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Sería lógico pensar que si una situación es identificada como la mayor causa de muerte en el mundo, todas las personas lucharían por erradicarla y protegerse de la misma. Pero no es el caso.
La situación son las enfermedades cardiovasculares, que tanto en México como en el mundo representan la principal causa de muerte en hombres y mujeres.
En el marco del Día Mundial del Corazón, se enfatiza en la importancia de la prevención. Sobre todo porque, en nuestro país, 10 personas mueren cada hora como consecuencia de infartos agudos al miocardio, y en el mundo se calcula que más de 17 millones de personas fallecen cada año por males ligados a la salud del corazón, que es poco más del 30 por ciento de las muertes totales en el planeta.
El problema es especialmente grave porque la mayor parte de los factores de riesgo –la obesidad, el tabaquismo y la diabetes– son problemáticas comunes en México, y muchas de ellas son prevenibles.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se propuso disminuir en 25 por ciento la incidencia de muerte por estos males para el año 2025, y enfatiza que el primer método de prevención es una dieta saludable y el hábito de hacer ejercicio cardiovascular.
Más leve, igual de grave
La imagen que tenemos de un ataque al corazón fue inculcada principalmente por las películas y la televisión, y por eso le llaman el “Hollywood Heart Attack”: presión en el pecho, dolor agudo en el brazo y una caída inevitable. Pero para las mujeres, un ataque al corazón suele verse muy distinto.
“El mío fue así: todo estaba bien un momento, un poco mal al siguiente; una sensación agitada en el esternón, elevándose hacia la garganta; una presión leve en el pecho; escalofríos, náuseas, vómitos, algo de diarrea”, cuenta Martha Weinmar en un artículo para The New York Times. “Nada de drama, solo una mezcla de cosas que sumaban algo que no podía nombrar. Quizá un resfriado o demasiado vino”.
Su médico le dijo que probablemente se trataba de un virus estomacal, y que lo visitara al día siguiente. El resultado de esa consulta fue inesperado: Weinmar había tenido un ataque al corazón.
La historia es la misma para millones de mujeres en el mundo, y este tipo de dolencias son la principal causa de muerte en las mujeres estadounidenses.
Mientras ellos sufren un dolor “aplastante”, dice Weinmar, ellas suelen padecer náuseas durante un ataque. Y suelen presentar más señales de aviso, como fatiga extrema o insomnio poco comunes en ellas.
“Somos más propensas a morir en el año siguiente a tener un ataque. Nuestros síntomas pueden ser tan variados y leves que no sentimos miedo, no buscamos ayuda y posiblemente morimos (…) aunque más hombres tienen ataques, un mayor porcentaje de mujeres muere de ellos”, señala.
La actriz Elizabeth Banks se alió con la American Heart Association para crear un cortometraje sobre este problema en las mujeres, y cómo muchas de ellas no buscan ayuda.
Cardiopatía coronaria
También llamada arteriopatía coronaria, es la causa principal de muerte por problemas del corazón, y consiste en un estrechamiento de los vasos sanguíneos que llevan sangre y oxígeno a este órgano.
La provoca la arterioesclerosis, o acumulación de sustancias (como la grasa) en las arterias que van al corazón, lo que hace que las arterias se estrechen y obstaculiza el flujo de sangre.
La angina de pecho es su síntoma más común: se siente como si alguien estuviera “apachurrando” el corazón, y puede provocar dolor debajo del esternón, en el cuello, brazos, estómago y la parte superior de la espalda.
En las mujeres suele manifestarse con más frecuencia en forma de fatiga, dificultad para respirar y debilidad.
Cardiopatías congénitas
Este término se usa para describir numerosos males, que como característica común tienen el hecho de ser problemas desde el nacimiento y frecuentemente hereditarios.
En este grupo se incluyen la atresia tricúspide, la coartación de la aorta y la estenosis pulmonar.
Cardiopatía reumática
Es el daño permanente a las válvulas del corazón provocado por la fiebre reumática. Suele comenzar con una infección de estreptococo, que lleva a esta fiebre.
Trombosis venosas profundas
Consisten en la formación de coágulos sanguíneos en venas ubicadas en partes profundas del cuerpo, frecuentemente las venas más grandes del interior del muslo. Al formarse un émbolo (cuando un coágulo se desprende y recorre el torrente sanguíneo, a riesgo de atorarse en algún órgano) se puede provocar un daño grave.
Arteriopatías peritéricas
Igual que la cardiopatía coronaria –es provocada de la misma forma– pero afecta a los vasos que llevan sangre hacia partes del cuerpo como piernas o brazos. Puede causar lesiones en los nervios u otros tejidos. El entumecimiento de las piernas o pies, aún en reposo, es uno de los síntomas, así como el sentimiento frío al tacto de las extremidades, la incapacidad de moverlas, el dolor o calambres nocturnos, hormigueos, úlceras o piel oscurecida.
Enfermedades cerebrovasculares
Un grupo de males que involucran disminución del flujo sanguíneo al cerebro, que puede dañar temporal o permanentemente el área afectada. El riesgo de que el daño sea permanente incrementa si no se atiende dentro de las primeras horas de los síntomas. Los factores de riesgo incluyen hipertensión, diabetes, obesidad, tabaquismo, uso de anticonceptivos orales y la edad avanzada, así como genética.
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