¿Cómo afecta a los hijos tener padres alcohólicos?
La adicción al alcohol va más allá de un daño físico en el cuerpo de quien lo consume. Al igual que quien fuma, daña a terceros haciéndolos fumadores pasivos.
Mientras que para una persona alcohólica las personas a su alrededor como los hijos son las víctimas más tangibles de esta adicción.
Cuando sé es padre de familia y existe un gusto excesivo por unos tragos qué pasa con los menores que crecen bajo ese ambiente. En Reino Unido, uno de cada cinco niños se ve afectado por el alcoholismo de sus padres, daños que pueden afectar la adustez del niño.
Indigo StaffLa adicción al alcohol va más allá de un daño físico en el cuerpo de quien lo consume. Al igual que quien fuma, daña a terceros haciéndolos fumadores pasivos.
Mientras que para una persona alcohólica las personas a su alrededor como los hijos son las víctimas más tangibles de esta adicción.
Cuando sé es padre de familia y existe un gusto excesivo por unos tragos qué pasa con los menores que crecen bajo ese ambiente. En Reino Unido, uno de cada cinco niños se ve afectado por el alcoholismo de sus padres, daños que pueden afectar la adustez del niño.
La cadena de noticias BBC cuenta el testimonio de Karen, Liz, Hilary y Lynne quienes contaron cómo es crecer con un padre alcohólico.
Karen y liz son dos amigas que al encontrarse en el trabajo descubrieron tener algo en común: ambas vivieron con padres que les gustaba tomar demasiado.
En el caso de Liz, cuenta que su madre-quien había sido model-vendió sus juguetes para conseguir dinero y así comprar alcohol.
Además cuenta que otra ocasión “su madre gastó todo el dinero que recibía del Estado en alcohol, y todo lo que pudo comprar fue un saco de patatas”. Mientras que el padre de Karen se iba a beber en lugar de ir por ella a la escuela.
Hillary, de 55 años, es otra mujer que creció en una familia de clase media alta en Sunderland que vivió una situación similar. Su padre era un respetado médico cirujano, pero su madre bebía demasiado. cuenta que no había quien le diera de comer además de que tenía que cuidar a su hermano menor.
Narra que su madre bebía inicialmente una copa de vino mientras cocinaba, pero después fue una botella de vodka al día. “Escondía botellas, estaban por todos lados: en sus cajas de zapatos, detrás de las cortinas, y si encendías el horno tenías que comprobar que no había una botella escondida”, dice.
A sus 37 años, Liz visita de vez en cuando a su madre, pero asegura que no quiere ir más y que incluso no quiere verla en su boda.
Hilary tiene un hijo adolescente con quien, dice, aprovecha la oportunidad de ser la madre atenta que ella no tuvo.
En México, el Consejo Nacional contra las Adicciones (Conadic), señala que un millón 674 mil requieren tratamiento por consumo de alcohol.