Parte de la historia de cada país se encuentra en su comida, en los olores y sabores que desprende y que invitan a todo tipo de persona a probar desde un puesto callejero hasta un local de mercado. A través de la docuserie Street Food, Netflix muestra algunos de los platillos callejeros más populares de América Latina, como la bandeja paisa, de Colombia; las tlayudas, de México; los choripanes, de Argentina; el ceviche, de Perú, o el relleno de papa, de Bolivia.
Mientras que con múltiples imágenes se cuenta cómo y dónde se come cada uno de estos platillos, la historia de un cocinero o cocinera se expone en pantalla, asegurando que la comida que se prepara y se vende todos los días en las calles está hecha por una persona con mucha historia detrás.
De esa manera, la plataforma de streaming enfatiza en la importancia cultural y social que tiene cada platillo popular latinoamericano y lo que significa para los vendedores, quienes muchas veces enfrentan problemas económicos y familiares para llegar a donde están ahora, compartiendo con sus paisanos sus sabores favoritos.
De acuerdo con Salvador, algo que esta docuserie captura muy bien es que la cocina callejera está ligada al pecado del antojo, pues se basa en la tentación del aroma y de la apariencia para lograr ser del gusto de cualquier comensal.
Tal fue el caso de Pato Rodríguez, una cocinera argentina quien tuvo que mejorar sus tortillas de papa y empanadas para llamar la atención de sus clientes y amigos; o doña Vale, una mujer oaxaqueña que por la originalidad de su salsa logró conseguir que más personas probaran sus memelas de maíz azul.
Para Eduardo Mateo Cruz, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, el discurso esencial de Street Food, más allá de mostrar cuáles son los tesoros gastronómicos de cada país, es exponer las historias de las personas que logran subsistir a través de su pasión por la comida.
El florecimiento de la comida popular en Street Food
La serie fue estrenada en uno de los momentos más críticos a nivel mundial, donde los puestos de comida callejeros han tenido que cerrarse temporalmente o acatarse a las medidas de prevención sanitarias debido a la pandemia por COVID-19.
Sin embargo, para el académico Salvador Mendiola, los vendedores de comida, como quienes se presentan en la serie de Netflix, no tendrían de qué preocuparse por el futuro de su negocio, pues, asegura, van a florecer tras la pandemia.
En entrevista con Reporte Índigo, el académico analiza que la venta de comida popular podría aumentar exponencialmente, pues la gente que estuvo en confinamiento por cuatro meses querrá comer algo más que los platillos hechos en casa.
“Este tipo de cocina es la que más fácilmente se va a adaptar a la sana distancia y a las nuevas reglas de salubridad porque su servicio puede ser para llevar, además de que venderán mucho, pues las personas que estuvieron en casa van a estar hasta el copete de su monotonía”, señala.
Por su parte, el catedrático Mateo Cruz enfatiza que, si se quiere seguir con los negocios callejeros, los dueños y dueñas de estos deben acatar todas las medidas necesarias para que no se vean obligados a retirarse y pierdan así el sustento económico por el cual luchan día con día.
Un nuevo formato
Luego de su estreno en Netflix, el pasado 21 de julio, Street Food se ha posicionado como una de las 10 docuseries más populares en México.
Al respecto, el catedrático Salvador Mendiola menciona que el éxito de este proyecto sólo hace pensar en próximos programas con la misma línea de entretenimiento, como uno en el que se conozca la postura de los comensales cuando salen a la calle a buscar sus alimentos.
“Creo que también se debe analizar la gran riqueza que México tiene en su comida callejera, porque es toda una comida completa, algo que ni los hot-dogs o hamburguesas logran”, comparte.