La canción portuguesa siempre ha sido especial, la cercanía que tiene el idioma con el español la hacen sentir propia aún cuando es un ente totalmente diferente. La voz de ese país en la península ibérica cuenta, como una de sus más grandes aventuras, con el timbre y la entonación de Teresa Salgueiro. Con más de tres décadas de carrera en las que participó como cantante del grupo Madredeus, y con una carrera de solista que se expande ya diez años Teresa se ha consolidado como una cantante capaz de capturar conciencias sin importar su idioma. Salgueiro presenta el material que la ha llevado a este punto de su carrera en la 51 edición del Festival Internacional Cervantino.
El domingo 15 de octubre en el Teatro Juárez será la tercera vez que Teresa se presenta en el Festival Internacional Cervantino. La primera de ellas fue con Madredeus hace casi tres décadas y la segunda fue como solista. “Llego con una alegría enorme que me inviten de nuevo y también con el recuerdo de las dos presentaciones que he tenido en Guanajuato, la anterior fue presentando un disco dedicado a canciones mexicanas y de América Latina. Ambas presentaciones son para mi emblemáticas y muy importantes, que pueda volver este año para mi es una alegría muy grande”, apunta Teresa.
Para quién no conoce a Teresa ella es una cantante que ha dedicado 36 años de su vida a la música y a viajar por el mundo mediante el canto, 20 de esos años lo hizo con el Madredeus -grupo portugues que rescataba las raices de la música folclórica de su país- con quienes vendió 20 millones de discos durante su residencia con el grupo. Como solista su música está acompañada de acordeón, bajos, guitarras y percusiones, su repertorio incluye canciones tanto propias como ajenas, sus temas suelen ser la libertad, la memoria, las emociones y los sueños de un mundo más justo.
Salgueiro dice que no es fácil para ella definir su música, aunque ecléctica podría ser una palabra que encapsule la diversidad de estilos en que su obra transita. “Yo hago una música de fusión, que mezcla estilos y épocas diversas, que tiene siempre su punto de partida y llegada en la tierra del pueblo portugués, en las palabras portuguesas y en el gusto, que siempre me ha acompañado durante mi vida artística, del encuentro de culturas. Mi música es abierta, sensible, en ella procuro traducir el amor que tengo por las palabras y la poesía, busco comunicar las emociones y la gratitud que siento por estar viva en un planeta lleno de cosas maravillosas que a la vez es tan difícil”, comenta la cantante.
Para Teresa la sensibilidad y tenacidad del pueblo portugues se puede escuchar en la música que crean. El fado, un género en donde se canta a la melancolía y la nostalgia, es muestra de ello. “En Portugal hay una característica contemplación de la vida, porque al mismo tiempo que puede ser sufrida hay la necesidad de buscar la alegría sin dejar de comentar sobre la dureza de la vida”, señala Salgueiro en relación a la veta de su tierra natal que puede ser escuchada en su música. Otra de las singularidades portuguesas que pueden ser encontradas en la música de Teresa es la apertura por encontrar y recibir otras experiencias culturales.
La pasión por la música que toda la vida acompañó a Teresa fue uno de los motivadores que la llevaron, a través de una serie de coincidencias, a profesionalizarse con el grupo en el que pasó dos décadas, Madredeus. “Con Madredeus ha sido una aventura maravillosa, ha sido un grupo con el cual yo he tenido la oportunidad de compartir escenario y cantar canciones hechas para mí, con un repertorio muy variado. Con ellos he vivido una aventura extraordinaria con música hecha en Portugal, con músicos portugueses, cantando en nuestro idioma y que ha viajado por muchos países del mundo donde ha sido recibida con un entusiasmo extraordinario”, declara la cantante quien también menciona cómo en este grupo aprendió el oficio que le daría sustento por años.
