El danzón es un género que México recibió de Cuba a través de los puertos del Caribe y el Golfo de México durante la segunda mitad del siglo XIX; desde entonces, y con el paso del tiempo, ha formado parte de la memoria musical y emocional de miles de mexicanos, quienes ahora lo adoptaron como un género de identidad nacional.
Con la finalidad de que siga evolucionando, Félix Rentería Hernández, pionero de la interpretación y enseñanza de los Bailes de Salón, presenta la danzsalsa, una apuesta estética donde el danzón y la salsa se fusionan a través de un lenguaje contemporáneo que busca exaltar el legado musical y dancístico de ambas expresiones.
En entrevista con Reporte Índigo, el coreógrafo explica que desea contribuir a rescatar la importancia del baile en pareja frente a un mundo que, poco a poco, se ha distanciado.
“Es el abuelo de todos los géneros, sobre todo latinos; antes estaban las contradanzas, que eran coreografías en grupos, a través del danzón se marcó el estilo y el cómo se tenía que bailar en pareja”, explica Félix Rentería.
La base del danzón es el son cubano, y del danzón nace la salsa, por lo que para Rentería era lógico que surgiera este nuevo género a través de dos lenguajes dancísticos que comparten un árbol genealógico.
Si bien esta idea surgió hace casi 10 años, el coreógrafo explica que pudo hacerlo realidad durante la pandemia, pues no contaba con los recursos ni el tiempo para crearla, tanto la composición original, como las técnicas dancísticas.
“Para mí fue un sueño dificil de conseguir porque tenía que invertir mucho en hacer una música especial, lanzarlo, pero la pandemia me dio la posibilidad de pensar que la vida estaba en un hilo y que en cualquier momento nos podíamos ir cualquiera, entonces dije que no me quería ir sin lograr mi sueño”, relata.
A partir del 2020 habló con amigos compositores e instrumentistas cubanos y mexicanos que le ayudarán a la creación de este nuevo género, la danzsalsa. Entre ellos, destacan el trabajo del compositor y flautista Alberto Corrales; Alejandro Falcón, pianista cubano; y, de México, el saxofonista Juan Alzate.
Todos aportaron y plasmaron sus ideas, su sello y arreglos para que este proyecto viera la luz. Rentería realizó la estructura musical, la técnica del baile, así como la fusión de estilos puertorriqueños, colombianos, cubanos y mexicanos.
“Creo que después del encierro y la tristeza es el momento adecuado de alzar algo nuevo, de quitarle un poco de créditos al reguetón y tener un género que rescate la música viva, que sea con músicos de verdad, con una orquesta y la gente sepa bailar de pareja, agarrados”, explica.
Rescate de valores y tradiciones
El coreógrafo abunda que, por ejemplo, a diferencia de México, en Cuba se baila distinto el danzón, pues la pareja nunca se suelta, en las partes del descanso, ellos se toman del brazo y se pasean en la pista, pero que en México sí existe una pausa.
En su propuesta resalta que ya no existen los descansos y rescata la parte romántica del danzón cubano. La fusión es el inicio del danzón original y con la instrumentación como se toca en México, con un formato tipo jazz band. Al concluir con el remate, comienza la salsa, con coros y letra.
“Quiero que se rescaten los valores y tradiciones. La idea original de esta fusión es que los jóvenes volteen a ver al danzón y se quiten ese estigma de que es de y para viejitos. Quien quiera bailar esta salsa a fuercita tiene que pasar por el danzón, es una forma muy directa de decir que se acerquen a través de la danzsalsa, y por supuesto el danzón siga, pues es un legado histórico desde 1879”, precisa.
Para la creación de la danzsalsa, el bailarín explica que tomó desde Colombia clases virtuales sobre algunos estilos de salsa, así como clases presenciales para poder actualizarse y así crear un estilo diferente, pero desde su estilo original.
Por ello, espera que sea una forma de contribuir en la promoción del danzón entre las nuevas generaciones; aunque en el camino quizá se encuentre con gente que no le parezca tanto esta fusión.
“A lo mejor los danzoneros pensaran que con esto estoy acabando con el danzón, al contrario, quiero renovarlo, darle más vida, que se mantenga en la vitrina en la que está y que nunca lo quiten y los jóvenes también lo sigan bailando, pero también a su manera”.
“Este mensaje es para todo el mundo, y para las nuevas generaciones, porque siento que nunca se van a acercar a conocer lo que es el danzón”, explica.
Inicia la celebración de la danzsalsa
Rentería también considera oportuno atestiguar la evolución de un género como el danzón, el cual tiene 143 años de existencia, y difundirlo como una tradición cultural e histórica de Cuba y México.
Confiesa que este es el momento más adecuado, pues considera que el danzón sigue estando de moda, esto se puede atestiguar, por ejemplo, en las plazas públicas, en las que cada domingo no puede faltar este baile.
Además, entre las cosas que más lo motivan es que podrá dar a conocer su propuesta en el marco del Día de la Danza. Con esto, Rentería cumplirá su sueño de hacerlo durante una fecha significativa y especial para toda la comunidad de la danza.
“La danza lo tiene todo, te da paz, tranquilidad, armonía, equilibrio y de compartir con otras personas, es parte de mi vida. Para la danza lo doy todo, yo vivo casado con la danza, el baile y con el danzón”, aclara.
Con esto espera sea el comienzo de todo un viaje junto a la danzsalsa, que la gente lo adopte y lo desee bailar.
“La danza une corazones, une personas bonitas, con principios y naciones. Saliendo de una pandemia también es muy importante, la gente está ávida de divertirse, cantar y bailar, ¡qué mejor que la danza! Estoy muy orgulloso, para mí no es una cosa de orgullo decir ‘cree un género’, porque esto no es un pasatiempo, es mi pasión, mi vida, mi compañera del alma, con la cual me voy a morir”, concluye.