Sauvage; la ternura de un prostituto homosexual con sus clientes

Salvaje como el perfume de Dior. Sauvage. Un aroma que se impone fácilmente en el ambiente pero que, a la vez, alude a un hombre táctil y con sentimientos.

Leo es un prostituto homosexual así. No gusta de tener encuentros sexuales como si se tratara de ponerse y quitarse ropa nueva. El encuentra en cada uno de sus clientes una vivencia que se toma muy personal a causa de su búsqueda de afecto.

Sin esperarlo, el joven francés encontrará el amor más allá del sexo y los encuentros casuales: en el cuidado y la procuración de una persona especial.

LO BUENO, SU CRUDEZA

El director Camille Vidal-Naquet no filma con vergüenza ni tabúes. En esta cinta, capta la crudeza de la vida de la prostitución en una Francia que respira sexo sin cansancio ni espacio.

Se trata de una película que, en el caso mexicano, está a años luz de una mentalidad abierta que no teme, en ningún minuto, mostrar a cámara abierta las relaciones sexuales que Leo mantiene con varios de sus clientes.

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En autos, consultorios, cuartos lujosos o antros, el cineasta no busca filmar pornografía sino el retrato pasional de la perspectiva enamoradiza de este prostituto que mendiga afecto en las calles de Paris.

Por esta razón, Sauvage no se constituye como un drama sino como un asomo, hasta morboso pero enternecedor, a la vida de Leo, el muchachito sin leyes ni dinero, el jovencito que vaga sin destino como un animalito salvaje.

El plano final de la película reafirma esta idea al exhibir su naturaleza propia de lo no civilizado, fuera de los estándares y como si de un animalito callejero se tratase.

LO MALO, SU GUION

Precisamente por lo anterior, Sauvage no tiene ni ton ni son. No es una película que cose vivencias y las hila hasta elaborar una buena y emocionante cinta.

Se trata, más bien, de la contemplación y reflexión acerca del amor que no está excluido del mundo de la prostitución. Por lo que el largometraje puede llegar a ser aburrido para quienes buscan una historia clásica.

Aun, la manera en cómo evoluciona Leo en su búsqueda de amor refleja esto de una manera lenta y paciente que afecta, indudablemente, el ritmo de la cinta.

Por último, Sauvage tiene un final que no es final y que repite el estilo de las películas francesas: el retrato amoroso sobre un ambiente desconocido y que conlleva a la empatía con su protagonista.

RECOMENDACIÓN: 3 de 5 estrellas (Regular)

Para quienes gustan del cine francés es una opción mediana pues no logra innovar en algún aspecto. Es más bien un retrato que recuerda mucho a La Vida de Adele por la introspección del protagonista.

De hecho, por la fuerte carga de escenas homosexuales podría asustar a más de uno si es que no se tiene una mentalidad abierta y libre de prejuicios.