Sergio Arau: Siempre irreverente en Tocada y fuga

El artista multidisciplinario platica sobre su más reciente espectáculo Tocada y fuga, inspirado en los compositores clásicos, pero con un giro inesperado, ya que le impregna, además de humor, cumbia, disco, rap y hasta reguetón. También presenta un nuevo estilo de música: el barrock ópera
Hidalgo Neira Hidalgo Neira Publicado el
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La capacidad de reinventarse conforme el paso del tiempo para llegar a nuevas generaciones o ser digresivo con su propio presente, es vital para cualquier artista y a Sergio Arau le queda claro y lo asume como parte de su personalidad, tanto en lo profesional como en la intimidad.

Pintor, cineasta, músico y hasta candidato presidencial — porque revela en Reporte Índigo que volverá a las urnas en 2024— Arau explica que encontró otra personalidad dentro de sí mismo, una que había estado guardada durante décadas, incluso, siglos, poque dice que en realidad está por cumplir 344 años de edad.

“Pero mira, hace como 70 años me cambié el nombre, porque era muy largo y una bronca con las formas fiscales y migratorias, me pedían el nombre completo y ¡no cabía! Y pues tener el correo LasloDelaVegaMorrisBalamKlausVitelliYPavón@hotmail era demasiado, mejor me quedé como Sergio Arau”, describe el cantautor.

Este guiño de irreverencia es parte de lo que ahora mismo trama el artista multidisciplinario con su proyecto Tocada y fuga, que levantó durante el cerco sanitario y consta de visitar composiciones de Mozart, Beethoven, Bach y Di Capua, entre otros, pero con el propio toque de Arau.

“Es un proyecto muy, muy, viejo, pero desde hace como 20 años lo retomé, ya con tecnología nueva empecé a hacer demos y experimentar. Ahora, durante la pandemia lo concreté y el álbum es Tocada y fuga, que no es una rock ópera, porque tiene mucha música barroca, entonces, digamos que es una barrock ópera”, elabora el artista.

La actriz, cómplice, pareja sentimental de Arau y cantante también de este nuevo proyecto, Yareli Arizmendi, ejerció en él la leyenda de Bocanegra, según describe el músico. Le puso una fecha de entrega con el confinamiento cuando vivían en Los Ángeles para que sacara toda su inspiración y así terminó de crear Tocada y fuga, álbum que también tiene su propio tema homónimo.

“Fíjate que a mi Bach me confesó la última vez que hablé con él que estaba enamorado de la cumbia, por eso el arreglo que hice de ‘Tocada y fuga’ es así y también con otros fui mezclando, por ejemplo, Tchaikovski era más grunge, profundo, como darksón, y con él hice algo que luego acaba en reguetón”, platica de su proceso creativo.

Después de haberse presentado en el teatro-bar El vicio e, incluso, en las escalinatas de la Casa Miguel Alemán en Los Pinos, Arau llevará Tocada y Fuga al espacio We Rock en la colonia Narvarte de la Ciudad de México el 10 de noviembre, además de que también hará este espectáculo, pero en grande, en el Vive Latino 2023, porque habrá invitados y hasta orquesta de cámara.

Sergio Arau, entre plagios y anécdotas del montón

Sergio Arau siente que la historia no le ha hecho justicia, no solo por su trayectoria en Botellita de Jerez, ya que se remonta a los tiempos que compartió con los grandes de la música, a los compositores que fueron sus cuates, pero que le terminaron volteando bandera, porque cuando les presentó a cada uno de ellos sus letras, el ego entró en disputa, además de las demandas y derechos de autor, por eso ahora comparte su verdad y revela lo que en teoría son las canciones originales y sin censura de los clásicos.

“Mozart era como Luis Miguel, y todo mundo lo tranzaba, yo traté de defenderlo, porque la verdad tenía mucho talento, hay muchas canciones que todo mundo se sabe, pero ni ubican que son de él y nadie le pagaba regalías, y yo lo que escribí, fue una historia de la que fui testigo. Todo mundo cree que él hizo la ‘Sinfonía 40’, pero la realidad es que era la cuarentona de Mozart, era una chava que quería ser la mánager y la ganona en la historia”, fantasea Arau.

Otro gran momento del artista fue cuando rescató “O sole mio”, de Eduardo di Capua, que, según Arau, también tenía problemas legales por la letra que ya tenía la composición del músico italiano, entonces, se asesoró para que cambiara a “Pozole mío”.

“Le dije ‘arréglatelas de una vez por todas, cambiémosle la letra’, y así surgió, además de que andaba crudísimo este mano, le di la receta de mi tatarabuela y la incluimos en rap. En los conciertos les pido que por favor la graben y luego la transcriban, pues, oye, ¡no se las voy a dictar!”, resalta de manera jocosa Arau.

El álbum Tocada y fuga estará disponible, próximamente, en formato físico en disco de vinil, pero además en USB, que será como una tarjeta de presentación; se venderá en sergioarau.com y tocadayfuga. com, donde ya se pueden consultar las letras de las canciones.

El documental pendiente

Entre los proyectos a futuro que Sergio Arau se encuentra preparando está el de hacer un documental del rock mexicano, pero orientado a un espacio que ha sido una leyenda entre los melómanos que crecieron en la Ciudad de México en la década de los 80, el Rockotitlán, mismo que él cofundó.

“Voy a hacer un documental sobre Rockotitlán, la época de Botellita de Jerez y el guacarock, porque creo que es muy importante y que la gente no tiene idea de lo que pasó, porque es donde se concretó la identidad del rock mexicano”, explica.

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