Se venden apapachos
Todo necesitamos contacto físico. La ciencia lo ha demostrado una y otra vez: el tacto tiene un poder curativo que mejora nuestra salud física y mental.
Aquel que haya tenido la experiencia de un (buen) masaje lo podrá haber comprobado.
Eugenia RodríguezTodo necesitamos contacto físico. La ciencia lo ha demostrado una y otra vez: el tacto tiene un poder curativo que mejora nuestra salud física y mental.
Aquel que haya tenido la experiencia de un (buen) masaje lo podrá haber comprobado.
Y los beneficios aplican para todas las edades. “El poder curativo del tacto se extiende durante toda la vida”, dijo al sitio de divulgación científica WebMD la doctora Tiffany Field, del Instituto de Investigación del Tacto de la Escuela de Medicina de la Universidad de Miami, “desde ayudar a los bebés a desarrollarse y a los niños a concentrarse en la escuela hasta disminuir enfermedades crónicas y (otras) dolencias”.
En diciembre de 2014, la revista científica Psychological Science publicó un estudio en el que investigadores de la Universidad Carnegie Mellon demostraron que la idea de optar por un abrazo al día en lugar de una manzana para “mantener alejado al médico” puede no ser tan descabellada.
Quienes tenían mayor apoyo social y cantidad de abrazos no solo eran menos propensos a ser infectados con el virus de la gripe sino que, si se enfermaban, reportaban síntomas menos severos.
“Hay una gran cantidad de evidencia que sugiere que el tacto puede ser realmente eficaz en la protección de las personas contra los factores de estrés”, explicó a Time Sheldon Cohen, coautor del estudio. “Envía a las personas el mensaje de que te preocupas por ellos, y que tienes una estrecha relación íntima con ellos”.
La evidencia científica de los efectos terapéuticos del tacto, aunado al hecho de que hay quienes que, por alguna experiencia en particular que están viviendo lo único que necesitan es, ni más ni menos, un abrazo, ha traído consigo el auge de la industria del apapacho: negocios en Estados Unidos que ofrecen como servicio el “tacto platónico”.
Los llamados cuddlers (“profesionales en abrazos”), que están entrenados para brindar el servicio, pero no cuentan con licencia como los masajistas, cobran por sesiones de abrazos y múltiples posiciones específicas para acurrucarse con los clientes.
Todo con el único propósito de hacerlos “sentir cómodos, amados y apreciados”, menciona el sitio Web del negocio Cuddle Up to Me, inaugurado en noviembre en Portland, Oregon, por Samanta Hess, autora de “Tacto: el poder de la conexión humana”. Las sesiones “están basadas solamente en tacto amoroso incondicional (no tacto sexual)”, aclara la compañía.
> ‘The cuddle sutra’
La “Biblia” del cuddling, con 50 posturas
> Cuddle Up to Me
Sesiones para acurrucarse
Moda y negocio
Estos son otros negocios que forman parte de la tendencia de “abrazadores profesionales”:
Con sede en San Francisco, California, este negocio se define como “un servicio que se ofrece a cualquier persona en necesidad de contacto físico en un ambiente amoroso, seguro y de confianza”. Fue fundado por el stripper retirado y estudiante de psicología Travis Sigley, bajo el argumento de que “hay una desafortunada falta de intimidad no sexual en este mundo, y el objetivo de la Cuddle Therapy (Terapia del Abrazo) es cambiar esa dinámica”.
La “red social” de los apapachos. El sitio Web cuenta con alrededor de 18 mil miembros en busca de un “amigo con quien acurrucarse”, “sin expectativas de “tener algo más”.
“¿Solo quieres un abrazo?”, dice el eslogan de esta “app de encuentro social basada en la ubicación”, utilizada a diario por miles de personas que buscan vivir la experiencia del cuddling con tan solo un click.