“Yo entiendo a Hitler”, esas palabras bastaron en 2011 para que Lars von Trier fuera expulsado de Cannes, nadie pensó que algún día el director irreverente volvería a la muestra fílmica, ya que incluso hizo mofa 3 años después en Berlín al portar una playera con el lema “persona non grata”.
Pero el ‘Enfant terrible’ del séptimo arte logró regresar a la Riviera francesa este año con “The House That Jack Built”, sólo para añadir más controversia a su carrera, aunque ahora no por sus declaraciones, sino por lo que ha provocado la película.
En la ficción, Jack (Matt Dillon) es un asesino serial que en el transcurso de 12 años ha logrado maquilar de manera inteligente los homicidios cometidos. Según los primeros espectadores, Von Trier muestra a cuadro violencia desmedida, mutilaciones a mujeres, niños y animales.
El largometraje exhibido fuera de competencia causó escozor en la audiencia, alrededor de 100 personas salieron de la sala cuando llegaron las escenas de horror gráfico, así lo reportó Ramin Setoodeh de Variety en su cuenta de Twitter.
Pero aquellos que decidieron aguantar el encarnizado filme lo ovacionaron por completo a su término, teniendo comentarios favorables por parte de medios como la BBC e Indiewire.
Esta no es la primera vez que Von Trier genera polémica entre los amantes del cine, bien se podría decir que el danés es devoto de generar contrapuntos y morbo en quienes han seguido su carrera fílmica.
Sólo basta remontarse a ‘Dogma 95’ y recordar cómo es que bajo este canon se producían películas de bajo presupuesto con la justificación de que los directores tenían que tomar empoderamiento de nuevo como artistas y dejar a los grandes estudios de lado.
De este movimiento surgió “Los idiotas” (1998), filme que fue criticado por su alto contenido sexual, aunque logró ser nominado para la Palma de Oro en Cannes.
Abrasivo y provocador
Von Trier ha buscado incitar al público a la discusión con sus películas desde hace años, al menos dos de sus últimos filmes en la actual década han despertado comentarios polarizados.
Desde la primer secuencia de “Anticristo” (2009) se le criticó por mostrar cómo es que un bebé caía desde una ventana mientras sus padres mantenían relaciones sexuales, además de las escenas explícitas donde se veía a un pene eyacular sangre.
Lo mismo ocurrió con “Ninfomanía” (2013) donde se mostró una escena de aborto clandestino y secuencias de coito; Von Trier explicó que para estas secuencias utilizó a dobles de cuerpo que trabajan en la industria pornográfica y en postproducción se utilizó la cara de los actores reales.
El corte completo del director –el cual dura cinco horas y media– tuvo comentarios positivos de la crítica, cuando se proyectó por primera vez en Dinamarca, tres hombres de desmayaron en la escena donde la protagonista se hace un aborto con un gancho de ropa.