Este nuevo año, la temperatura de la Tierra seguirá en aumento pero no romperá récords históricos como sucedió en 2015 y 2016, e inclusive se podría mantener.
Al menos así lo estima la Met Office (como se le conoce al Servicio Meteorológico Nacional del Reino Unido), organización que tiene “voz de profeta” porque en su pronóstico para el 2016 fue acertada y precisa, gracias a que utilizó uno de los mejores sistemas por computadora.
Para este año, se calcula que la temperatura global promedio sea de 0.75 grados Celsius sobre el promedio de 1961-1990. En 2016 la cifra osciló en los 0.86 grados Celsius por encima del promedio.
Adam Scaife, de la Met Office, subraya que el año 2017 será cálido a nivel mundial, pero no tiene probabilidad de superar al 2015 y 2016, ambos considerados los más calurosos de la historia desde 1850.
Y es que el mes de julio del 2016 fue el más caluroso desde que se comenzó a hacer un registro en el siglo XIX.
Sin embargo, “la tendencia a largo plazo es hacia un calentamiento, pero existe una variabilidad natural así que hay alzas y bajas”, señala Jean-Noel Thepaut, jefe del Servicio de Cambio Climático Copernicus en el Centro Europeo para Pronósticos Climáticos de Rango Medio.
Menos caliente pero igual de grave
Aunque 2017 será un año “un poco menos caluroso” que el 2015 y 2016, lo cierto es que también podría destacar, ya que los estragos del calentamiento podrían ser significativos para la flora y fauna.
Inclusive, este año podría ser fatal para algunas especies y el hielo terminará hecho agua en lugares como el Ártico, de acuerdo a Inverse.
De hecho, dada la correlación entre la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera y la pérdida del hielo en el Ártico, por cada tonelada métrica de dióxido de carbono que libera la actividad humana, se pierden 9 metros cuadrados de hielo.