Tony Alva, una vida libre sobre ruedas

Con 61 años de edad, sobrio desde hace más de una década y con espíritu juvenil, Tony Alva sigue tomando la patineta como oficio y entretenimiento personal; el deportista opina a favor de los inmigrantes en Estados Unidos, ya que su padre era mexicano, y señala a Donald Trump como a un mandatario con intereses personales
Hidalgo Neira Hidalgo Neira Publicado el
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Antes de Tony Hawk, incluso que Rodney Mullen o Paul Rodriguez, hubo un pionero del skateboarding en California, Estados Unidos. A la edad de 10 años, en Santa Monica, un niño comenzó a tomar tanto la tabla de surf, como la de patinaje para adentrarse a este mundo en 1968. Ahora, 50 años después, cada mañana en su residencia particular, Tony Alva hace yoga, agradece a la vida y aprovecha también para surfear las olas de su natal California.

Constantemente se hidrata con agua y su piel claramente curtida por el sol, es la marca que le han dejado años de dedicarse al patinaje en las calles.

Aunque no tuvo la aprobación de su padre para ser skate en su adolescencia, ya que no la consideraba una profesión, Alva continuó este camino arduo, hasta volverse una leyenda viviente, ya que a sus 61 años de edad, sigue patinando, y se presume nunca se ha roto un hueso por andar encima de la tabla.

El sexagenario afirma que tiene esta pasión por el deporte, porque ama lo que hace, no por dinero ni para ser más famoso, ya que después de vivir en el estrellato, Alva conoció los excesos y ahora lleva 13 años reformado, sin tomar una gota de alcohol o consumir drogas.

“Antes usaba mi poder como hombre sobre otras mujeres, para tratarlas como si fueran menos que yo y ya no lo he hecho en mucho tiempo y eso me hace sentir que ahora soy mejor persona”, confiesa Alva, frente al público, después de la exhibición del documental The Tony Alva story, el cual fue presentado en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF).

Alva orgullosamente habla de su padre, Refugio Alba Jr., quien dejó Chihuahua y se casó con una mujer holandesa en la Unión Americana. Platica que su comida favorita mexicana son los chiles rellenos y mezcla a veces palabras en español y en inglés, el patinador se siente cercano a este país.

“La familia de mi padre era indígena, del desierto de Chihuahua, de la familia Alva, el nombre originalmente viene de España, pero hubo mestizaje con los mexicanos, de ahí viene la familia de mi padre, de hecho del desierto de Sonora. Era un tipo difícil, era boxeador y mi relación no fue fácil, aunque antes de morir nos sinceramos”, agrega el deportista.

The Tony Alva story fue producido por la compañía textil Vans y dirigido por Rick Charnosk y Coan Nichols. Tuvo su estreno nacional en el GIFF y seguirá recorriendo otros festivales de cine internacional, para posiblemente después verse en línea de manera gratuita, según informaron miembros de la empresa de tenis.

El “ególatra” de Donald Trump

De lentes oscuros, rastas y playera blanca, el patinador profesional responde sin filtro su opinión acerca del actual mandatario de la Casa Blanca. “Donald Trump sólo está viendo por Donald Trump, esa es la manera en que es él, ególatra, narcisista, buscador del poder, le gusta estar inmerso en la falsa verdad, se traga sus propias mentiras”, comenta Alva.

El también surfista dice que no votó por el neoyorkino, pero se siente responsable por ser estadounidense, por lo que reflexiona que en vísperas de la elección presidencial del 2020, se debe pensar mejor en el voto en su país, debido a que siente una gran agitación entre los republicanos y demócratas.

“Lo que podemos hacer en el futuro cercano es tomar decisiones más sabias, y tener unidad contra personas como Donald Trump y su organización, creo que habremos quienes podemos representar un sentido del amor y tolerancia (…) él solo ve por los intereses de la gente rica y blanca”.

El futuro positivo del skateboarding para Tony Alva

Alva seguirá dentro del patinaje, augura que este deporte va por buen camino, e incluso resalta que su incursión a las olimpiadas el siguiente año es muestra de ello, ya que la competencia mundial busca nuevas audiencias.

“El futuro es brillante, positivo, no hay límite para lo que podemos hacer con el skateboarding, por eso las olimpiadas lo quieren, porque ellos ven que su futuro es parte del nuestro y si la gente está dispuesta a compartir eso, fregón”, subraya.

El patinador quiere aportar su conocimiento para generaciones principiantes, explica que para nada busca monopolizar este deporte, pero considera que el comité olímpico, busca “prostituir” el skateboarding en su edición 2020.

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