Se vale soñar
Vargas Llosa se presentó en Monterrey como un lector apasionado, no como un escritor.
Después de su elogio al poeta y ensayista regiomontano Alfonso Reyes, Víctor Hugo, el maestro del romanticismo, se convirtió en el protagonista de la conferencia.
El difunto autor de “Los miserables” (1862) inspiró al peruano, quien compartió sus pasiones literarias ante cientos de estudiantes, profesores e invitados que asistieron al evento organizado por la cátedra Alfonso Reyes del Tec de Monterrey.
Predeterminado del sitioVargas Llosa se presentó en Monterrey como un lector apasionado, no como un escritor.
Después de su elogio al poeta y ensayista regiomontano Alfonso Reyes, Víctor Hugo, el maestro del romanticismo, se convirtió en el protagonista de la conferencia.
El difunto autor de “Los miserables” (1862) inspiró al peruano, quien compartió sus pasiones literarias ante cientos de estudiantes, profesores e invitados que asistieron al evento organizado por la cátedra Alfonso Reyes del Tec de Monterrey.
El autor de “La fiesta del chivo” (2000) dejó a un lado su vasta obra, que en 2010 le valió el Premio Nobel de Literatura, para revelar sus secretos de ávido lector.
Primero enganchó a los jóvenes con divertidas anécdotas personales del autor francés, como su virginidad premarital y su contrastante vida sexual después de casado.
Sentado en la esquina de un amplio sillón iluminado, hizo reír al auditorio cuando detalló que en su noche de bodas Víctor Hugo le hizo el amor nueve veces a su esposa. “Una proeza retadora y desmoralizante”, agregó el también dramaturgo que por más de una hora habló sobre el romántico.
Todo este viaje por la vida del escritor para hablar del poder de la literatura y de lo valioso que es soñar. De la importancia de estar inconformes para poder transformar el mundo.
El espíritu crítico
En los últimos 20 minutos de la charla, las palabras de Mario Vargas Llosa resultaron más familiares. “¿Qué peligro puede tener la literatura?”, preguntó.
“Siempre sin excepción han querido controlar esta actividad literaria como si en ella hubiera escondido un elemento peligroso”, prosiguió. Y tienen razón, sentenció.
“La gran literatura nos enfrenta con un mundo mucho mejor que el mundo en que vivimos. Y eso crea en nosotros un malestar.
“Si en algún momento no hubiéramos sentido ese malestar, no habríamos salido de las cavernas”, afirmó Vargas Llosa. Seguiríamos miedosos de quienes tienen otro color de piel, de quienes hablan un idioma distinto.
El nacionalizado español detalló que al sentimiento de desafección con el mundo tal como es se le llama espíritu crítico. “Y el espíritu crítico es el gran factor de transformación, de cambio, de renovación”. Es por eso que dictadores y gobiernos opuestos al cambio han censurado creaciones literarias. Porque la ficción es libertad, porque a esta “le debemos que la humanidad haya progresado”.
“No hay que creer que el soñar, que el desear cosas distintas, que activar los apetitos es un quehacer superfluo, suprimible, secundario. No es verdad. Es muy importante que creamos que el mundo está mal hecho, porque podría ser mejor”, instó Vargas Llosa.
Al final concluyó que pocos autores contribuyeron a adivinar otras vidas posibles como Víctor Hugo.
¿Qué cambios podría motivar el exponente del Romanticismo francés para los mexicanos?