¿Un método confiable, indoloro y sencillo para medir el azúcar en la sangre? Un tatuaje.
Es lo que desarrolló y puso a prueba un equipo de investigadores del Departamento de Nanoingeniería de la Universidad de California, en San Diego (UCSD), encabezado por el estudiante de posgrado indio Amay Bandodkar, con la finalidad de evitar que los pacientes de diabetes “le saquen la vuelta” a las agujas y opten por saltarse el constante monitoreo diario de niveles de glucosa en la sangre.
Se trata de un tatuaje temporal –que es, en realidad, un sensor– flexible y fácil de portar, que extrae y mide el nivel de glucosa “en el fluido intermedio entre las células de la piel”, explica un comunicado de la UCSD.
El tatuaje “podría ser un prometedor paso adelante en pruebas de glucosa no invasivas para los pacientes con diabetes” y, a decir de Bandodkar, “podría allanar el camino para que el Centro (de Sensores Portables de la Escuela Jacobs de Ingeniería de la UCSD) explore otros usos del dispositivo, como la detección de otros metabolitos importantes en el cuerpo o la administración de medicamentos a través de la piel”.
Al menos el dispositivo ya ha dado buenos resultados. En una edición de este año de la revista científica Analytical Chemistry, el equipo de investigación publicó los resultados de un experimento realizado con personas –no diabéticas– de entre 20 y 40 años, que portaron los tatuajes antes de una comida rica en carbohidratos.
Y se demostró que el sensor pudo monitorear de forma efectiva el rápido aumento en los niveles de glucosa en sangre provocados por el consumo de alimentos.
Pero aún queda mucho trabajo por hacer. Investigadores de ingeniería eléctrica e informática del Centro de Sensores Portables están trabajando en un tipo de lector numérico que permitirá al paciente monitorear sus propios niveles de glucosa.
“El instrumento de lectura eventualmente también tendrá capacidades de Bluetooth para enviar información directamente y en tiempo real al médico del paciente o almacenar información en la nube”, dijo Bandodkar.
A su vez, también están buscando la forma de hacer que el tatuaje dure más tiempo, mientras mantienen bajo el costo total del mismo.
“Actualmente el sensor del tatuaje puede sobrevivir fácilmente por un día”, detalló el científico. “Estos son extremadamente baratos -unos pocos centavos- y por lo tanto pueden ser reemplazados sin mucha carga financiera para el paciente”