http://youtu.be/Z_jhnENP93w
Fue la historia que inundó las redes sociales el domingo: fotografías sensuales de varias actrices con poca ropa aparecieron en Internet, fruto de una violación a la seguridad de iCloud.
Algunas de las víctimas, como Jennifer Lawrence y Kate Upton, confirmaron que las imágenes eran reales; otras, en cambio, aseguraron que se trataba de falsificaciones con el objetivo de crear un escándalo.
Ayer, una nueva ola de fotos y un video aparecieron en línea, justamente una semana antes del próximo Keynote de Apple, en el que se supone se presentará el iPhone 6.
Es poco probable que la empresa aluda a la situación y la supuesta brecha en sus sistemas de seguridad, pero un tuit de la actriz Kirsten Dunst, también víctima de la filtración, resume la opinión de muchos usuarios del sistema de almacenamiento en línea de Apple.
“Gracias, iCloud”, expresó en un mensaje acompañado del ícono de una pizza y uno de una pila de heces, par de emojis que en lenguaje tuitero significa “pedazo de mierda”.
¿Quién tiene la culpa?
Como en todo acontecimiento que concierne a la cultura pop, los usuarios de Twitter y Facebook no se limitaron cuando fue momento de expresar sus opiniones, y muchos optaron por culpar a las mujeres en cuestión por capturar las imágenes.
“No debieron haberlas tomado en primer lugar” y “Tips para las celebridades: No tomen fotos sin ropa, no tomen fotos sin ropa y no tomen fotos sin ropa” fueron trinos populares en la plataforma de microblogging.
Pero no todos están de acuerdo con esta perspectiva, que es paralela al tema de la educación sexual basada en abstinencia en las escuelas, una discusión que ha tenido protagonismo en el sistema educativo estadounidense por varios años.
La premisa de quienes prefieren que se eduque para no hacer, supone que si se convence a los jóvenes de no tener relaciones sexuales (o, en este caso, no enviar fotografías comprometedoras) eso será suficiente, y no habrá que recurrir a la enseñanza de métodos anticonceptivos.
Varios estudios longitudinales demostraron que los sistemas educativos que operaron según esta propuesta vieron un incremento en la cantidad de embarazos adolescentes.
¿La razón? Los jóvenes estadounidenses quieren tener relaciones sexuales, como jóvenes (y no tan jóvenes) quieren enviar imágenes sensuales a sus parejas a través de plataformas de mensajería, correo electrónico o redes sociales.
En el caso de la filtración más reciente, se trata en todos los casos de mujeres mayores de edad, con vidas sexuales presumiblemente activas –y que han sido reconocidas como tales por sus fanáticos, sin que esto disminuyera su atractivo. Así, ¿por qué sería sorprendente que tomaran y compartieran fotografías sexys?
¿Es que una actriz con un Oscar, de 24 años, no puede tener deseo sexual?
El consejo de “no enviar fotos”, resulta tan efectivo en la Red como el de no tener relaciones sexuales fuera de ella.
No es malo, por sí mismo ¬–y, de hecho, es lo más recomendable–, pero evita que la conversación se enfoque en un punto realmente importante: algunas personas van a decidir enviarlas, y necesitan herramientas para protegerse.
Cada vez más, distintas partes de nuestras vidas permean a la red, y es precisamente el caso del sexo.
Pero no es la única parte de la cotidianeidad que podemos querer ocultar.
Aún si seguimos el consejo de no tomar fotografías comprometedoras, seguramente hay algo dentro de nuestros dispositivos electrónicos que nos gustaría mantener en secreto, desde la información de nuestras tarjetas de crédito hasta conversaciones íntimas entre amigos.
Y sin la protección adecuada, como toda la información que circula en la Red, nuestros datos están a la merced de quien sepa cómo encontrarlos… y compartirlos.
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Contenido íntimo y privado
Para protegerte
Cuando tienes información que quieres conservar, y mantener en secreto, como documentos con contraseñas, cuentas de banco, información de tarjeta de crédito o fotografías personales, una buena contraseña no es suficiente.
Como quedó evidenciado con el caso de la filtración masiva de imágenes íntimas, sistemas de almacenamiento en línea como iCloud, Google Drive o incluso el encriptado Dropbox no aportan la seguridad que sus usuarios dan por sentada, y para protegerse hay que tomar medidas adicionales.
El consejo más importante es mantener esta información guardada localmente, es decir, sin utilizar la nube.
Esto, por supuesto, puede ser inconveniente si se quiere tener acceso a ella desde distintos dispositivos, pero la Red es un mar de información disponible para que cualquier persona, aún si necesita profundos conocimientos técnicos, pueda llegar a ella.
Utilizar contraseñas seguras –de esas tan molestas, con mayúsculas y minúsculas, números y símbolos– es otro paso esencial. Podría parecer obvio, pero es sorprendente la cantidad de personas que aún usan passwords tan fáciles de predecir como secuencias de números o su fecha de cumpleaños.
En caso de que tengas iCloud o Dropbox instalando en cualquiera de tus dispositivos, es importante que desactives la sincronización automática, para evitar que documentos que no quieres que estén en la Red terminen ahí, quizá sin tu conocimiento.
