‘50 Cent’ produce la mini serie documental The BMF: Blow Money Fast, que detalla la vida de los hermanos Flenory.
En Detroit, Michigan, no había manera de poder salir adelante económicamente en los años 80 si no se era blanco o se trabajaba para las armadoras automotrices. Los afroamericanos estaban condenados a los suburbios, a delinquir o entrar de lleno al negocio de las drogas.
Así se abrieron camino Demetrius y Terry Flenory, hermanos que ante la necesidad de poner dinero en la mesa de la casa y mantener a su madre hacían narcomenudeo, pero su ambición era más grande, porque no solo buscaban sobrevivir, sino empezar a vivir como reyes.
Demetrius, que era apodado en la comunidad como “Big Meech”, tuvo que huir de Detroit por la disputa de la plaza; Terry, a quien le decían “Southwest T”, se quedó para continuar el negocio, mientras su hermano hacía conexiones en el resto del país.
Después de haber pasado por Atlanta en los 90, Demetrius se instaló en Los Ángeles, porque la ruta de la droga era directa desde México; ahí él fantaseaba con seguir los pasos de todos los capos que el cine ha retratado: Tomó inspiración de Vito Corleone, de El Padrino (1972); despilfarraba dinero y cocaína como Tony Montana, de Cara Cortada (1983), y le gustaba jugar al gánster como lo hacían en Buenos Muchachos (1990), todo para convertirse en su propia versión de un Pablo Escobar afroamericano.
Cuando menos se dieron cuenta, los hermanos Flenory ya lo habían logrado por completo, se hacían llamar, junto con todos sus militantes, la BMF: Black Mafia Family (La Familia de la Mafia Negra), y empezaron a incursionar en la industria del rap para lavar sus jugosas ganancias.
Sean “Diddy” Combs, Jay-Z y Jay Wayne “Jeezy” Jenkins, son sólo algunos de los nombres que al inicio de sus carreras estuvieron, de alguna manera, asociados a BMF Entertainment, la empresa que funcionaba como “tapadera” para los negocios turbios de los hermanos Flenory, pero su imperio para este momento ya era vigilado de cerca por la DEA, quienes calculaban que esta organización delictiva había amasado cerca de 270 millones de dólares.
Toda esta crónica ha sido documentada en la miniserie documental de ocho episodios The BMF: Blow Money Fast, que se estrena por Lionsgate+ (antes StarzPlay) a partir del 23 de octubre; su productor ejecutivo es el rapero Curtis “50 Cent” Jackson.
Reporte Índigo conversó con Shan Nicholson, director de la serie y también coproductor ejecutivo junto con “50 Cent”, quien describe que después de que se produjo, precisamente, la primera temporada de la serie dramática que recrea los hechos de los hermanos Flenory, BMF, en 2021, fue que el rapero le encomendó crear ahora la versión desde la óptica documental.
“Todo empieza por ’50 Cent’, porque todo esto es como parte de su mundo, la serie BMF es como su bebé, que llegó primero, y la idea era que esta miniserie documental fuera un acompañamiento, mientras la segunda temporada llega. La intención con el documental es contar la historia completa de la organización BMF y toda su trayectoria”, comenta, en videollamada, Nicholson.
Alcanzando a ‘Big Meech’
Lograr The BMF: Blow Money Fast no ha sido tarea fácil, Shan Nicholson expresa que ha sido una tarea a contrarreloj de ocho meses para obtener las entrevistas a familiares, conocidos y exmiembros de BMF, además en tiempos de confinamiento. Algo que destaca es que se puco conseguir la relatoría más importante, la de “Big Meech” vía telefónica, ya que se encuentra tras las rejas, cumpliendo su condena de 30 años por tráfico de drogas y lavado de dinero.
“Fue muy, muy, pero muy difícil conseguirlo legalmente, tuvimos que hacer malabares, porque cuando tienes que lidiar con prisiones federales, se tienen intervalos de 10 minutos, y pues hay que estar listo con el teléfono, para que él nos llamara y una vez que se cortaba la llamada, reanudar otros 10 minutos, entonces, las preguntas ya tenían que estar más que listas”, describe el coproductor.
Nicholson tenía que ir guiando en ocasiones las respuestas de Flenory, porque había que retomar ciertos tópicos y subrayar algunas ideas, a lo largo de este proceso, ellos entablaron una especie de cercanía a través de la bocina, y el ex dirigente de la asociación criminal reveló todos los detalles que se necesitaban para hacer la miniserie documental.
“Desde la primera conversación, yo sabía que iba a ser una entrevista asombrosa, él es muy carismático y ahora entiendo por qué él era el líder que era, y porqué la gente le seguía, tiene esa cualidad instantánea como de hermano mayor, en la que solo esperas y lo escuchas, él es un personaje en sí mismo”, comparte el también director.
Mirada 360º a la historia en The BMF: Blow Money
Nicholson, aunque es caucásico, reconoce que en The BMF: Blow Money Fast se buscó tener una mirada amplia, con todo el contexto que sucedía cuando los Flenory crecieron en Detroit y lo que sucedió más delante en el transcurso de su vida, para que esto fuera una real observación sobre cómo es que la guerra contra las drogas de Estados Unidos ha fallado durante décadas.
“No soy, definitivamente, la persona correcta para hablar de esto, pero sí fue un esfuerzo el poder mostrar una mirada en 360º de esta organización y de las circunstancias en las que ellos operaban; vaya, ellos eran chicos normales, no venían de un hogar roto, sí había amor en su familia, y ellos hicieron lo que tenían que hacer para alcanzar el sueño americano, y así es como es este país”, considera.
Arranca la conversación
Estados Unidos atraviesa por un momento convulso, donde los demócratas pierden popularidad con Joe Biden en la presidencia, mientras que Donald Trump está en medio del escándalo del Capitolio ocurrido el 6 de enero de 2021; en medio de todo eso llega esta serie documental, después de un episodio tan tenso como el #BlackLivesMatte.
Con la antesala de las elecciones de medio mandato, Shan Nicholson no se atreve a especular ni a emitir un comentario político, pero espera que el testimonial genere reflexiones a futuro.
“No puedo hablar de eso, no soy alguien político y no puedo hablar correctamente de eso. Pero pienso que si esto se convierte en un iniciador de conversación, espero que se hable de este asunto, y que haya una mirada distinta, porque pues eso nos da entonces el reflejo, de que hicimos bien nuestro trabajo”, considera.
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