Silencio Radio explora el peligro de ser periodista
El documental Silencio Radio explora parte de la vida profesional de la periodista Carmen Aristegui y de su grupo de investigación, especialmente cuando fueron boicoteados durante el sexenio priista de Enrique Peña Nieto y atentaron contra su libertad de expresión. La directora de la película, Juliana Fanjul, asegura que desde el actual gobierno federal se debe frenar la violencia hacia los periodistas
Hidalgo NeiraIndignada como cualquier otra ciudadana del país, la documentalista Juliana Fanjul, creadora de Silencio Radio, buscó a Carmen Aristegui cuando el Gobierno mexicano la estaba censurando. Ella, de manera personal, la venía escuchando cada mañana durante varios años en su emisión de MVS Noticias, y desde mucho antes, incluso, cuando era niña.
Sin conocerla en persona ni contar con su contacto, comenzó su búsqueda, desde la ingenuidad, para manifestarle que ella más allá de ser cineasta, sentía que como radioescucha estaban violentando su derecho a la información, así decidió grabar y seguir de cerca a la periodista y a su equipo de trabajo.
“Me comprometí a dos cosas, mantenerme al margen de su vida privada, que la película no buscaría enfocarse en eso, y que una vez que estuviera terminada serían ella y su equipo, por supuesto, los primeros que la podrían ver. En ese sentido fuimos consolidando una relación de confianza, trabajé en todo momento con total libertad”, narra Fanjul, en videollamada con Reporte Índigo.
El resultado fue Silencio Radio, documental que sigue a Aristegui en la creación de su nuevo noticiero virtual, una vez marcada la salida de Grupo MVS. Además, habla sobre cómo había un boicot en contra de su trabajo, porque un grupo de hombres entró a sus oficinas para extraer información y documentos que su equipo se encontraba investigando; también muestra cuando la reportera de investigación viaja a Washington para exponer su caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en 2016.
Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador y la llamada “Cuarta Transformación” (4T), Aristegui considera que no existe ningún sesgo noticioso. Fanjul cree en ello, pero observa otro problema: la vulnerabilidad de los derechos humanos de quienes ejercen esta profesión.
“Considero que la cosas han cambiado, sobre todo, en lo que cuenta la película, en cómo se ejerció esa relación de poder entre el presidente y un concesionario, esa relación hoy en día, en el gobierno actual, no sucede de igual forma; sin embargo, los números nos hablan de que, lamentablemente, los ataques a los periodistas siguen siendo muy, muy, altos. México cerró el 2021 siendo el segundo más peligroso después de Afganistán”, comenta Fanjul.
Según reportó el informe anual de la Campaña Emblema de Prensa (PEC, por sus siglas en inglés), mismo que citó Fanjul, en México fueron asesinados 10 periodistas el año pasado y en lo que va de 2022, ya se suman dos homicidios más, uno en Tijuana (el fotógrafo Margarito Martínez) y otro en Veracruz (el director del sitio online Inforegio, José Luis Gamboa) anuncia su portal web.
Silencio Radio tuvo su recorrido mayormente virtual por festivales en 2020, pasando por Ambulante, el Festival Internacional de Cine de la UNAM, Festival Doqumenta y más de 50 muestras alrededor del mundo; ahora, al fin, se estrena en salas comerciales en México.
Riesgos fuera de cámara en Silencio Radio
Juliana Fanjul logra retratar lo peligroso que fue estar cerca de Carmen Aristegui, porque las oficinas del grupo informativo fueron violentadas por hombres que extrajeron información de manera ilícita, lo que quedó guardado en las cámaras de vigilancia del inmueble donde tenían su redacción.
Pero eso sólo fue el inicio, la directora después sintió en carne propia lo que era ser amedrentada, porque le tocó que hicieran el intento por adentrarse a su propia casa, lo que también se muestra en Silencio Radio.
“En dos ocasiones sentimos que algo estaba raro, al regresar del primer viaje de Washington, la puerta del departamento en el que mi equipo y yo estábamos hospedándonos mostraba claras señales de que alguien había tratado de romperla o intentado entrar, era muy pronto en el proyecto y lo que tuvimos que hacer fue redoblar nuestro protocolo de seguridad”, comparte la cineasta.
Ante el miedo de que fueran a robarse la cámara o parte del material ya grabado, Fanjul extremó precauciones y en México contrató a choferes itinerantes para que ninguno supiera la ruta de trabajo preestablecida o tuvieran información de la producción, esto por recomendación de un curso que tomó con la organización Artículo 19.
“Invariablemente esa persona que manejaba (en esa ocasión) nos dijo que nos estaban siguiendo, lo único que confirma esto es que cuando uno se acerca a alguien como Carmen, que se ha demostrado que ha sido vigilada, pues quizás querían saber qué es lo que estábamos haciendo, afortunadamente, ahí terminó y pudimos concluir el documental de forma normal”, expresa.
Producción sin barreras
Aristegui nunca le negó grabar a Fanjul dentro de sus oficinas, aunque en ocasiones se cerraba la puerta y la directora entendía que había un tema de privacidad y no insistía a los reporteros, pero la ventaja en esta área de trabajo fue que todo se lograba ver a través de ventanales entre despachos.
“Las oficinas tienen unas ventanas donde yo podía ver, hay una escena en la película donde los micrófonos no entraron, pero la cámara podía seguir grabando, entonces, hay una ocasión en donde el equipo está trabajando, ellos están discutiendo y nosotros no podemos escuchar, pero no fue una puerta cerrada jamás”, señala.
Recomienda Familia de medianoche
Juliana Fanjul cuenta que durante el confinamiento se dedicó a ver películas que la distrajeran, un poco más alegres, “poéticas”, explica, porque ya no quería saber más de los problemas del mundo, y descubrió así este testimonial de 2019, dirigido por Luke Lorentzen, que la atrapó por completo.
“Esta película que narra cómo un grupo de paramédicos maneja una de las ambulancias privadas en la Ciudad de México, y pues me estremeció de nuevo ver que compleja puede ser la situación en una ciudad, como lo es la capital en donde hay muchísimos accidentes y la carencia del Estado para tener las ambulancias que la sociedad necesitaría se tiene que suplir con este grupo de individuos que, a veces, no forzosamente, toman las mejores decisiones para los accidentados”, dice.