Sin contrato no hay paisano

Discriminación, horas de trabajo no remuneradas, fraude, ofertas de trabajo inexistentes, cobro de cuotas ilegales, condiciones de trabajo peligrosas…  son solo algunos de los abusos que sufren los migrantes que trabajan temporalmente en Estados Unidos.

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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47%
obtuvo un préstamo para cubrir los gastos de reclutamiento
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Discriminación, horas de trabajo no remuneradas, fraude, ofertas de trabajo inexistentes, cobro de cuotas ilegales, condiciones de trabajo peligrosas…  son solo algunos de los abusos que sufren los migrantes que trabajan temporalmente en Estados Unidos.

Y todo comienza en el proceso de reclutamiento en México, donde se concentra el mayor número de trabajadores temporales o “huéspedes” que, con bajos salarios, laboran bajo los programas de visas H-2 (H-2A para trabajos agrícolas, y H-2B para trabajos no agrícolas) en Estados Unidos, según un estudio de 2013 del Centro de los Derechos del Migrante Inc. (CDM). 

El informe, titulado “Revelando el reclutamiento”, revela que la pesadilla de los trabajadores migrantes inicia cuando ni siquiera “han brincado el charco”, precisamente en el proceso de reclutamiento, etapa en la que, por ejemplo, 58 por ciento de los mismos se ven obligados a pagar cuotas de contratación que son ilegales. 

De hecho, “el 47 por ciento de las personas que entrevistamos había sacado un préstamo para cubrir los gastos de reclutamiento, incluyendo el costo de la visa, del pasaporte, de la cuota y del transporte”, comparte en entrevista para Reporte Indigo Sarah Farr, coordinadora del Proyecto Justicia en el Reclutamiento del CDM. 

Otro hallazgo fue que 52 por ciento de los entrevistados reportó que nunca se les mostró un contrato escrito y uno de cada 10 pagó una cuota por un trabajo inexistente. Es decir, se les “reclutó” bajo un esquema de fraude, un problema que “es demasiado común”, señala Farr.

Pero a los “huéspedes” les resulta difícil tomar acciones legales contra los reclutadores o empleadores dado a que “rara vez” reciben un contrato escrito que establezca los términos del empleo, explica el reporte del CDM. 

“Desafortunadamente es muy común que el reclutador promete condiciones de trabajo (tipo de trabajo, ubicación del trabajo, salario, etc) que no son ciertas”, comenta Farr. 

Detalla que, “de esta forma, muchos trabajadores pagan sus cuotas de reclutamiento pensando que van a trabajar en la construcción en California por un sueldo de 18 dólares por hora, cuando en realidad llegan a Alabama para trabajar en las ferias ambulantes por 7.25 dólares por hora”.

Los autores del estudio del CDM, que presenta diversos estudios de casos, concluyen que “el sistema (de reclutamiento laboral internacional) está quebrado”. 

Y hacen un llamado al gobierno estadounidense, el cual “debe abordar el tema del sistema de reclutamiento fallido antes de extender los programas de visas H-2”. De lo contrario, “(…) continuarán los abusos y la explotación de trabajadores durante su reclutamiento, migración y mientras trabajan en los Estados Unidos”.  

Contratados.org

“La falta de información disponible a trabajadores es la raíz de muchos de los abusos que sufren los trabajadores contratados”, precisa Farr. 

Ante esta problemática, el CDM puso en marcha el proyecto Contratados.org, un sitio Web que busca hacer transparente el sistema de reclutamiento laboral internacional. 

Sarah Farr explica que este sitio Web permite a los trabajadores buscar información sobre los empleadores y reclutadores que están involucrados en los programas de trabajo temporal en Estados Unidos, así como escribir reseñas sobre los mismos.

“La reseña siempre debe de ser basada en la experiencia propia de la persona. No es un espacio para compartir chismes o rumores. La información debe ser veraz”, añade Sarah.

El sitio también pone a disposición de los migrantes información sobre los derechos que les corresponde ejercer como trabajadores temporales.

“La finalidad del sitio es abrir un espacio donde los mismos trabajadores pueden compartir información entre sí y construir un movimiento para la migración informada”, subraya la investigadora de contratación laboral y  visas de trabajo temporal. 

“(…) la herramienta pretende aumentar el poder de los mismos trabajadores durante el proceso de reclutamiento, el cual ha sido ejercido principalmente por los empleadores y sus reclutadores”.

Cabe aclarar que las reseñas que escriben los trabajadores sobre los empleadores y reclutadores son anónimas, para evitar represalias contra los mismos. Porque así están las cosas: “sabemos que los reclutadores pueden tener mucho poder en la comunidad y las personas que son identificadas como ‘problemáticas’ o ‘revoltosas’ pueden terminar en listas negras, sin la posibilidad de conseguir una visa de trabajo”, cuenta Farr. 

Peor aún, “muchas veces los reclutadores controlan todo el reclutamiento en su región, a veces para industrias completas y por múltiples empleadores”. De ahí que formar parte de la lista negra de un reclutador se traduce en la dificultad -sino es que en la imposibilidad- de que el trabajador regrese el siguiente año, dice Farr. 

“Incluso hemos escuchado de reclutadores que son conectados a los poderes políticos en una comunidad o una región”. 

Atados de pies y manos 

Un problema particular con las cuotas de reclutamiento ilegales es que el trabajador se endeuda durante el proceso, lo que los pone en una “posición vulnerable cuando llegan a sus trabajos en los Estados Unidos”, expresa Farr. 

Porque “es menos probable que un trabajador con deudas haga una queja por prácticas injustas o ilegales en su empleo por el miedo de perder su trabajo y tener que regresar a su comunidad sin forma de pagar sus préstamos. 

“Como los trabajadores H-2 no tienen la posibilidad de cambiar de empleadores, muchas veces su opción es seguir trabajando sin importar las condiciones, o regresar a México”. 

También les bajan la luna y las estrellas. Farr comenta que otro problema grave que puso en evidencia el estudio del CDM es que ante una oferta de empleo por parte de un reclutador desconocido, los trabajadores e no tienen de otra más que confiar en la promesa que éste les hace, pues tienen muy pocos recursos a su disposición para verificar la legitimidad y veracidad  del reclutador y la propuesta. 

Así, por ejemplo, “muchos trabajadores pagan sus cuotas de reclutamiento pensando que van a trabajar en la construcción en California por un sueldo de 18 dólares por hora, cuando en realidad llegan a Alabama para trabajar en las ferias ambulantes por 7.25 dólares por hora”.

Abusos al por mayor

A decir de Sarah Farr, otros problemas “comunes” a los que se enfrentan los trabajadores migrantes son: 

> Falta de pago por todas las horas trabajadas o pago por debajo del salario mínimo
> Horas extras no remuneradas
> Falta de reembolsos de gastos que deben cubrir los empleadores
> Discriminación durante el reclutamiento y en el trabajo
> Retención de documentos migratorios o de identificación
> Condiciones de trabajo peligrosas
> Lesiones en el empleo 
> Malas condiciones de vivienda

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