Antes de Sherlock Holmes, existió Aguste Dupin, el primer detective de la literatura

“Sin duda cree usted halagarme estableciendo un paralelo con Dupin. Ahora bien, en mi opinión, Dupin era un tipo de poca monta. Ese expediente suyo de irrumpir en los pensamientos de un amigo con una frase oportuna, tras un cuarto de hora en silencio, tiene mucho de histriónico y superficial”
Roberto Trejo Roberto Trejo Publicado el
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Las paredes de un departamento europeo del siglo XIX esconden a un hombre de insuperable intelecto y habilidad deductiva, quien espera que un crimen sin resolver toque a su puerta, mientras reposa sobre un sofá junto a su fiel compañero y una pipa en la mano. Contrario a lo que podría inferirse, la descripción no corresponde a Sherlock Holmes, sino a C. Aguste Dupin, el primer detective ficticio de la historia, creado por Edgar  Allan Poe.

Realmente es poco conocido, pero 46 años antes que Arthur Conan Doyle publicara la primera novela protagonizada por Holmes, Estudio en escarlata (1887), Poe sacó a la luz Los crímenes de la calle Morgue (1841), el primer relato de Dupin y el cual está considerado por el canon como el texto que marcó las bases para este género literario.

El Dupin de Poe es un personaje que prácticamente puede leer la mente de los criminales por medio de su destreza deductiva, se trata de un observador que pone su atención en aquello que nadie más nota, por lo que tiene la capacidad de resolver los crímenes más complejos con base en los detalles, aparentemente, más ínfimos.

Dupin, al igual que Holmes, da un gran peso al raciocinio y el poder de la mente para resolver problemas, esto se debe a que ambos personajes surgen en un contexto en que la ciencia, la observación y la corriente del positivismo tenían gran presencia en la sociedad mundial.

La influencia de Poe en Doyle fue tal que el novelista británico escribió en la novela Estudio en Escarlata una breve charla entre Holmes y el Dr. Watson sobre las similitudes entre el detective inglés y el aristócrata francés, Aguste Dupin; comparación que a Holmes le parece indigna.

“Sin duda cree usted halagarme estableciendo un paralelo con Dupin. Ahora bien, en mi opinión, Dupin era un tipo de poca monta. Ese expediente suyo de irrumpir en los pensamientos de un amigo con una frase oportuna, tras un cuarto de hora en silencio, tiene mucho de histriónico y superficial”, señala Holmes, quien por su naturaleza egocéntrica, difícilmente podría reconocer la influencia de alguien más que no fuera el mismo.

Sin embargo, Doyle, nunca negó la influencia y su admiración por Poe, incluso alguna vez declaró que si todo aquel hombre que recibiera un cheque por una historia sugerida por un relato del escritor estadounidense pagara tributo al monumento de su maestro, éste llegaría a construir una pirámide más grande que la de Keops.

La mayor diferencia entre Holmes y Dupin es que el primero se autodefine en los relatos como detective asesor, mientras que el segundo jamás se describe de esa manera; de hecho, la palabra “detective” no existía como tal cuando Poe escribió Los crímenes de la calle Morgue.

El Dupin de Poe surge, de hecho, cuando la policía aún no estaba institucionalizada del todo en Europa, cuando era aún una especie de bosquejo. La madurez y consolidación de este órgano llegó entre mediados y finales del siglo XIX, por lo cual Sherlock Holmes tuvo mayor impacto en la cultura popular e incluso ha sido considerado como el primer detective de ficción.

Otra gran coincidencia entre ambos personajes es que sus historias son contadas por una voz externa, en el caso de Holmes, por el Dr. Watson, y las de Dupin son externadas por el amigo del aristócrata francés, cuya identidad nunca se da a conocer.

Tanto Dupin como Holmes disfrutan de humillar el intelecto de los  sargentos de policías, quienes son representados como antítesis de la figura del detective; hombres de ley, pero con un bajo nivel de deducción, lo que hace que siempre deban pedir ayuda de estos personajes.

Si bien Dupin es considerado como el primer detective, aunque nunca se definió como tal, Holmes representa el verdadero primer y redondo detective de ficción, sin embargo, difícilmente su existencia hubiese sido posible sin los relatos creados por Edgar Allan Poe.

Aunque la creación de Conan Doyle se convirtió con el tiempo en un icono de la cultura popular, cuyos libros, películas y series de televisión siguen generando ganancias de seis ceros, es Poe el verdadero responsable de haber puesto por primera vez en el mapa el género detectivesco.

De la obra de Poe son más recordados sus relatos El gato negro o El corazón delator, historias cuyos personajes se encuentran al límite de la locura, pero los relatos de Dupin se encuentran en el otros extremo; el de la racionalidad, la deducción y el cálculo más exacto, una personalidad que era propia del autor estadounidense, según han relatado sus biógrafos. 

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