Supervivencia y superación
Jacques Audiard, director del filme “Metal y hueso”, logra plasmar una poco convencional historia de amor, pero no solo de pareja, sino también de amor propio
Azaneth CruzAlain es un padre desempleado que ha vivido muy involucrado dentro del mundo de las peleas callejeras.
Decidido a comenzar de nuevo, se va a vivir con su hermana llevándose a su hijo Sam y consigue un trabajo de portero en un bar. Ahí conocerá en un evento accidentado a Stéphanie, una entrenadora de orcas con una vida sentimental vacía e insatisfactoria.
Luego del primer encuentro con Stéphanie, ella sufre un accidente en uno de los espectáculos debido a la mordida de una orca, situación que le provoca la pérdida de sus piernas.
Hundida en la depresión, mientras su cuerpo termina de sanar, Stéphanie va perdiendo poco a poco las ganas de vivir.
Con el objetivo de salir adelante, Alain brinca de un empleo a otro y su vida cambia hasta que un día de la nada recibe una llamada de Stéphanie y sus vidas comienzan a unirse de forma extraña.
Aunque las heridas son distintas, los dos comienzan a sanarse el uno al otro, ya que para Alain es imposible sentir lástima por Stéphanie y eso la hace sentirse diferente y autosuficiente.
Jacques Audiard, director del filme “Metal y hueso”, logra plasmar una poco convencional historia de amor, pero no solo de pareja, sino también de amor propio.
El filme refleja la historia de dos personas emocionalmente distantes que al complementarse anulan la soledad del otro, impulsados por los deseos más básicos, el miedo a la soledad y las ganas por sobrevivir.
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