Secreto a gritos

Es la respuesta que todos conocíamos: las mujeres fingen orgasmos, principalmente, porque quieren hacer que su pareja se sienta bien.

Y aunque era predecible, un estudio del Departamento de Psicología de la Universidad Temple, en Philadelphia, decidió comprobar la suposición, y preguntó a 481 mujeres heterosexuales, estudiantes de la institución, por qué pretendían llegar al éxtasis cuando no era así.

Ana Paulina Valencia Ana Paulina Valencia Publicado el
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Es la respuesta que todos conocíamos: las mujeres fingen orgasmos, principalmente, porque quieren hacer que su pareja se sienta bien.

Y aunque era predecible, un estudio del Departamento de Psicología de la Universidad Temple, en Philadelphia, decidió comprobar la suposición, y preguntó a 481 mujeres heterosexuales, estudiantes de la institución, por qué pretendían llegar al éxtasis cuando no era así.

La primera motivación resultó ser el “engaño altruista”, o fingir con la finalidad de que la pareja sienta que tuvo un buen desempeño en la cama; la segunda, miedo e inseguridad, “pretender para evitar emociones negativas relacionadas a la experiencia sexual”.

En tercer lugar se encuentra una opción menos predecible y esa que fingir orgasmos resulta excitante para algunas de las mujeres encuestadas. Esta opción fue muy distinta a la cuarta más popular: acelerar el fin del acto sexual, pues como cuando la mujer alcanza la satisfacción el hombre ha cumplido su “deber” –bajo los cánones contemporáneos– es más probable que deje de intentarlo y se sienta tranquilo haciéndose a un lado.

Otras mujeres admitieron haber fingido para no sentir que eran seres extraños por no poder tener un orgasmo. 

De acuerdo con los autores, estos hallazgos servirán para investigaciones futuras sobre el deseo sexual, la satisfacción y la disfunción eréctil. Además podrán aplicarse para ayudar en las terapias de pareja. 

A pesar de la muestra de esta investigación, la realidad es que no solamente las mujeres fingen que alcanzaron el clímax. De hecho, un estudio realizado en el 2010 por psicólogos de la Universidad de Kansas, encontró que 25 por ciento de los hombres ha fingido tener un orgasmo, considerando todos los tipos de actividad sexual –como sexo oral o cibersexo–, y 28 por ciento lo ha fingido, incluso durante una penetración.

En este reporte, las razones para hacerlo coincidían con las de la investigación con mujeres. Y, como referencia, 50 por ciento de las mujeres admitió haber fingido un orgasmo en general, y 67 por ciento durante el coito.

Ambos estudios son indicadores de un problema más profundo en las relaciones heterosexuales: una dinámica en la que se espera que el hombre se haga responsable del orgasmo de la mujer, y en la que ella tiene que alcanzarlo antes que él, porque una vez que él llega al éxtasis, el acto sexual termina. 

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