Se estima que 89 por ciento de los mexicanos están al pendiente de lo que pasa en el Mundial Rusia 2018 y para muchos académicos es la oportunidad perfecta para demostrar que en este deporte las matemáticas son importantes.
Javier Arroyo, cofundador de Smartick, método online de aprendizaje de matemáticas, asegura que durante la justa deportiva se le puede explicar a los niños que el balón está formado por 20 hexágonos y 12 pentágonos; o que el trofeo del Mundial está hecho de oro sólido de 18 quilates, es decir, que sus tres cuartas partes son oro puro; entre otros datos curiosos que pueden cautivarlos.
“La mejor forma de incentivar a nuestros hijos e hijas por las matemáticas es ayudándolos a aplicarlas en actividades cotidianas, como el deporte. Una línea defensiva, una triangulación, las medidas de los campos y los arcos. ¿Hay matemáticas en el futbol? Por supuesto que sí. Sin matemáticas no habría futbol”, afirma Arroyo.
Por su parte, José Antonio de la Peña, miembro de El Colegio Nacional, señala que las matemáticas pueden servir para recabar información muy precisa de todos los elementos en juego dentro de la cancha y elaborar estadísticas. “En el futbol la medida misma del ser humano juega un papel importante”, sentencia.
De la Peña también dice que el número de jugadores y el espacio de la cancha otorga un estilo de juego que sería radicalmente distinto de haber más jugadores o menos espacio. Además describe la estructura llamada fútbol total, perfeccionada en Holanda, en la cual un jugador que se mueve fuera de su posición es sustituido por un compañero de equipo, permitiendo que el conjunto conserve su estructura táctica.
Adentrándose en el campo de la estadística, el integrante de El Colegio Nacional señala que en el Mundial un tercio de los partidos se resolverá por tandas de penales. De la Peña comenta que las probabilidades son multiplicativas, por tanto conforme se avanza en el número de penaltis tirados, es más fácil llegar a la conclusión del resultado.
Finalmente, de la Peña precisa que para calcular matemáticamente las posibilidades de acierto de un tiro libre se deben tener en cuenta datos como la distancia y la posición del jugador desde el área respecto a la portería, la pierna de tiro, el peso y el diámetro de la pelota, entre otras variables que, aunque también medibles, son mucho más difíciles de controlar, como el efecto Magnus (en honor del físico alemán H.G. Magnus).
Este fenómeno de la física se refiere a la fuerza directamente responsable por la curva que el balón realiza fuera de su trayectoria normal. A menos que el esférico sea impactado en su centro geométrico, siempre girará ligeramente mientras se mueve en el aire, variando su velocidad relativa y haciendo que la bola se mueva en una curva en lugar de en una línea recta.