El Colegio de San Ildefonso fue un recinto que acogió a un joven Octavio Paz en sus años como preparatoriano, a inicios de los 30. Ahora, este espacio se convirtió el día de ayer en su última morada al lado de su compañera Marie José Tramini.
Las cenizas de ambos artistas fueron depositadas en el aniversario 108 del natalicio del Nobel mexicano, en una urna funeraria al interior de un aula convertida en memorial dedicado al Premio Nobel de Literatura mexicano, cuyo diseño estuvo a cargo del fallecido artista plástico Vicente Rojo.
El coordinador ejecutivo del Colegio de San Ildefonso, Eduardo Vázquez Martín, explicó que la decisión de colocar los restos del poeta y su esposa surgió como respuesta a las diversas expresiones de algunos amigos de Paz, quienes aseguraban que este no deseaba que sus restos reposaran en la Rotonda de las Personas Ilustres, en el Panteón de Dolores.
De acuerdo con Vázquez Martín, el poema “Nocturno de San Ildefonso” fue el mejor argumento en favor de la propuesta; posteriormente se invitó al maestro Vicente Rojo, amigo de Paz, a participar en la concepción de un monumento que acogiera los restos.
Bárbara Jacobs, viuda del artista plástico, señaló que esta obra es una prueba más de que Paz y Rojo se admiraban mutuamente y se querían.
“Hay una anécdota muy divertida, cuando empezaron a cavar aquí para hacer esta fuente, se encontraron con que ahí abajo había otra, del siglo no sé qué. Entonces, tuvieron que venir muchas autoridades a dar su visto bueno”, recordó Jacobs.
Durante el acto solemne, en el que también estuvieron las escritoras Elena Poniatowska y Bárbara Jacobs, y el presidente en turno de El Colegio Nacional, Vicente Quirarte. El magistrado Guerra Álvarez hizo entrega de las cenizas de la pareja en el Memorial, y se inauguró la fuente escultórica Piedra de Sol, que Vicente Rojo diseñó especialmente para la ocasión.
En la ceremonia también estuvieron presentes la presidenta del Consejo Asesor Honorario de la Coordinación de Memoria Histórica y Cultural de México, Beatriz Gutiérrez Müller; la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum Pardo, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers, Alejandra Frausto Guerrero, secretaria de Cultura federal, quien también brindó unas palabras.
“El amor que los unió, el camino cómplice que anduvieron juntos durante más de tres décadas, a partir de hoy culmina en un hermoso memorial en San Ildefonso, donde comenzará otra historia”, expresó Frausto desde el Patio de Pasantes.
De acuerdo con la jefa de Gobierno, la coordinación de esfuerzos entre la Secretaría de Cultura federal, el INBA, el Patronato de San Ildefonso y el Tribunal Superior de Justicia de la CDMX, permitieron agilizar el proceso intestamentario de la heredera universal del poeta.
Además, será el instrumento que administrará los bienes y recursos provenientes de los derechos de autor y de distintas acciones para resguardar, cuidar y difundir el legado material e inmaterial del Nobel mexicano.
“Hemos dado pasos firmes en la constitución de un fideicomiso que permita autosustentabilidad, a fin de concretar el programa puntual de clasificación de los bienes a cargo del INBA, definir de forma colectiva su fin social.
“A partir de hoy, sus cenizas y las de su amada ‘Marijo’ permanecerán juntas, así cumplimos en no separarlo de su compañera de vida. que sus restos y memorias se mantengan aquí, en este espacio emocional de sus deberes y placeres juveniles”, concluyó Sheinbaum.