Se estrenó el 17 de diciembre de 1971 en medio de una controversia que aludía a su contenido violento y sexual, recibiendo la temerosa clasificación R que la censuraba en varios países.
Sin embargo, su creador, Stanley Kubrick, defendió en reiteradas ocasiones el argumento del libro y el contenido del guion de su película, así como las tomas que mostraban evidentemente de lo que se le acusaba.
“La naranja mecánica” exhibía la versión futurista de las bandas callejeras que imperaban en Inglaterra: teddy boys, mods y rockers se agrupaban para convertir el ocio en violencia.
Basada en la novela de Anthony Burgess, el cineasta Stanley Kubrick le dio un matiz personal a la adaptación de su película: un señalamiento crítico para mostrar que el sexo y la violencia son dos deseos subconscientes del ser humano.
Así lo defendió cuando miles de personas criticaron la película por incitar a la violencia y al sexo, ya que se produjeron incidente violentos que llevaron a la polémica a la cinta.
Y es que si bien en la cinta el protagonista es un joven libertino que no pone ningún límite a sus impulsos, es hasta después de que se somete a un tratamiento cuando logra regenerarse.
“Tras someterse al tratamiento Ludovico, está civilizado. La enfermedad que le sobreviene podría entenderse como una neurosis impuesta por la sociedad”, afirmaba Kubrick.
Y es así como para el director británico, “La naranja mecánica” representa un estudio de cómo el ser humano tiene inherentes el sexo y la violencia, personificados en Alexander DeLarge.