Facebook está en el centro de un escándalo internacional que involucra información personal de sus usuarios y cómo fueron manipulados previo a la elección presidencial de Estados Unidos en 2016.
Debido a que la firma Cambridge Analytica obtuvo y manipuló de forma irregular información de 50 millones de usuarios de la red social de Mark Zuckerberg con fines político-electorales, Facebook se encuentra en el ojo del huracán.
Consultores que trabajaron para la campaña presidencial de Donald Trump explotaron los datos personales de la red más grande del mundo, lo que provocó la suspensión de la cuenta de la empresa y cuestionamientos sobre el mal uso que le dio.
Una investigación conjunta entre The New York Times y The Observer, reveló que en 2014 la compañía Cambridge Analytica se hizo con una base de datos de pretendido uso académico, la cual, posteriormente fue explotada sin permiso para elaborar estrategias electorales durante las elecciones intermedias de Estados Unidos.
Aunque la red de Zuckenberg afirma que Cambridge Analytica no realizó una violación de datos, ratifica que la empresa del CEO Alexander Nix, sí faltó con el tratamiento de dicha información.
“Nada es gratis”
El escándalo de Cambridge Analytica pone en entredicho el manejo de la información de los usuarios.
Desde sus tarjetas de crédito, la música que escuchan, dónde están, hasta con quienes se relacionan las personas usuarias, tiene una importancia para quienes -más que dinero- están en busca de algo más valioso: información.
“Somos presas muy fáciles de la variedad ‘jueguitos’ que existen Facebook, en efecto, como se ha venido mencionando, el caso de Cambridge no se trata de robo de información porque cada persona accedió voluntariamente a hacer el ‘test’ sin leer las políticas de uso de la información.
Sin embargo, el uso de la información debe ser regida por el aviso de privacidad, parte, en que se podría dar lugar a una acción legal”, explica Cynthia Solís, doctora en Derecho Privado y Ciencias Criminales.
En la política de privacidad, el proveedor del servicio debe explicar de forma clara, los datos que va a obtener y para qué los va usar.
“La mayoría de los proveedores escriben en sus políticas de privacidad en su mayoría que los datos serán para fines publicitarios, sin embargo, no se toma en cuenta el proceso de la información.
En el caso de Cambridge, no se tomó en cuenta el proceso de información para perfiles psicológicos, entonces, sucede que cuando tú tratas datos personales y luego los procesas, y generas inteligencia y creas un perfil psicológico, como el estado de salud mental, puede darse un caso de un incorrecto uso de los datos personales”, señala Solís, abogada especialista en el área de privacidad y cibercriminalidad.
Remontándose al caso de Cambridge Analytica, Solís considera que no es posible pensar que hay contenidos 100 por ciento gratuitos si lo que más se trafica hoy en día es información.
“Se trata de elegir plataformas más seguras, que dejemos de ‘loguearnos’ a todo con la cuenta de Facebook”, apunta la abogada y agrega que toda acción en la red deja un rastro. Se puede entrar y tener acceso a la información de los usuarios desde diferentes aplicaciones, una de las pruebas es Spotify, quien también puede recomendar música de acuerdo a las preferencias y a las publicaciones de ‘face’ propias, dice la especialista.
De acuerdo con Cynthia Solís, leer las letras chiquitas es una cultura que las personas deben adquirir, ya que puede funcionar como una poderosa arma contra el mal uso de la información personal.
Los consejos de Snowden
Las políticas de privacidad de una aplicación, de un juego, de una red social o de cualquier sistema que requiera de información personal podrían salvar a los que las utilizan, ya que en ellas siempre se especifican los términos en que esta se usará.
Pero si leer las políticas no es suficiente para sentirse seguro, se puede revisar lo que Edward Snowden dijo a la revista electrónica The Intercept hace un año.
Porque el intercambio de información debe ser una conversación, Edward recordó a la revista lo importante de “encriptar” los mensajes. Actualmente, aplicaciones como WhatsApp tienen en su estructura un elemento que permite hacerlo.
Otra forma es considerar autentificar las cuentas mediante dos contraseñas, haciendo más complicado el robo de información.
Contar con un software de bloqueo es otra manera de protegerse, además de la utilización de “KeePassX”, una cartera segura para guardar todas las contraseñas. El programa permite utilizar su almacenamiento para claves y también para acceder a diversos sitios web y servicios.
A propósito del tema de Cambridge Analytica, hace dos días Snowden comparó a Facebook con una compañía de vigilancia.
“Las empresas que hacen dinero recopilando y vendiendo registros detallados de vidas privadas alguna vez fueron descritas como ‘compañías de vigilancia’”, publicó Snowden en su twiter.
“Su cambio de nombre a ‘redes sociales’ es el engaño más exitoso desde que el Departamento de Guerra se convirtió en el Departamento de Defensa”, agregó el exagente.
Opera Cambridge en México
Por Carlos Salazar
La firma Cambridge Analytica, hoy en el centro de la polémica por el escándalo de uso indebido de información personal para favorecer la estrategia electoral de Donald Trump, opera en México y ofrece sus servicios a los candidatos que participarán en la contienda del próximo 1 de julio.
La consultora habría llegado al país desde 2016, pero al día de hoy no hay claridad respecto a las labores que ha realizado en México o si ha trabajado con alguno de los candidatos a un puesto de elección popular, sin embargo, su sola mención enrarece el ambiente electoral a unos cuantos días del arranque oficial de campañas.
En los cuartos de guerra de los aspirantes presidenciales realizan una fuerte apuesta hacia las estrategias digitales, muestra de ello es la inclusión de Alejandra Lagunes y Alejandra Sota en la primera línea de la campaña de José Antonio Meade rumbo a Los Pinos.
Lagunes fue la coordinadora de la Estrategia Digital de la Presidencia de Enrique Peña Nieto y sobre todo la principal de la operación de contención y posicionamiento del gobierno Federal a través de los medios digitales, misma tarea que ahora desempeña en la campaña priista.