Starbucks inaugura su primer sucursal en Italia, cuna del espresso

Italia es considerado por muchos como la cuna del espresso, allá, el café es casi una religión, por lo que la marca estadounidense había retrasado su llegada, inicialmente prevista para 2017

La cadena de Starbucks inauguró en Milán su primer sucursal en Italia.
 
La cafetería se llama “Reserve Roastery” y tiene 2 mil 300 metros cuadrados en un edificio histórico situado en el centro de la ciudad.
 
Italia es considerado por muchos como la cuna del espresso, allá, el café es casi una religión, por lo que la marca estadounidense había retrasado su llegada, inicialmente prevista para 2017.

El nuevo lugar tiene una decoración elegante de tipo industrial y ofrece a los clientes cafés procedentes de más de 30 países distintos, así como cocteles y comida La marca espera ganar “el respeto de los italianos”.
 
 
Matteo Figura, un experto de NPD Group, asegura que Starbucks llega “en el buen momento”. “En la restauración de hoy en Italia hay muchas ganas de marcas, de identidad. De momento solo el 20 por ciento de la restauración está en manos de cadenas, el resto son independientes. Pero las cadenas crecen a una tasa muy rápida, de más del 4%”.
 
Para el experto, la manera de consumir café ha cambiado mucho en los últimos años en el país europeo. Antes tomar café era “un momento para tomar un ‘shot’ de energía”, pero ahora los consumidores “están cada vez más atentos a la calidad y a la experiencia que puedan tener”.
 
La cadena sabe que su público objetivo son los millennials, porque buscan experiencias distintas a los cafés tradicionales.
 
“En Francia, otro país con una importante cultura del café, los consumidores ‘millennials’ responden bien a los cafés especiales” que propone Starbucks, señaló Alexandre Loeur, analista de Euromonitor International.
 
La cadena estadounidense ofrece la posibilidad de quedarse más tiempo en la cafetería, gracias al wifi, y ofrece un entorno distinto a los cafés tradicionales, donde el espresso suele tomarse de pie en tan solo unos minutos.
 
Por su parte, la Asociación de Consumidores señaló estar a favor de la competencia, pero lamentó que el precio de un espresso en Starbucks “sea totalmente desorbitado”. La agrupación explicó que un espresso clásico cuesta 1.80 euros, 80 por ciento más que el precio del espresso tradicional italiano.
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