Le pese a quien le pese, “Titanic” cambió al mundo. La cinta dirigida por James Cameron marcó un antes y después en la historia del cine y de la cultura pop desde que fue estrenada, hace dos décadas.
Protagonizada por la británica Kate Winslet y el estadounidense Leonardo DiCaprio, esta película está basada en el trágico suceso de la vida real, ocurrido en el Océano Atlántico la noche del 14 de abril de 1912.
Todo ser humano –o casi la población entera del planeta– reconoce el tema principal entonado por Céline Dion o bien, la versión instrumental compuesta por James Horner.
La pareja ficticia que conformaron Jack Dawson y Rose DeWitt Bukater (DiCaprio y Winslet, respectivamente) se volvió la sensación desde 1997 e inclusive hay quienes siguen discutiendo elementos de la trama, tales como el hecho de que Jack también cabía en el trozo de madera en el que Rose flotó en el frío mar Atlántico. Los memes siguen a la orden del día y más durante este mes, en el que la cinta cumplió 20 años de haber sido lanzada a la pantalla grande.
En entrevista con Jimmy Kimmel, Kate Winslet aseguró que “a la gente siempre le entusiasma ver a Leo y a mí en el mismo lugar, al final del día es tan adorable. Han pasado 20 años y la gente lo sigue asociando”. Y no se equivoca, ya que “Titanic” marcó a una generación influencer por excelencia: la millennial.
¿Por qué el furor?
El cine hace que los espectadores sientan emociones a flor de piel y “Titanic” es prueba de ello, por eso cambió y marcó a distintas generaciones, no solamente a la millennial.
Además del trabajo del visionario Cameron que hizo que esta película obtuviera 2.187 mil millones de dólares en la taquilla global, las actuaciones de los ahora consagrados DiCaprio y Winslet, de una producción trascendental, el hecho de que esté basada en la tragedia de la vida real es un elemento clave en la inmortalidad de esta película.
Todos concuerdan con que “el corazón de una mujer es un océano de secretos” como se dice en una escena, la mayoría de los espectadores sintió la angustia que reflejaron los personajes que flotaban en el gélido mar, esperando a que los botes se regresaran por ellos, la empatía que genera el largometraje fue crucial para que esta película se convirtiera en el hito generacional que es hasta la fecha.
Como dijo el fallecido –y mítico– crítico de cine Roger Ebert, “‘Titanic’ utiliza arquetipos, pero tiene sentido, no te gastas 200 millones de dólares para reinventar la rueda”.
Sin contar que este blockbuster es una de las clásicas historias de amor del cine.
Y tal cual lo señaló Juan Sanguino, de Vanity Fair, “la visita de Jack a primera clase es una concesión que James Cameron hace porque sabe que al público le vuelve loco ver a un pobre angustiado ante cuatro tenedores distintos. El amor entre los dos protagonistas es uno de esos que no puede existir en la vida real (a menos que seas adolescente, como es el caso de ellos), un amor que hace que el resto del mundo te dé absolutamente igual. Un amor que te hace sentir más fuerte”.
Además de Rose, que es un símbolo del empoderamiento femenino tanto dentro de la trama, como fuera de ella. “Rose no está en ese naufragio por accidente, está porque lo ha decidido. Rose Dewitt Bukater no sólo es una mujer adelantada a su tiempo para 1912, es un personaje femenino revolucionario para 1997”, agrega Sanguino.
Al igual que el barco nació para ser el más grande e imponente de la historia, así se produjo esta película que se concibió con la idea de ser la más grande y ambiciosa de todos los tiempos. Y lo sigue siendo.