Beber alcohol es un hábito que daña al organismo de múltiples maneras, pero ahora una investigación elaborada por las universidades de Santiago de Compostela (USC) y de do Minho, en Portugal, determinó que hacerlo en exceso modifica la actividad del cerebro, lo que es un boleto directo hacia tener daños en dicho órgano y a retrasar su desarrollo considerablemente, sobre todo cuando son los jóvenes quienes lo consumen con frecuencia.