Tito Vasconcelos presenta ‘Una hermosa mañana’, pastorela que habla sobre la maternidad impuesta

“Las mujeres y los embarazos han sido un tema central en la humanidad desde siempre, pero rara vez nos detenemos a pensar en cómo estas historias están cargadas de imposiciones, mitologías y cuestionamientos sociales que atraviesan el tiempo,” reflexiona Tito Vasconcelos al presentar Una hermosa mañana, una pastorela que, como es costumbre en su trabajo, combina humor, crítica social y cabaret para abordar cuestiones profundas de nuestra sociedad.

Desde esta premisa, la obra, que tendrá su estreno del 11 al 15 de diciembre, dentro del VII Ciclo de Cabaret en el Teatro El Galeón Abram Oceransky, da un giro irreverente y crítico a las tradiciones para explorar tanto los milagros religiosos como las realidades terrenales de la maternidad y la libertad de decidir.

Vasconcelos no se detiene en las fórmulas tradicionales. Si bien el formato de la pastorela mantiene su esencia —el viaje de los pastorcillos hacia la adoración del niño Jesús mientras enfrentan tentaciones del diablo—, aquí el camino se vuelve un espacio para reflexionar sobre temas como el control sobre los cuerpos femeninos, las desigualdades de género y las implicaciones políticas y culturales de perpetuar ciertos mitos. En este sentido, el humor es un vehículo para cuestionar las narrativas históricas.

“A estas mujeres nadie les preguntó si querían ser madres. Simplemente se les impuso, y eso es una violencia tremenda que no hemos dejado atrás.  Los sistemas de salud están colapsados prácticamente por más que se diga que vivimos mejor que en Dinamarca. Entonces, una parte de la revisión crítica de este teatro político religioso como las pastorelas es cuestionar estos estos temas,  no para resolverlos, pero sí hacer que el público recapacite al respecto de estas cuestiones.

“Finalmente el que una presencia masculina llegue, sea divina o sea humana, a decirle a una señora que va a tener un hijo suyo, pues es una violencia tremenda. Sí queremos que, sobre todo, los señores se recapaciten al respecto de la independencia de los cuerpos del ser humano”, señala el autor y director a Reporte Índigo.

La lucha de las pastorelas

Con Una hermosa mañana, Vasconcelos también retoma una tradición teatral que lleva casi 500 años en América, la cual, según sus palabras, “llegó de la mano de los franciscanos como una herramienta de catequización, pero que los mexicanos transformamos en un jolgorio.”

En el contexto de esta propuesta, el teatro se convierte en un espacio de subversión, donde las antiguas narrativas religiosas dialogan con las problemáticas contemporáneas.

“El tema con esta pastorela prehispánica es que, en estas fechas de diciembre, Jesús no es el único Dios renacido, también renació Osiris, Buda y varios dioses ligados a los ciclos agrícolas. Nosotros tenemos a nuestra propia Diosa embarazada mágicamente por un pajarito, que es Coatlicue. Ya sabemos que a la señora María se le apareció una paloma y un ángel, aquí decimos que se le aparecieron unos pajaritos,y sobre ese chistorete armamos la historia. Platicamos sobre estas mitologías desde una perspectiva humorística, sin intentar faltarle al respeto a la creencia de la gente”, expone.

La pastorela también aborda, indirectamente, la falta de información sobre planificación familiar y el peso cultural que dicta que las mujeres deben ser madres. Vasconcelos señala que, a través del cabaret y el teatro, buscan cuestionar ideas como la de “los hijos que Dios mande” y abrir conversaciones sobre el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y el papel de los hombres en estas decisiones.

El cabaret ofrece un espacio íntimo y relajado para reflexionar colectivamente, donde las personas no van solo a recibir un mensaje, sino a interactuar: “el cabaret nos permite hablar con el público directamente, reírnos juntos y al mismo tiempo generar un diálogo crítico. Es un formato que combina la convivencia con el análisis social”, detalla el director.

Además, Una hermosa mañana amplía su crítica hacia las estructuras políticas y sociales actuales. Desde los problemas de la planeación familiar hasta el impacto de las políticas gubernamentales, la obra incluye cuestionamientos sobre los sistemas que perpetúan desigualdades.

Sin embargo, Tito Vasconcelos aclara que no se trata de una clase, simplemente se trata de hablar sobre un tema crucial en la sociedad actual.

“La gente no va al teatro a que le den una clase, nosotros queremos hablar en esta pastorela, a través de este ciclo de ‘embarazos milagrosos’. Es un poco ese cuestionamiento de la cosificación de las mujeres como máquinas de parir hijos y también el asunto de  la libertad de ejercer sobre su propio cuerpo”, añade.

Para Vasconcelos, Una hermosa mañana busca equilibrar el entretenimiento con un mensaje social contundente: la necesidad de cuestionar los sacrificios que se está dispuesto a hacer como sociedad, desde los derechos individuales hasta las decisiones políticas y culturales.

Con ello, Tito Vasconcelos reinventa la tradición de la pastorela para adaptarla a las preocupaciones contemporáneas, haciendo del humor y la irreverencia herramientas para abrir debates necesarios.

“La meta de la pastorela siempre ha sido llegar a la adoración del niño. Pero en ese trayecto, lo importante es preguntarnos: ¿cuáles son las verdaderas tentaciones? ¿Quién es el verdadero demonio? En esta obra, queremos reflexionar sobre estas cuestiones y, al mismo tiempo, ofrecer un momento de disfrute. No queremos dar lecciones ni sermones, pero sí provocar reflexiones. Porque, si no lo hacemos, estamos condenados a repetir los mismos errores”, concluye.

No te la pierdas

• Dramaturgia y dirección: Tito Vasconcelos.
• Con: Tito Vasconcelos, Brisia Yeber, Jessie Garibay y Blanca Loaria Pedroza.
• Días: 11, 13, 14 y 15 de diciembre
• Horario: Jueves y viernes 20:00 horas; sábado 19:00 y domingo 18:00 horas.
• Lugar: Teatro el Galeón Abraham Oceransky (Centro Cultural del Bosque)
• Entrada general $150