El Resplandor es una de las películas más emblemáticas de Stanley Kubrick. Protagonizada por Jack Nicholson, la historia basada en la novela de Stephen King se convirtió en un clásico del cine de terror. Su narrativa, su precisión en cada toma y el uso de lo simbólico la vuelve una indiscutible joya cinematográfica pero ¿qué es lo que la vuelve tan terrorífica?
Michael Tucker, un cineasta que cuenta con un famoso canal de YouTube llamado Lessons from the Screenplay, hizo un análisis sobre cada ingrediente que Kubrick agregó en la dosis perfecta a El Resplandor para que provocara esa mezcla de incomodidad y miedo en el espectador.
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Tucker habla sobre el concepto “creepy”, término que se puede traducir en “horripilante” o “escalofriante”. El estudio ‘On the Nature of creepiness’ lo describe como: “La ansiedad causada por la ambigüedad de si hay algo qué temer o no y/o por la ambigüedad de la naturaleza de la amenaza”.
Kubrick logró causar este sensación en los espectadores a través de varios elementos:
La ambigüedad de los personajes
Tucker apunta que los personajes que se aparecen, como las famosas gemelas del pasillo, no revelan claramente sus caras, ni muestran expresiones faciales y no se mueven. Esto causa que resulten amenazantes al no poder descifrar qué es lo que quieren o harán, lo que el cerebro traduce en peligro.
Los escenarios
A diferencia de las películas comunes de suspenso, El Resplandor cuenta con escenarios abiertos y luminosos pero no por eso seguros, lo que vuelve a causar desconcierto y ambigüedad.
La música
La precisión del diseño sonoro de la cinta funciona de manera inversa a la mayoría del cine de terror: sonidos desconcertantes aparecen cuando no pasa nada y no hay sonido distintivo cuando hay apariciones o escenas escalofriantes como la del pasillo lleno de sangre. Además durante la película se escuchan inquietantes latidos. En un supercut, la editora y actriz Candice Droucet recolectó los sonidos clave en las películas de Kubrick, en ellas se incluye la vocecita que hace Danny con su dedo, los gritos de Jack y Andy, las respiraciones, el sonido del fuego ardiendo, y las teclas de la máquina de escribir de Jack:
El conjunto de toda una estrategia narrativa que encantó al público por generaciones, no satisfizo a Stephen King a quien no le gustó nada la adaptación de su novela. La ha calificado como un “Cadillac sin motor” y ha manifestado que le pareció inadecuado el planteamiento del personase de Jack Torrance.