En el documental Temporada de campo, ópera prima de Isabel Vaca, la jalisciense retrata la vida de Bryan. Bryan es un niño de campo alegre, al que le gusta explorar su entorno. Cuando termina el periodo escolar, está deseoso de irse a La Punta, el rancho en el que trabajan todos los miembros de su familia, desde hace generaciones.
El infante es cuidado por sus tíos y abuelo, debido a que su madre tiene que trabajar en la casa de los patrones y su papá emigró a Estados Unidos, historia que se repite una y otra vez en México, pero lo que la hace particular es que está enfocada en este niño, que desea ser vaquero, estar en la hacienda, arriando vaquillas y a los animales que, eventualmente, se convertirán en toros de lidia.
Bajo esta mirada inocente, ingenua y honesta, se retrata Temporada de campo, primer documental de Isabel Vaca, quien es hija de los dueños de La Punta, y que al igual que Bryan, creció rodeada de este mundo que es la tauromaquia, por ello quiso describir esta otra atmósfera que poco se observa más allá de las corridas de toros.
Pese a que ella es la hija de los patrones y que los empleados la conocen desde que era incluso más chica que Bryan, porque creció en la hacienda, fue una tarea ardua explicarle a la familia del niño el porqué quería hacer un documental acerca de ellos, además de lograr un lazo de confianza para que la dejaran de ver, precisamente, como una superior.
“Para mí fue bien importante este tiempo de investigación antes de rodar, el estar con ellos, ir, convivir y platicar. A Bryan le compré cámaras desechables para que tomara fotos, era introducirlos en este mundo del cine, de cierta forma, y fue muy poco a poco”, describe la jalisciense, en entrevista con Reporte Índigo.
El ser una mujer blanca y adentrarse en este mundo dominado por hombres, también fue un ingrediente extra para hacer su película, que tuvo financiamiento de fondos federales y alcanzó un presupuesto de dos millones 800 mil pesos.
“De hecho, una de las razones por las que me acerqué mucho a Bryan fue porque era mucho más fácil para mí relacionarme con los niños, antes que con los adultos. Siempre fue una relación muy respetuosa, me sentía muy cómoda y siempre fueron muy abiertos conmigo”, explica la cineasta novel.
Aunque Temporada de campo describe las rutinas diarias de Bryan y estos jinetes cuando se encuentran en sus faenas diarias de manera natural, Vaca buscó crear cierto dramatismo y narrativa con secuencias que ella les pedía que desarrollaran; por ejemplo, el niño necesitaba nuevo calzado, por lo que insistió a uno de sus tíos a que lo llevara por nuevas botas, y en el camino a la tienda en otro pueblo salieron temas de conversación que se grabaron de forma espontánea.
“Iba mucho a acompañarlos al campo, a grabarlos a ellos y les dije que necesitaba unas tomas en las que quería que nos tomáramos el tiempo, en donde les pedí que con los caballos hicieran recorridos o que vinieran hacia la cámara, quería lograr con esto que fuera algo muy representativo de ellos, como dignificar al vaquero y que fueran para el cierre de la película”, agrega Vaca.
Temporada de campo llega a salas independientes de México el 4 de agosto, después de haber tenido su paso por festivales de cine durante el confinamiento. Este documental se rodó en 2019, por lo que ahora la realidad de Bryan es completamente diferente a lo que se ve en el largometraje.
Realidades truncadas
Bryan demuestra su afán por quererse volver vaquero y, por lo tanto, sus aspiraciones de convertirse en una persona con educación superior o salir del rancho son nulas, aunque su madre sí desea que se vuelva un licenciado, pero eso sólo se quedó en una intención.
“Bryan ya tiene 15, su mamá se volvió a casar y tiene un hermano, él se salió de la escuela y trabaja en el rancho, hizo lo que quería, solo terminó secundaria que fue lo que le pidió su mamá. Son sentimientos encontrados, vaya, sí logró ser vaquero, pero al salirse tan temprano de la escuela es fuerte, ellos mismos te preguntan ¿cuál es el sentido de que estudie si en las ciudades no voy a tener oportunidades y no me interesa estar ahí? Saben que van a terminar en el campo”, comenta la cineasta Isabel Vaca.
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