctora Rosaura Ruiz tiene una visión muchísimo más amplia y también una mejor empatía con el resto de la comunidad que lo que tuvo la dirección general del Conahcyt que está saliendo”, reitera.

Antonio Lazcano, miembro de El Colegio de México, considera que el problema es que los usos y costumbres del sistema político mexicano no permiten que una secretaría tenga una junta de gobierno o la asesoría constante. El investigador expone que una secretaría “tiene una estructura rígida” definida por la ley, en tanto que la de un Consejo permite la evaluación de pares, así como la de los proyectos de investigación de una manera justa y adecuada.

“Ahora esto va a depender básicamente de las decisiones de la secretaria de Estado, de la doctora Ruiz, y no veo yo cómo se puedan incorporar los mecanismos como la evaluación de pares y demás, si uno revisa la estructura de las secretarías de Estado en México, esto nunca ha ocurrido.

El pasado que el Conahcyt debe dejar atrás, según investigadores

En 2019, el FCCyT dejó de ser financiado por el Conahcyt –en ese momento Conacyt– con el argumento de que no era necesario otorgar recursos públicos a una organización de la sociedad civil. Ello derivó en una denuncia penal en contra de 31 científicos y exfuncionarios por presuntos delitos de peculado y lavado de dinero.

Aunque las acusaciones finalmente fueron desestimadas por las autoridades competentes, el caso generó un fuerte rechazo en la comunidad científica, que lo interpretó como un intento de criminalizar a los científicos y limitar la autonomía de la ciencia en el país.

“Creo que el error de entrada es que se antepuso un prejuicio ideológico a cualquier desarrollo que necesitara nuestro país, que necesitara la ciencia de nuestro país. Por otro lado, se desarticuló el trabajo que estaban haciendo los centros públicos de investigación, de hecho, hubo uno que casi completamente se destruyó, que fue el Centro de Investigación y Docencia Económicas”, expresa José Franco.

María Elena Álvarez-Buylla es licenciada en biología y cuenta con una maestría en Ciencias por la Facultad de Ciencias de la UNAM. Foto: Especial

El investigador de la UNAM también señala que una serie de instancias que trabajaban de manera adecuada fueron borradas del mapa. “Desaparecieron instancias que eran relevantes e importantes para el sistema con mentiras muy grandes que se llevaron directamente a todo el pueblo de México; se engañó también al presidente (Andrés Manuel López Obrador), se inventaron cargos en contra de la gente del Foro.

“Se mintió sobre una vacuna contra el COVID-19 que supuestamente era 100 por ciento mexicana. Y no. Era una iniciativa que se hizo en otro país y que a la fecha sigue sin estar disponible. Se mintió respecto a una serie de ventiladores que hicieron a un costo muy alto y que no cumplieron con la función que debían de cumplir y, bueno, se hizo una persecución de investigadores que sencillamente no compartían la visión ideologizada de la administración que acaba de terminar”, lista Franco.

Todo ese panorama que explica el investigador de la UNAM es secundado por Antonio Lazcano, miembro de El Colegio de México y uno de los académicos que vivió en carne propia la controversia del Foro.

“La doctora Álvarez-Buylla terminó su gestión con una sucesión de fracasos enormes, y luego si uno revisa la avalancha de mensajes con las que nos ha inundado en estos últimos días, ya ha estado de verdad moviéndose entre la zalamería más cursi y la sensación de querer justificar lo que hizo. Es una pena”, expresa.

Para Lazcano, la peor herencia que queda fue el antagonismo de distintos sectores de la comunidad científica. “En lo que tuvo mucho éxito fue en enfrentar a distintos sectores, a unos acusándonos, o acusando a unos de corrupción, de malversación de fondos, de incapacidad para responder a las necesidades de un aparato científico nacional y a otros convencidos, desafortunadamente, de que hubo quienes se beneficiaron de manera ilegal de los recursos de la ciencia. Y eso es falso, digo, los jueces ya demostraron que eso es totalmente falso”, reafirma el experto en el estudio del origen y la evolución temprana de la vida.

Con todo, el Consejo vive sus últimos días. Hasta ahora, de acuerdo con su página pública, se han realizado 37 reuniones de trabajo en el proceso de transición hacia la nueva secretaría. La dependencia aún no aparece en la página del Gobierno de la República como tal y en el teléfono conmutador aún responden como Conahcyt.

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