No dejar que tus dispositivos caigan en manos de otras personas es un movimiento clave, y aún si sucede, utilizar carpetas seguras –que pidan contraseña para ver los documentos que contiene– o aplicaciones que emulan “bóvedas” virtuales y encriptan la información es una necesidad posmoderna.
En el caso del “sexting”, muchas de las medidas de prevención pueden romper un poco con el romance, pero de forma parecida a los preservativos en una relación sexual real, detenerse vale la pena para evitar consecuencias no deseadas.
Se suele aconsejar que el rostro del sujeto no aparezca en la imagen, pero también es necesario bloquear todo dato identificador: las sábanas con un cierto patrón o decoración específica de una habitación, o incluso la funda de un smartphone han servido para autenticar fotografías sexys de celebridades en el pasado.
También existen programas que permiten poner contraseñas a documentos específicos, para que nadie más que el destinatario original pueda verlas.
Cuando se usan medios de comunicación como Hangouts, de Google, o WhatsApp, es posible seleccionar una opción que evita que el historial de cada conversación se guarde, ocultando los detalles que menos quieres publicar.
En realidad, el mejor consejo que se puede dar se resume en una frase, ya que una vez transmitidas a través de Internet, las imágenes pueden salirse de control muy fácilmente: no las tomes, o prepárate en caso de que aparezcan cuando menos lo esperes.
Métodos ‘antileaks’
Si la abstinencia de “sexting” es pedir demasiado, y las circunstancias hacen más conveniente seguir compartiendo este tipo de imágenes –o cualquier tipo de contenido sensible o conversaciones que preferirías no compartir–, hay varias aplicaciones que te pueden ayudar a reducir al mínimo las posibilidades de que una conversación privada termine en un momento público (y embarazoso).
Telegram
Cuando WhatsApp fue comprada por Facebook, hace unos meses, los usuarios de la aplicación de mensajería comenzaron a preocuparse por la seguridad de su información y a migrar a Telegram.
La plataforma es muy similar a la de WhatsApp, pero usa un protocolo más seguro. Tan seguro que ofrecen 200 mil dólares a quien pueda descifrar los mensajes enviados a través de sus “chats secretos”.
Estas conversaciones van un paso más allá en su seguridad, y además de que se puede poner un conteo para la autodestrucción del mensaje, utiliza un lenguaje indescifrable por otras aplicaciones.
> Disponible para iOS y Android
Gratuita
NQ Vault
De naturaleza sexual o no, a veces hay contenido que prefieres conservar en tu smartphone, aunque no te gustaría que nadie lo encontrara en tus carpetas de imágenes.
Para eso se crearon aplicaciones como NQ Vault, que funciona como un depósito aparte para el contenido que quieras ocultar, y te permite crear una contraseña exclusiva para tener acceso a él.
Además, puedes encriptar tus contactos, mensajes de texto y hacer que tus conversaciones sean privadas, y subirlo a iCloud o Google Drive con el mismo lenguaje encriptado, de manera que solo sea legible por la aplicación, tras introducir tu contraseña.
Disponible para iOS y Android
Gratuita
Ansa
Esta app no solo hace desaparecer después de unos segundos los mensajes que envías ¬–ideal para “sexting”–, sino que en caso de que te arrepientas de haber enviado cualquier cosa, te permite borrarla antes de que el receptor haya tenido la oportunidad de verlo.
Para poder hacer esto es importante que ambos usuarios estén usando la app, pero es bastante conveniente si sueles sentir remordimiento unos segundos después de haber dado click a “Enviar”. También es útil para momentos de enojo o el muy discutido “drunk texting”–el envío de mensajes después de haber tomado unas copas de más.
> Disponible para iOS y Android
Gratuita
Snapchat
Es el clásico de clásicos, y aunque no es 100 por ciento segura ¬–ya que las imágenes se guardan en un servidor– por lo menos te avisa si tu interlocutor toma una captura de pantalla.
Aunque es el favorito de muchos adolescentes, para todo tipo de contenido, los adultos pueden aprovechar la naturaleza fugaz de las imágenes y videos transmitidos a través de ella.
> Disponible para iOS y Android
Gratuita
Glimpse
Glimpse ha tenido éxito gracias a su énfasis en la seguridad. El contenido está encriptado “de extremo a extremo”, y permite agregar a tus fotos un filtro o marca de agua para que puedas identificar a quién se la mandaste en caso de un “leak”. Además, las imágenes o videos desaparecen de sus servidores tan pronto como llegan al receptor. Y no permite que se tomen screenshots.
> Disponible para iOS
Gratuita
Hemlis
No guardará registro de los mensajes o archivos adjuntos que envíes a través de ella, así que nadie que no tenga acceso a tu smartphone o al de tu interlocutor podrá enterarse de qué hablaron.
Para eso, usa servidores exclusivos –de los que la información es borrada tan pronto llega a su destino.
Evita los largos rodeos provocados por las encriptaciones sofisticadas, aunque esto significa que debes cuidar mucho tu dispositivo para evitar que caiga en las manos equivocadas.
Por ahora se encuentra en versión beta y solo puede ser probada por usuarios seleccionados.
> La app que promete guardar tus secretos