La mente de un artista siempre está asociada con creatividad y echar a volar la imaginación… pero pocas veces la relacionamos con la actividad cerebral que presentan los músicos, en específico la que se desata cuando un rapero improvisa.
Ahora la ciencia ha comprobado que la imaginación y la creatividad involucrada en la improvisación o “freestyle”, sí cambia la actividad cerebral. Y todo se centra en el “flow”.
De acuerdo al artículo “The Neuroanatomy of Freestyle Rap” de Lindsay Abrams, editora en The Atlantic y colaboradora de The New York Times, “el ‘flow’ es lo que los académicos definen como ‘la inmersión completa de un sujeto en la actividad creadora, caracterizada por la auto-motivación, valor positivo emocional y pérdida de conciencia de sí mismo'”.
Según una publicación en la revista Nature, las conclusiones de un estudio –realizado por Siyuan Liu y Allen Braun, neurocirujanos Instituto Nacional para la Sordera y Otros Desórdenes de la Comunicación de Maryland, en Estados Unidos– mostraron la activación de una parte cerebral y la desactivación de otra durante el proceso creativo del “freestyle rap”.
Para esta investigación no solo utilizaron un escáner cerebral, también participaron como voluntarios 12 raperos de “freestyle”. Por medio de resonancia magnética (fMRI), el grupo de expertos analizó y registró la actividad cerebral que presentaban los participantes mientras iban improvisando.
Y es que entre los hallazgos de los científicos, se descubrió que cuando las personas entramos en ese mood creativo –seas o no una persona dedicada a las artes– damos rienda suelta a la imaginación… literalmente: las áreas cerebrales que se encargan de funciones del pensamiento se desactivan o relajan, activando así la corteza prefrontal, que es una región de nuestro cerebro relacionada a comportamientos como la expresión de la personalidad y la toma de decisiones.
Michael Eagle, rapero y coautor de este estudio afirmó que esos cambios en el cerebro son “la naturaleza de este tipo de improvisación. Incluso cuando la gente lo hace, no estamos un 100% seguros de dónde está saliendo esta improvisación”.
Este estudio, además, comprueba que no es lo mismo memorizar una canción que “rapear” mediante el uso de la improvisación: para comparar esto, Liu y Braun le pidieron a los participantes que memorizaran la letra de una canción, pero las fMRI mostraron una diferencia en la activación cerebral cuando se realiza el “freestyle”.
Abrams indicó que “con el fin de activar su flujo creativo, los raperos tuvieron que apagar su crítico interior. Y de hecho, los investigadores creen que cuando hacen ‘freestyle’, los artistas ocupan en realidad un estado alterado de la mente. Una mirada más de cerca a su actividad cerebral revela que una red completa, única, surge durante el proceso, en el que la motivación, el lenguaje, la emoción, la función motora, el procesamiento sensorial y la representación de la experiencia objeto de los artistas, interactúan de maneras inusuales para crear el estado de ‘flow’”.
En pocas palabras, los autores concluyeron que cuando los raperos improvisan están pensando muy rápido, sin parar, mientras se enfocan en muchas cosas a la vez, cosas que no necesariamente tienen relación entre sí.
Es importante destacar que la investigación también reportó que durante el proceso de improvisación, el cerebro de un rapero presenta actividad cerebral muy fuerte en las áreas que se encargan del pensamiento y la acción, y muy poca actividad en aquellas que se encargan de realizar acciones que requieren más de nuestro control y atención.
Creatividad y controversia
A pesar de los hallazgos de este estudio sobre el rap, los resultados del estudio del Liu y Braun provocaron que se encendiera la controversia pues hay otros estudios que indican que la corteza prefrontal –o cortex prefrontal medio– sí se activa durante el proceso creativo de una persona.
A pesar de eso, las investigaciones coinciden entre sí con el hecho de que el corazón, la chispa y la “fórmula secreta” de la creatividad humana efectivamente reside en “esa desactivación que se produce en el lóbulo frontal cerebral”, según apunta una publicación reciente en BBC.
Además, también hay investigaciones que no contradicen a Braun y a Liu, tal es el caso de otra investigación realizada anteriormente por el mismo Braun, en colaboración con Charles Limb, quien es músico de la Universidad de John Hopkins. Ambos analizaron –neurológicamente– la interpretación espontánea y la improvisación del jazz.
Braun señaló que “al contrario del estudio de jazz, estos cambios (en la actividad cerebral durante el ‘freestyle’) son motivados en los raperos por el hemisferio izquierdo del cerebro, el área donde se procesa el lenguaje”.
Esa investigación fue publicada en PLOS ONE y contó con la participación de seis músicos.
A su vez, Braun enfatiza que este tipo de estudios podrían demostrar la influencia que tienen los agentes externos que los artistas tienen durante su proceso creativo, de acuerdo al análisis de Abrams en The Atlantic. Creo que todos estamos pensando en las musas como un ejemplo de esos agentes externos, tal vez su “presencia” abra paso a otro campo de estudio y análisis científico y no solo en el rap o en la música, sino en otras actividades y artes que disparen el proceso creativo humano.
Braun dice que así como demostraron los resultados en el estudio del jazz que la actividad cerebral cambia a la hora de improvisar, en el análisis del “freestyle” y la actividad cerebral detectada, no es un proceso “misterioso u oscuro, sino que se basa en nuevas combinaciones de simples procesos mentales”.
La investigación no termina ahí y la mira de la ciencia sigue en la creatividad y la inspiración humana, pues ahora se analizará si el proceso creativo tiene dos etapas o fases, siendo la primera el momento puro de crear algo nuevo y la segunda, cuando este elemento nacido de la imaginación y la creatividad humana pasa a un procesamiento en el que se revisa y “perfecciona”, por así decirlo.
Dos tipos de flow
— Científico
“El ‘flow’ es lo que los académicos definen como ‘la inmersión completa de un sujeto en la actividad creadora, caracterizada por la auto-motivación, valor positivo emocional y pérdida de conciencia de sí mismo’”.
— Rapero
El “flow” se define como “la capacidad de un rapero para rimar excelentes beats de una manera habilidosa”.
El jazz y la improvisación
Plática del neurocirujano y músico Charles Limb (coautor del estudio del rap), en TED
Let it flow
Michael Eagle improvisando en KNOCKSTEADY LIVE
Cerebro de un rapero
Detalles del estudio completo en Nature