El sueño, un aspecto vital pero a menudo subestimado de nuestra vida diaria, desempeña un papel crucial en nuestra salud y bienestar general. Aunque a menudo pasa desapercibido, los trastornos del sueño tienen un impacto significativo en la salud física y mental de las personas.
Según un estudio realizado por el National Institutes of Health (NIH), aproximadamente el 30 por ciento de la población mundial experimenta síntomas importantes de insomnio, y hasta un 10 por ciento podría cumplir los criterios para un trastorno de insomnio, lo que resulta en una disminución del rendimiento productivo en al menos un 50 por ciento.
30%
La Asociación Mundial de Medicina del Sueño celebra el Día Mundial del Sueño el 13 de Marzo, la intención es concientizar a la sociedad sobre los trastornos del sueño, promover la prevención, educación y una mejor comprensión de este trastorno que afecta al 45% de la población pic.twitter.com/ntcmoQEUyY
— ACRES (@acresrosario) March 13, 2021
“Los trastornos de sueño son un estresor, si una persona no duerme bien comienza presentar efectos que pueden convertirse en padecimientos crónicos, como: enfermedades coronarias, diabetes, obesidad, ansiedad, depresión, entre otras.
El sueño es altamente propenso a afectarse por cualquier estímulo interno y externo, por lo que es importante identificar si contamos con hábitos físicos y mentales saludables o en su defecto, qué detona en nuestro día a día la falta de éstos hábitos; pues el sueño al igual que la actividad física y la nutrición, es un pilar fundamental de la salud” menciona la doctora Guadalupe Terán, Especialista en Medicina del Sueño.
Detonantes de los trastornos del sueño
La falta de sueño adecuado puede conducir a una serie de padecimientos crónicos, incluyendo enfermedades coronarias, diabetes, obesidad, ansiedad y depresión. Además, el sueño se ve afectado por diversos estímulos internos y externos, lo que subraya la importancia de identificar y abordar los hábitos físicos y mentales que impactan en nuestra calidad de sueño.
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📍Hospital de Benalmádena pic.twitter.com/xaP8jr24DG— huvv.es (@HUVV_SAS) March 13, 2024
El uso excesivo de pantallas, la falta de horarios consistentes para dormir y despertar, así como el consumo de alcohol y cafeína durante la noche, son algunos de los principales factores desencadenantes de los trastornos del sueño. Estos factores se ven exacerbados en personas que también sufren de trastornos del estado de ánimo como la depresión y la ansiedad.
La doctora Guadalupe Terán subraya la importancia de identificar y abordar los trastornos del sueño a tiempo, junto con la promoción de hábitos saludables que contribuyan a una buena calidad de sueño y una mayor productividad. Dormir bien es esencial para la salud en todos los aspectos, y mantener una energía óptima a lo largo del día.
Estrategias para mejorar los hábitos de sueño
- Apagar pantallas al menos 30 minutos antes de dormir para reducir la estimulación visual y auditiva.
- Gradualmente ajustar los horarios de sueño y despertar para facilitar la adaptación a una nueva rutina.
- Exponerse a la luz solar matutina para estimular naturalmente el cuerpo y promover la vigilia.
Además, es fundamental abordar el déficit de melatonina, especialmente en etapas de la vida donde su producción disminuye, junto con la adopción de hábitos de sueño saludables.
Impacto de la falta de sueño
Los efectos de la falta de sueño se hacen evidentes en diferentes momentos:
- A corto plazo, se experimenta un aumento del apetito, irritabilidad, distracción y falta de concentración.
- A mediano plazo, se afecta la regulación emocional y aumenta el riesgo de sobrepeso, obesidad y accidentes.
- A largo plazo, se correlaciona con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y riesgos cardiovasculares, así como con un desajuste del reloj biológico que puede contribuir al desarrollo de ciertos tipos de cáncer.