El temor de todo niño es ser llevado por “El Robachicos”. Y el de toda madre o padre es que su hijo sea secuestrado.
Y si se habla de un país como México, ese miedo se convierte en una cruda realidad que provoca escalofríos inclusive para las personas que aún no tienen hijos.
Sí, México es un paraíso para los “robachicos” que raptan a niños y jóvenes. Y no necesariamente para pedir un rescate (que también hay casos), sino para contribuir con la trata de personas, el tráfico de órganos y el crimen organizado.
De acuerdo a la organización Red de Madres Buscando a sus Hijos, entre el 2006 y el 2017 en México se reportaron más de 27 mil 605 casos de niños extraviados. Lo peor de esta situación es que la mayoría termina en las redes de trata de personas, se comercializa con sus órganos y se les desgracia la vida al involucrarlos en el crimen organizado.
“El perfil de los niños robados, que son ideales para el tráfico de órganos, son de edades que oscilan entre los siete y 10 años. Desde los bebés y hasta los cinco años son sustraídos generalmente para venderlos a parejas que no pueden tener hijos”, señaló la Red de Madres Buscando a sus Hijos.
La organización mencionada aseguró que gran cantidad de víctimas proviene de estados como Hidalgo, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí y Tlaxcala. Y suelen dar a lugares como Nueva York, Monterrey, Tijuana y Ciudad de México.
La Fundación Nacional de Investigaciones de Niños Robados y Desaparecidos en México reportó que hasta el 2016 había 45 mil niños y adolescentes desaparecidos, los cuales podrían ser víctima de la explotación sexual, así como de la venta y tráfico de órganos.
Esto a pesar de los esfuerzos como el de la Asociación Mexicana de Niños Robados y Desaparecidos A.C. (AMNRDAC), cuyo objetivo principal es “la búsqueda, localización, rescate y reintegración al núcleo familiar de los desaparecidos que hayan sido robados, sustraídos, ausentes voluntariamente, plagiados o cualquier otra circunstancia que los haya separado del seno familiar”, según su descripción oficial.
Sin descuidos
>> Padres: eviten publicar información y datos específicos de sus hijos en redes sociales.
>> Los papás deben procurar no distraerse con el celular en lugares públicos, ya que la sustracción de su pequeño puede darse en cuestión de segundos.
Alerta para papás
Con el auge de los teléfonos inteligentes, aumentaron los casos de accidentes de menores por descuido. Pero también es muy probable que el smartphone sea un factor determinante para que los padres se distraigan y se incremente el riesgo de que su pequeño sea secuestrado.
El robo de un niño se puede dar “en un parpadear”, en lo que se abre WhatsApp, los pequeños pueden desaparecer.
Además de no soltarles la mano en lugares públicos, obviamente, la Fundación Nacional de Investigación de Niños Robados y Desaparecidos indicó que los padres deben tomar ciertas medidas para evitar que sus hijos sean sustraídos de su lado.
Entre ellas están nunca dejarlo irse con extraños, aunque sean otros niños, supervisarlo en todo momento y no distraerse con gadgets o pláticas extensas.
También aconsejó que los papás no permitan que extraños les tomen fotografías en lugares públicos, ya que los delincuentes elaboran catálogo con las imágenes de los niños (y potenciales víctimas).
Si son víctimas de un robo, la asociación recomendó que se grite “¡Fuego!” para llamar la atención de las personas a su alrededor y porque la alerta de incendio se atiende en menos de 3 minutos. Y también se puede llevar un silbato para poder pedir ayuda.
Enséñale a tus hijos que si son llevados en contra de su voluntad o de forma violenta, griten “¡Soy (nombre) y me están robando!”. O bien, que hagan un berrinche aparatoso en el suelo, para que la multitud voltee a ver qué sucede.
En el caso de redes sociales, los papás y familiares deben procurar limitar la información que dan a conocer en línea. Es muy sencillo, solo es dejar de publicar fotografías que revelen datos clave sobre la identidad del niño (fotos con uniforme de la escuela, por ejemplo).
También se aconseja no detallar la información sobre sus amistades, actividades y horarios específicos.
Un buen ‘negocio’
Gabriela Ruiz Serrano, de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM indicó que la trata de personas es un negocio lucrativo en México, solo superado por el tráfico de drogas y de armas.
Las ganancias que genera oscilan los 36 mil millones de dólares anuales.
Unicef declaró que México es de los principales focos rojos, debido a la cantidad de niños migrantes. Entre 2015 y 2016, transitaron por la frontera de México con Estados Unidos 300 mil pequeños.