Una velada en un hotel de Madrid cambió por completo las vidas de la actriz Silvia Pinal y el cineasta Luis Buñuel. Cuando se conocieron, a principios de los años 60, ambos contaban con una amplía y reconocida trayectoria. Ella por participación en cintas como “Un extraño en la escalera” (1955), de Tulio Demicheli y “Maribel y la extraña familia” (1960), de José María Forqué.
Y Buñuel por la realización de piezas fílmicas como “Un perro andaluz” (1929), “El gran Calavera” (1949) y “Los olvidados” (1950). Sin embargo, esa noche también cambió el rumbo del cine mexicano.
El actor Francisco Rabal fue el encargado de presentarlos. Pinal acudió con el productor Gustavo Alatriste, su esposo en ese entonces, para proponerle al cineasta la realización de una película: “Viridiana”. Lo demás es historia conocida, pues el cineasta aceptó realizar el trabajo, basado en la novela Halma, de Benito Pérez Galdós.
La cinta “Viridiana” narra la historia de una novicia que se enfrenta a dificultades relacionadas con la violencia sexual, el suicidio y el abuso de confianza, temas que para la época resultaron muy escandalosos. Tras su estreno en el festival de Cannes de 1961, donde obtuvo la Palma de Oro, la película enfrentó la censura del Vaticano y del régimen franquista.
Viridiana sufrió censura
De acuerdo con una entrevista para la Secretaría de Cultura, la primera actriz confesó que, a partir de “Viridiana” Buñuel pasó tiempos difíciles, pues fue atacado y censurado en varios países.
“Fueron tiempos muy difíciles para él. En varios países se prohibió la proyección de la cinta, la prensa siguió el caso de censura durante meses, fue atacado por muchas personas, pero él ya había pasado por varios escándalos y en cierta manera estaba curtido”.
“Tengo entendido que Luis creó toda una estrategia para salvar los negativos de la cinta. Cuando la estábamos filmando todos sabíamos a lo que nos enfrentábamos, eran otros tiempos, otras ideas, y Buñuel fue muy valiente al defender su arte por encima de todas las cosas”, contó Silvia Pinal
Sin embargo, Pinal revela que haber trabajado con él fue una de las mejores colaboraciones que realizó a lo largo de su trayectoria. Conocerlo, expresó, fue lo mejor que le pudo haber pasado.
“Es una vanidad muy grande lo que voy a decir —reveló años después la Pinal—, pero yo escogí a Luis Buñuel, no él a mí. Cuando conocí su obra, me encantó, me enamoré de su cine, de su humor negro, de su manera de ser y supe que no descansaría hasta ser dirigida por él… ¡Y lo logré!
“Yo trabajaba con directores comerciales, pero a la hora de hablar de arte no tenía mucha experiencia y de pronto apareció Buñuel, y ahí cambió mi vida y gusto. Lo recuerdo con gran agradecimiento porque me enseñó muchas cosas que no había vivido”, recordó Pinal durante la presentación de su autobiografía Esta soy yo en mayo de 2017.
El inicio de una larga amistad
Aquellos días, Pinal era considerada una actriz aclamada en las pantallas de los años cincuenta, y ya había trabajado con los grandes actores de ese momento como: Pedro Infante, Germán Valdés Tin Tan, Gabriel Figueroa y Emilio “El indio” Fernández, entre muchos otros. Sin embargo, su colaboración con Buñuel le permitió a la actriz subir un peldaño más a su trayectoria cinematográfica.
La relación entre la actriz y el español fue únicamente laboral, durante la que rodaron juntos dos películas más, “El ángel exterminador” y “Simón del desierto“, la cual concluyó con la muerte del director, el 29 de julio de 1983.
Gracias a estas colaboraciones, Silvia Pinal fue reconocida como una de las pocas actrices que trabajó en más de una ocasión con Luis Buñuel. En la actualidad, “El ángel exterminador” es una de las mil mejores películas de todos los tiempos, según un listado realizado por The New York Times.
