Se acaban los caprichos

En Silicon Valley se encuentran los mejores lugares para trabajar. En las oficinas de algunas empresas se puede tomar cerveza en el área laboral, existen rutas de autobuses privados que recogen a los empleados en la puerta de su casa y los llevan al trabajo (con acceso a WiFi durante el trayecto) y en algunos lugares es posible invitar a comer a las  amistades sin  un costo extra.

María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
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25,000
dólares por empleado –al año– pueden llegar a costarle las prestaciones a las empresas
También días libres los empleados de algunos gigantes de tecnología e innovación gozan de gran flexibilidad para tener días libres. Por ejemplo, en Google, cada trabajador tiene 15 días libres el primer año, 20 al cuarto y 25 al sexto año. En promedio, tienen 12 días de vacaciones. Y sus horarios son muy flexibles, dado a que pueden extenderse sus jornada laborales. 

En Silicon Valley se encuentran los mejores lugares para trabajar. En las oficinas de algunas empresas se puede tomar cerveza en el área laboral, existen rutas de autobuses privados que recogen a los empleados en la puerta de su casa y los llevan al trabajo (con acceso a WiFi durante el trayecto) y en algunos lugares es posible invitar a comer a las  amistades sin  un costo extra.

En las oficinas de Facebook, Apple, Google y LinkedIn, los empleados disponen de una amplia gama de servicios entre los que destacan peluquería, lavandería, gimnasio, estaciones de juegos y  videojuegos.

En casi todas las oficinas es común encontrar cafeterías y barras con cereales y demás snacks gratuitos y hasta paredes de rapel. En pocas palabras, un paraíso laboral millennial.

Sin embargo, para pesar de los jóvenes de la Generación Y, ese tipo de “caprichos” está por terminarse – o al menos disminuirse – porque estos lujos se han vuelto insostenibles para los gigantes tecnológicos; pues aunque han facilitado la vida de sus empleados, implican un gran gasto para las compañías.

Por ello, algunas empresas comenzaron a hacer recortes y a eliminar uno que otro
‘caprichito’ de sus servicios.

Por ejemplo, en marzo de este año, Dropbox eliminó el servicio de lavandería (gratuito) y el autobús con WiFi que transportaba sus empleados a su sede en San Francisco.

No solo eso, también se redujeron las comidas para los empleados y sus amigos a cinco al mes, que previamente eran ilimitadas, y se eliminó el Open Bar de los viernes.

Y es que ese paraíso de lujos y servicios gratuitos es todavía una de las características distintivas de Silicon Valley, pero hasta en las mejores compañías hay ajustes económicos.

Este plan de ahorro y ‘austeridad’ aún no llega a compañías como Google, donde el 84 por ciento de sus empleados tienen un alto nivel de satisfacción laboral por el ambiente que se vive en sus instalaciones.

Esta cifra es de las más altas en el ranking de Fortune 500.

Y ¿cómo no estar a gusto en las oficinas de la compañía de Mountain View?, si inclusive tiene toboganes y salones de relajación y desarrollo propio para incentivar la productividad y enaltecer la comodidad de sus empleados.Y aunque Dropbox ya comenzó con el recorte de placeres, aún cuenta con chefs que preparan tres comidas al día, un estudio de música para los trabajadores y gimnasio.

Dropbox tiene una plantilla de casi mil 500 empleados, así que con sus recortes logrará un ahorro de alrededor de 38 millones de dólares.

Según Business Insider, estos recortes podrían ser una señal de que Silicon Valley se prepara para un golpe o la posibilidad de que se desinfle la burbuja.

Este tipo de prestaciones otorgadas por las compañías tecnológicas de Silicon Valley pueden llegar a costarle a las empresas alrededor de 25 mil dólares por empleado, al año, de acuerdo a Business Insider.

Tan solo hay que imaginarse el costo que representa tener a chefs cocinando durante todo el día, así como refrigeradores, despensas y barras repletas de snacks, listas para ser ‘asaltados’ por las ávidas mentes tecnológicas, a toda hora.

Por años los directivos de las gigantes tecnológicas han argumentado que la inversión en estas prestaciones funciona para atraer y retener capital humano joven y emprendedor.
Sin embargo, esos planes no son rentables para algunas start ups, ya que sus ingresos no provienen de la actividad comercial, sino de inversionistas de capital de riesgo que, cada vez menos, están dispuestos a desembolsar su dinero para que los empleados jueguen ping pong en sus ratos libres.

Un mundo de lujos

En empresas como Apple, Google, Facebook, Twitter, LinkedIn, entre otras, los empleados gozan de prestaciones de lujos y servicios tales como:

• Masajes
• Videojuegos, juegos y actividades en el área laboral
• Peluquería
• Lavandería y lavado de coche
• Comida gratuita
• Beneficios médicos
• Gimnasio
• Cervezas los viernes
• Autobuses de transporte con WiFi

Afectan a ‘terceros’

Los recortes de prestaciones y servicios a empleados como los que está aplicando Dropbox no solamente afectan a los empleados que se quedarán sin ‘caprichos’ en la oficina, también perjudican a la economía local del resto de Silicon Valley y la zona conurbada de San Francisco.

Los peluqueros, los servicios de lavandería y otros se quedarán sin clientes o pedidos por parte de la comunidad geek de California.

De acuerdo a Ángel Jiménez, del periódico español

El Mundo, las ventas de las mesas de ping pong son “consideradas un indicador de la actividad empresarial ya que todas las oficinas suelen poner una como primer ‘extra’ para los empleados”, y éstas han caído en la primera mitad del año.
 

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