En el corazón del México colonial, en el siglo XVII, brillaba una mente excepcional que desafiaba las normas de su tiempo: Sor Juana Inés de la Cruz. Nacida en 1648 en México, Sor Juana se alzó como una de las figuras más prominentes de la literatura y el pensamiento en la América colonial.
Desde una edad temprana, Sor Juana demostró un apetito insaciable por el conocimiento y una destreza extraordinaria en las letras. En un período en el que las mujeres tenían un acceso limitado a la educación formal, ella desafió las expectativas sociales y buscó el aprendizaje en todas sus formas. Su talento y erudición pronto la distinguieron como una de las mentes más brillantes de su época.
Considerada la escritora más grande del barroco en la literatura hispanoamericana, además de ser una auténtica pionera y luchadora en la defensa del derecho de la mujer a la educación, Sor Juana Inés de la Cruz es una mujer que, en el siglo XVII, se adelantó a su tiempo.
Para la profesora de la Universidad del Claustro de Sor Juana, la poeta y ensayista Roxana Elvridge-Thomas, Sor Juana es, sin duda, una de las mujeres más importantes que ha tenido México.
“Para algunas de nosotras, la más importante. Y esto por múltiples razones. Por una parte, es impresionante la notoriedad que ha obtenido en los últimos años entre la juventud. Sin embargo, su trascendencia va mucho más allá”, detalla la especialista.
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, la académica de El Claustro explicó que la Décima Musa fue una mujer valiente, que se atrevió a seguir su pasión por el conocimiento no importando fronteras y, a partir de ello, su inteligencia, memoria y talento participaron en la conjunción de los grandes sistemas filosóficos de la época para crear un pensamiento original e independiente.
“Un ejemplo de ello es el tomar del Neoplatonismo Renacentista la idea de la libertad del ser humano, de la unidad de las ciencias y las artes y del derecho de todos los seres humanos para acceder libremente al conocimiento y a la búsqueda de la verdad. Ideas sostenidas principalmente por Giovanni Pico della Mirandola y Marsilio Ficcino”, agrega Elvridge.
Una lucha en la sociedad
Ingresó al convento a una edad temprana, una decisión que, si bien le brindaba un refugio para cultivar su intelecto, también la confinaba a los estrechos roles que la sociedad imponía a las mujeres en aquel entonces. A pesar de esto, Sor Juana floreció dentro de los muros del convento, donde encontró un espacio para expresar sus ideas y explorar su pasión por la escritura.
Sus obras, que abarcan desde poesía lírica hasta ensayos filosóficos, reflejan su profundo compromiso con el conocimiento y su aguda observación de la condición humana. Sor Juana desafió las convenciones literarias y desplegó una maestría lingüística que aún asombra a los estudiosos de hoy en día.
Sin embargo, su búsqueda de la verdad y su defensa de los derechos de las mujeres no estuvieron exentas de controversia.
A pesar de las adversidades, el legado de Sor Juana Inés de la Cruz perdura como un faro de sabiduría y resistencia. Su vida y obra continúan inspirando a generaciones posteriores, recordándonos el poder transformador del conocimiento y la importancia de desafiar las limitaciones impuestas por la sociedad.