Se desquitan por inseguros
Que un hombre se sienta avergonzado por su imagen corporal puede acarrear consecuencias negativas para el sexo opuesto. De ser rechazado por una mujer, su masculinidad se puede ver seriamente amenazada.
Lo que se traduce en agresión sexual contra aquella mujer que claramente ha hecho saber a su contraparte que no se siente atraída por él.
Eugenia RodríguezQue un hombre se sienta avergonzado por su imagen corporal puede acarrear consecuencias negativas para el sexo opuesto. De ser rechazado por una mujer, su masculinidad se puede ver seriamente amenazada.
Lo que se traduce en agresión sexual contra aquella mujer que claramente ha hecho saber a su contraparte que no se siente atraída por él.
Esto es lo que concluye un nuevo estudio encabezado por investigadores de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, cuyos resultados amplían evidencia previa de que los hombres que presentan un alto nivel de insatisfacción corporal, y que ven su identidad masculina amenazada, muestran conductas hostiles hacia las mujeres.
Como parte de la investigación, cuyos hallazgos fueron reportados el pasado mes de mayo en Personality and Social Psychology Bulletin, se llevaron a cabo dos experimentos.
En el primero, se convocó a 127 hombres heterosexuales de licenciatura, para que participaran en un supuesto estudio sobre el trabajo de equipo a distancia.
Se les solicitó que respondieran un cuestionario de personalidad y que enviaran su fotografía, pues aparentemente ésta sería vista por una atractiva mujer que sería su compañera de trabajo a distancia.
Pero como las mujeres se “enteraron” de que realmente se trataba de un estudio de citas, los jóvenes recibieron avisos de que sus colegas no participarían en el estudio porque ellos no eran su tipo “y no quiero tener que salir con él”.
Se encontró que, ante el rechazo, los hombres que en el cuestionario mostraron un alto nivel de insatisfacción con su imagen corporal, eran más proclives a abusar sexualmente de una mujer o a cometer otro acto de agresión sexual –o a sentirse atraídos por la idea de hacerlo–.
El segundo experimento, cuya dinámica fue similar al anterior, se llevó a cabo con 214 hombres heterosexuales, quienes también fueron “rechazados” por sus posibles compañeros de equipo –ambos sexos–, porque “me da la impresión de que es gay”, decía una nota que fue leída por los participantes.
Solo cuando el mensaje de rechazo procedía de una mujer, los hombres que se sentían muy avergonzados por su cuerpo también se sintieron mal por el rechazo. Y tendían, por ejemplo, a elegir más imágenes que mostraban algún tipo de agresión sexual contra las mujeres.
Los investigadores concluyen que la vergüenza por la imagen corporal masculina es un factor que pasa desapercibido en la agresión sexual contra la mujer.